Después de la Presidencia de Illa y ante el Congreso Federal del PSOE

Blog - Reflexiones del Por Venir - Chema Rueda - Jueves, 5 de Septiembre de 2024
Salvador Illa y Pedro Sánchez, en la campaña electoral de las catalanas.
Eva Ercolanese/ PSOE vía flickr
Salvador Illa y Pedro Sánchez, en la campaña electoral de las catalanas.

Seré directo. Que Salvador Illa sea, a día de hoy, presidente de la Generalitat de Cataluña es un éxito extraordinario para el socialismo, para España, y para Cataluña. Es la culminación política de una acertada y arriesgada estrategia (en la que no han faltado agoreros), de distensión y pacificación social, normalización política del adversario y recomposición de espacios políticos a través de la adopción de medidas que se han demostrado acertadas, justas y necesarias, además de legítimas. Para encauzar la solución a problemas políticos de envergadura, en las sociedades modernas y democráticas, hay que negociar, ceder y saber variar las posiciones iniciales. Y, por supuesto, hay que explicarlo y detallarlo una y mil veces. El éxito político radica en que la otra parte negociadora también ceda y varíe su posición inicial. Hay quien, con cierta pesadumbre, este pasado agosto, ha calificado el acuerdo de investidura de "empate de impotencias". Bueno, yo me quedo con el empate. Desde esa madurez política, insisto, la presidencia de Illa es un enorme éxito colectivo.

Desde la perspectiva en la que abordo estas reflexiones, ese logro es sólo el primer paso de una serie de situaciones y circunstancias que habrán de producirse en el futuro y que requerirán la máxima inteligencia y sabiduría colectiva para lograr llegar a buen puerto

Desde la perspectiva en la que abordo estas reflexiones, ese logro es sólo el primer paso de una serie de situaciones y circunstancias que habrán de producirse en el futuro y que requerirán la máxima inteligencia y sabiduría colectiva para lograr llegar a buen puerto. Me explico, el acuerdo que ha permitido la investidura de Illa es un acuerdo político de enorme importancia que necesita ser administrado y gestionado con precisión. En Cataluña y en España. Fundamentalmente, en lo que respecta a la (re)apertura del debate sobre el modelo de financiación autonómica, producto de haber acordado para Cataluña un sistema de financiación singular o concertada (no importa el nombre, sino el contenido), que abre o reabre, de nuevo, el sistema de financiación territorial, que, por cierto, lleva mas de 10 años caducado, lo que sin duda hace al PP sentirse muy cómodo para que algunas de las comunidades gobernadas por él puedan practicar "dumping fiscal" a tutiplén. El Acuerdo de investidura de Illa, si se lee sin prejuicios, habla efectivamente, de financiación singular, pero a la vez, de solidaridad interterritorial. Y hay que desarrollarlo en ambos sentidos. Que es lo que requerirá, como he dicho, inteligencia y sabiduría. Además de mucha paciencia y ninguna prisa.

Más bien se diría (con Andalucía y Moreno Bonilla, desgraciadamente, a la cabeza) que su único interés es estar en contra de lo que plantee el PSOE, además, por supuesto, de estar en contra de lo acordado en Cataluña

Hay que trabajar lealmente para hacer compatible, en el marco de las negociaciones que habrán de venir, esa singularidad catalana con el resto de singularidades territoriales españolas. No parece haber dudas de que la singularidad valenciana (tanto Gobierno como oposición) se muestra dispuesta a entrar al debate, reclamando lo que considera justo para sus intereses. No parece, hasta la presente, que otras comunidades gobernadas por el PP, muestren el mismo afán negociador. Más bien se diría (con Andalucía y Moreno Bonilla, desgraciadamente, a la cabeza) que su único interés es estar en contra de lo que plantee el PSOE, además, por supuesto, de estar en contra de lo acordado en Cataluña. No es un buen inicio, desde luego, para ese ejercicio negociador, integrador y compatibilizador al que está abocado, inevitablemente, nuestro Estado de las autonomías.

Reconocer que la financiación singular de Cataluña supone un cambio en el sistema, no aboca inevitablemente a no incorporarse a ese cambio y reivindicarlo para cada territorio

Los diversos territorios de España deberían aspirar a sus máximos estatutarios. No en vano, la inmensa mayoría de ellos, reformaron sus Estatutos de Autonomía para incorporar las máximas cotas de autogobierrno, quiero suponer que, en muestra de un sincero afán, y no por mero postureo. Aspirar a más autogobierno significa aspirar a más financiación para los servicios básicos. Ese es el trabajo que hay que acometer, en vez de la queja permanente por el trabajo que hacen otros. Reconocer que la financiación singular de Cataluña supone un cambio en el sistema, no aboca inevitablemente a no incorporarse a ese cambio y reivindicarlo para cada territorio. En los foros que corresponda. Más autogobierno, más autonomía fiscal, pero también más corresponsabilidad, lo que significa, por ejemplo, no bajarle impuestos a los más pudientes o no pretender bajadas del IVA. Interesante analizar la respuesta del PP, o de cada cual de sus baronías, ante ese reto.

Y eso es lo que deberá abordar el PSOE, prioritariamente, en su próximo Congreso Federal. Conciliar la posición federal con todas y cada una de sus posiciones territoriales, sobre la base del mayor autogobierno y la mayor corresponsabilidad financiera

Y eso es lo que deberá abordar el PSOE, prioritariamente, en su próximo Congreso Federal. Conciliar la posición federal con todas y cada una de sus posiciones territoriales, sobre la base del mayor autogobierno y la mayor corresponsabilidad financiera. Ser fiel al espíritu constitucional de la verdadera descentralización y la autonomía territorial para que la gente tenga más cerca la gestión de sus servicios y la solución a sus problemas. Si se alcanza ese gran objetivo, al fin, y se hace asegurando la solidaridad entre territorios, creo que todos ganan, y fundamentalmente, la ciudadanía.

Y qué decir de Andalucía y de Moreno Bonilla, escondido tras la capa de su inoperancia y su incapacidad de articular la más mínima propuesta que no sea balbucear, cada vez con menor convicción, el "agravio" supuesto de un Gobierno, que ha aumentado exponencialmente la financiación a nuestra Comunidad, pero que se ha topado con un Ejecutivo incapaz de canalizar y aprovechar adecuadamente esos fondos

Y qué decir de Andalucía y de Moreno Bonilla, escondido tras la capa de su inoperancia y su incapacidad de articular la más mínima propuesta que no sea balbucear, cada vez con menor convicción, el "agravio" supuesto de un Gobierno, que ha aumentado exponencialmente la financiación a nuestra Comunidad, pero que se ha topado con un Ejecutivo incapaz de canalizar y aprovechar adecuadamente esos fondos. Trabajar con ahínco en la defensa de un Acuerdo histórico que fue el del Parlamento Andaluz en 2018, para que Andalucía ponga sobre la mesa y lidere una propuesta de acuerdo que desemboque en un Gran pacto de Estado, basado, entre otros muchos puntos, en:

Aspirar a la mejora continua en la prestación de los servicios públicos competencialmente encomendados, reclamando los medios y recursos que corrijan las deficiencias del actual modelo y garanticen la suficiencia y homologación de dichos servicios, así como su blindaje.

  • Reasignación de la recaudación tributaria y de los esfuerzos de reasignación fiscal entre los diferentes niveles de gobierno.
  • Redefinición de las variables y ponderaciones que determinan el concepto de "población ajustada", potenciando, concretamente, las variables de protección social y educación.
  • Elevación de los porcentajes de cesión del IVA y los impuestos especiales, así como creación de un nuevo fondo de financiación.
  • Armonización fiscal en los tributos cedidos, acordando patrones mínimos de regulación a nivel nacional que eliminen la posibilidad de dumping fiscal (¿le suena esto a Moreno Bonilla, que lo hace en Andalucía, siguiendo la senda de Ayuso en Madrid?).

Ahí ha de estar el PSOE de Andalucía para llenar ese inmenso vacío y para jugar esa carta imprescindible para conformar el nuevo sistema. Ha de ser su papel y su responsabilidad

Defender este posicionamiento político en el centro del debate que se avecina, supondría un importante salto para Andalucía para situarse en primera línea del nuevo sistema y del máximo nivel de autogobierno, incluida la petición de gestión de los trenes de cercanías, antes reclamada y ahora silenciada y negada por un PP andaluz, sumiso a la estrategia negativa de Feijóo y que demuestra su falta de capacidad para liderar nada en este nuevo escenario que se abre. Ahí ha de estar el PSOE de Andalucía para llenar ese inmenso vacío y para jugar esa carta imprescindible para conformar el nuevo sistema. Ha de ser su papel y su responsabilidad.

Termino. No es un ejercicio de buenismo lo que aquí planteo ni una quimera infantil. Es política, que pretende estar en la estela de la política que ha encauzado un problema gravísimo como era la situación en Cataluña. No dejaré de decir que existe otra opción, y es permitir, por acción u omisión, que el problema de la articulación territorial y financiera de Cataluña y España se enquiste otras cuantas décadas y permanezca irresoluto. Seguro que habrá quien obtenga rédito electoral de ello, en Cataluña y en España. Yo, desde luego, que podré soportarlo. O conllevarlo.
Imagen de Chema Rueda

Nacido en Guadix (Granada) en 1963, por tanto de la generación de "A hard days night" y "Satisfaction". Licenciado en Derecho por la Universidad de Granada y funcionario de Administración Local, grupo A, trabaja en el Edificio de Los Mondragones. Fue concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Granada (desde 2003 y hasta junio de 2015. Ha sido Secretario General del PSOE de la ciudad de Granada entre 2008 y 2017 y Miembro del Comité Federal del PSOE desde 2017 a 2021. Actualmente es miembro del Comité Director del PSOE-A. Me apasiona escribir (lo que pienso), debatir y participar en la vida pública, desde todos los ángulos posibles. Me duelen bastantes cosas de la vida y de la política actual, y no pienso dejar de intentar arreglarlas. Me apasiona la vida, la amistad, la Alpujarra y el Atlético de Madrid.