Ruz afea a Carazo que intente ahora "lavarse las manos" escudándose en defectos de forma de la empresa, cuando la realidad es que "el rechazo unánime ha hecho inviable el proyecto".

Además de la movilización ciudadana, a la que había hecho oídos sordos, la entidad que asesora a la Unesco había reclamado su paralización por "el altísimo riesgo de impacto negativo" para la Alhambra y el Albaicín.

En el mismo entorno protegido de la Dehesa de Santa Fe y con parte de la infraestructura de idéntico trazado al que se logró frenar, otra empresa tramita la instalación de un gran parque solar.