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'El culebrón Pantoja'

Blog - El ojo distraído - Jesús Toral - Viernes, 27 de Noviembre de 2020
Imagen de un programa de Sálvame.
Tele5
Imagen de un programa de Sálvame.

Ahora que parece que los realities están de capa caída, Mediaset ha encontrado uno de esos filones que convierten a sus canales de televisión en líderes de audiencia durante semanas o incluso meses: el caso Pantoja.

Sinceramente, poco me importan las disputas familiares de unas personas que llevan décadas peleándose por la herencia de alguien que se fue, al parecer, sin dejar las cosas muy claras

Sinceramente, poco me importan las disputas familiares de unas personas que llevan décadas peleándose por la herencia de alguien que se fue, al parecer, sin dejar las cosas muy claras. No sé si Kiko Rivera ha hecho bien al destapar todas sus desavenencias con la madre, ni si ella se equivocó al no revelarle desde pequeño la verdad; estoy convencido, no obstante, de que jamás podrá solucionarse en un plató de televisión, pero, para qué nos vamos a engañar, eso es lo que menos importa.

Todos los programas de Telecinco, especialmente, nos atiborran a diario en las últimas semanas con las últimas novedades de este caso y los contertulios se esmeran en dar la razón a uno u otro, porque de eso se trata: de un combate entre madre e hijo en el que quienes menos dicen son los protagonistas y los que más opinan son los periodistas, tertulianos y advenedizos, que radicalizan sus posturas para subir la audiencia.

Uno se sorprende de ver que, en un programa donde están criticando hasta la planta del pie de la famosa cantante, emerja una ventana inferior izquierda en la que se recuerda que esa misma persona es la estrella de otro espacio en el que participa como jueza ante multitud de voces musicales infantiles. ¿Se imagina que usted fuera cocinero, le contratara un restaurante importante para cocinar, y los jefes se dedicaran a criticar su manera de hacerlo a diestro y siniestro a través de otros empleados suyos? ¿Y si fuera médico? Un  hospital les emplea y el gerente se encarga de divulgar en televisión o en prensa que usted debería estar en la cárcel. Sería inaudito.

Algunos medios de comunicación actuales se han convertido en depredadores y Telecinco es su máxima expresión

Algunos medios de comunicación actuales se han convertido en depredadores y Telecinco es su máxima expresión. No les importa en absoluto los profesionales con los que cuentan, ni destrozarles la vida, porque lo único que buscan es la audiencia astronómica a corto plazo. Y para ello no escatiman esfuerzos, al menos en el buque insignia de este canal, el programa Sálvame: se pagan sueldos altos a los colaboradores porque en ellos va incluida la posibilidad de acoso y derribo en el caso de que aparezca una noticia que lo requiera. Y soy consciente de que son ellos mismos los que toman la decisión de aceptarlo, pero debería de haber unos límites que nadie sobrepasara.

Hace unos meses hablaba con una amiga, trabajadora del programa de Ana Rosa, y me contaba, muy harta, que estaba cansada de que le rebajaran el sueldo y de que la tuvieran viajando por toda España, sin vida privada

Hace unos meses hablaba con una amiga, trabajadora del programa de Ana Rosa, y me contaba, muy harta, que estaba cansada de que le rebajaran el sueldo y de que la tuvieran viajando por toda España, sin vida privada. Así que mientras los tertulianos y presentadores residen en la Moraleja, los reporteros se dejan la piel por sueldos ínfimos que solo les permiten seguir pagando los gastos mensuales.

Dudo mucho que ni Isabel Pantoja ni su hijo estén fingiendo o disfrutando con la sobre exposición de tantos detalles de sus vidas privadas, también soy consciente de que se trata de dos personas que asiduamente han acudido a los medios para alimentar y engordar el interés de sus propios personajes, pero por mucho dinero que ambos acaben ganando por contar partes aisladas de esta historia, quién más beneficios está recibiendo es el propio canal que a través de cada uno de sus programas te incita a elegir uno de los dos bandos, parece que ese medio se decanta más por el que más habla ante sus cámaras, pero no es verdad, solo es apariencia; en realidad le da exactamente igual, solo busca que el espectador defienda a cualquiera de los dos, porque cuando lo ha hecho, ya se ha enganchado al culebrón, ya defiende unas actitudes concretas y reprocha otras, ya se siente con la potestad de juzgar y condenar a uno de ambos y salvar al otro, mientras necesita por vena su ración de novedades diarias. Así, Mediaset hace caja y se guarda detalles para estirarlo en lo posible, exprime el jugo de los personajes, los hace trizas, los injuria, los maltrata… todo con el fin único de despertar el interés de un nuevo espectador, de conservar al que está abonado al sofá frente a la televisión.

Un día no muy lejano, aparecerá otro tema que venga a refrescar los olores añejos y oxidados de una historia que ya no da más de sí, que ha perdido interés… y entonces, Kiko Rivera e Isabel Pantoja tendrán que volver a su realidad interior, esa que es la única que están experimentando de verdad, esa que les dice que no son suficientemente dignos el uno del otro, que no se necesitan, que no se quieren…

Un día no muy lejano, aparecerá otro tema que venga a refrescar los olores añejos y oxidados de una historia que ya no da más de sí, que ha perdido interés… y entonces, Kiko Rivera e Isabel Pantoja tendrán que volver a su realidad interior, esa que es la única que están experimentando de verdad, esa que les dice que no son suficientemente dignos el uno del otro, que no se necesitan, que no se quieren… y quizás, el hijo vuelva a las drogas o la madre retorne a la cárcel, hundidos cada vez más en un fango que provoca la sonrisa del mismo canal porque sabe que cada noticia que los cubra más de basura servirá para concitar más interés y, de esta forma, para subir sus ingresos publicitarios.

Es un juego perverso en el que los personajes siempre tienen las de perder y el canal es el que gana en cualquier caso, les vaya bien o mal a los protagonistas, si le demandan le hacen más importante, si le ignoran, abren la puerta para que los colaboradores puedan decir mayores barbaridades.

Como periodista del medio, tengo que reconocer que me da lástima que la televisión haya rebasado ese límite en el que las personas han dejado de importar, en el que el entretenimiento se produce a costa de la sangre de sus propios trabajadores; afortunadamente, en un medio tan plural, hoy en día hay más posibilidades que nunca, incluso en el mismo Telecinco, y muchas de ellas siguen siendo opciones entrañables, muy dignas de elogio y con profesionales respetados que no necesitan utilizar esas estrategias para llegar al gran público.

Imagen de Jesús Toral

Nací en Ordizia (Guipúzcoa) porque allí emigraron mis padres desde Andalucía y después de colaborar con periódicos, radios y agencias vascas, me marché a la aventura, a Madrid. Estuve vinculado a revistas de informática y economía antes de aceptar el reto de ser redactor de informativos de Telecinco Granada. Pasé por Tesis y La Odisea del voluntariado, en Canal 2 Andalucía, volví a la capital de la Alhambra para trabajar en Mira Televisión, antes de regresar a Canal Sur Televisión (Andalucía Directo, Tiene arreglo, La Mañana tiene arreglo y A Diario).