La semana pasada, la Asociación de Constructores y Promotores de Granada lanzaba un comunicado denunciando que el Ayuntamiento de la capital tenía paralizadas inversiones por un valor de 40 millones de euros. Esa noticia, lanzada a un año de las elecciones, dato nada casual, fue inmediatamente respondida por el responsable de Urbanismo del Consistorio en un sentido muy claro: el tiempo de los chanchullos en el urbanismo de la ciudad ya son historia. El concejal Fernández Madrid lleva dos años con su equipo, revisando uno a uno los planes parciales heredados por el anterior equipo, no por algún prejuicio banal, sino porque ha sido el Urbanismo del PP el que metió a Granada en el mapa de la corrupción española. Ese trabajo, marcado por la transparencia exige tiempo, recursos y rigor, y esos tres elementos van reñidos con la presunta velocidad que los constructores demandan, quizás acostumbrados a otros procesos.

El equipo dirigido por Paco Cuenca ha puesto en marcha un proceso irreversible de cambio y transformación que se visibiliza en el día a día de la ciudad. Cambio que, descansando en valores inexistentes en el Ayuntamiento de Granada durante 13 años, como la lealtad institucional y la ausencia de confrontación, ha comenzado a sacarla del inmovilismo de estos últimos tres lustros

Y esto que comento vale para todas las áreas de gestión socialista durante estos dos años de Gobierno en Granada. El equipo dirigido por Paco Cuenca ha puesto en marcha un proceso irreversible de cambio y transformación que se visibiliza en el día a día de la ciudad. Cambio que, descansando en valores inexistentes en el Ayuntamiento de Granada durante 13 años, como la lealtad institucional y la ausencia de confrontación, ha comenzado a sacarla del inmovilismo de estos últimos tres lustros.

Hay ejemplos claros de gestión en estos dos años: el Metro, que es una realidad incontestable y que parecía imposible cuando el PP nos gobernaba; el legado de Federico García Lorca, aparcado en el conflicto, está llegando ya; el proyecto de rehabilitación de la muralla Zirí en el Albaicín, algo impensable en el pasado; el Museo Arqueológico, abierto desde el pasado fin de semana, cobra un impulso nuevo en este tiempo de cambio que le lleva a ser una realidad tangible, reforzando el peso cultural de Granada; la llegada de una partida de fondos europeos que se van a destinar a proyectos sociales de distritos como Chana o Norte; el extraordinario crecimiento en la llegada de pasajeros a nuestro aeropuerto, siendo uno de los que más ha crecido en España en estos 24 meses.

Romper la dinámica en la que la ciudad se encontraba no está siendo sencillo. No hay más que ver el comportamiento de la práctica totalidad de los grupos de la oposición, encallados en sus conflictos internos o en su devenir electoral, dejando a Granada y su gestión muy lejos de sus prioridades

En todos los elementos de la lista que acabo de describir hay un punto común muy destacable, la implicación en cada uno de ellos de todas las administraciones, sentadas en la misma mesa con el único fin de lograr una meta común, mejorar Granada.

Ese es el proceso irreversible de cambio al que me he referido antes. El Ayuntamiento camina por una ruta de transparencia y procedimientos seguros que merecen tener una continuidad. Romper la dinámica en la que la ciudad se encontraba no está siendo sencillo. No hay más que ver el comportamiento de la práctica totalidad de los grupos de la oposición, encallados en sus conflictos internos o en su devenir electoral, dejando a Granada y su gestión muy lejos de sus prioridades. Por un lado, Podemos, en plena descomposición interna, enmarañando el día a día municipal por su incapacidad de tener una única voz en su seno; y por otro, la derecha, la vieja y la nueva, haciendo pinza (también con la inestimable colaboración de los populistas morados) e intentando bloquear al Gobierno, algo que, una vez más hay que poner sobre la mesa, no están consiguiendo.

En ocasiones, los árboles nos impiden ver el bosque. Los árboles, en esta ocasión son las voces que dan unos y otros, con la intención de ahogar un bosque que está muy bien definido por el equipo de Gobierno de al ciudad: la puesta en marcha de los mecanismos de trabajo normalizados que están devolviendo la normalidad a una ciudad que estuvo conquistada por la irregularidad y el oscurantismo, algo que a día de hoy ha pasado a la historia.

José María Corpas es abogado y secretario de Transparencia y Política Municipal de la Comisión Ejecutiva Municipal del PSOE de Granada capital.