He participado en todas las manifestaciones convocadas en Granada para exigir a Israel que ponga fin al genocidio en Gaza, pero el pogromo no cesa. Cien días de bombardeos con más de 26.000 víctimas civiles y miles de desaparecidos bajo los escombros, es mucho más que insoportable. El goteo interminable de palestinos masacrados y las imágenes desgarradoras de cuerpos amortajados a diario, en su mayoría niños, es un acto de barbarie que nos recuerda los crímenes del nazismo contra los judíos. ¿Cómo es posible que las víctimas de los nazis se hayan convertido ahora en verdugos del pueblo palestino?

Es decepcionante observar que la inmensa mayoría de los israelíes han llegado a creerse el discurso oficial de que son el pueblo elegido y consideran a los palestinos como "animales"

Es decepcionante observar que la inmensa mayoría de los israelíes han llegado a creerse el discurso oficial de que son el pueblo elegido y consideran a los palestinos como "animales". También es preocupante comprobar que en Israel nadie pide el fin de los bombardeos, ni siquiera las familias de los rehenes para salvar a sus seres queridos. 

Es reconfortante, sin embargo, ver cómo Sudáfrica ha denunciado al régimen sionista, por un delito de genocidio, ante el Tribunal Internacional de Justicia. Los doce abogados que han representado en La Haya al país de Nelson Mandela saben muy bien cómo se sienten los palestinos, cuyos derechos son pisoteados a diario por un régimen de apartheid, que ellos también sufrieron durante años. Sudáfrica ha dado un ejemplo al mundo de coherencia y solidaridad. Como decía el propio Mandela: "Sabemos muy bien que nuestra libertad está incompleta sin la libertad de los palestinos". He de confesar que, en estos momentos, me avergüenzo de ser europeo y me siento sudafricano.

Sudáfrica ha condenado el ataque de Hamás, con 1.200 víctimas israelíes y más de 200 rehenes, pero considera que la respuesta de Tel Aviv es totalmente injusta y desproporcionada, pues con la excusa de acabar con la milicia palestina, está aplicando un castigo colectivo a toda la población gazatí. Todo parece indicar que el objetivo de Netanyahu es arrasar Gaza y sembrar Cisjordania de colonias ilegales para hacer inviable el Estado palestino.

¿Cuántos palestinos más tienen que morir para que Israel sea condenado por genocidio?

Y ha sido decepcionante la resolución del Tribunal de La Haya, que ni siquiera ha reclamado un alto el fuego. Sólo pide al régimen sionista que tome medidas para evitar un genocidio. Ahora resulta que el TIJ no considera genocidio a las más de 26.000 víctimas de los bombardeos indiscriminados. ¿Cuántos palestinos más tienen que morir para que Israel sea condenado por genocidio?

La Casa Blanca ni siquiera se estremece con el infanticidio que Israel llevan a cabo en Gaza. Ya van más 10.000 niños asesinados

De Estados Unidos, tampoco podemos esperar que imponga a los israelíes un alto el fuego. Sigue suministrando las bombas con las que Israel comete crímenes de guerra y organiza una flota en el Mar Rojo, con el apoyo británico, para defender los intereses del régimen sionista y del comercio mundial. La Casa Blanca ni siquiera se estremece con el infanticidio que Israel llevan a cabo en Gaza. Ya van más 10.000 niños asesinados.  En su decadencia moral, Washington vuelve a anteponer el negocio a la vida de las personas. Qué más da Biden o Trump, los dos representan los mismos intereses de la industria armamentística. Incluso el expresidente Barak Obama, que recibió el Premio Nobel de la Paz, permanece en un silencio cómplice y vergonzoso, ante la matanza de Gaza.

Netanyahu, con su prepotencia habitual, ha anunciado que seguirá bombardeando sin piedad a los gazatíes, hasta lograr la solución final que el régimen sionista ha diseñado para los palestinos: hacerles la vida tan imposible, que se vean obligados a marcharse de su tierra. Es decir, la expulsión. Y me pregunto de nuevo: ¿A cuántos palestinos tiene que matar Israel para que la Unión Europea rompa relaciones comerciales y diplomáticas con el régimen criminal de Tel Aviv?