análisis con las principales claves, con el foco sobre el Ayuntamiento de Granada y el nuevo gobierno municipal

Comienza un curso político de alto voltaje en Granada

Política - Juan I. Pérez - Domingo, 5 de Septiembre de 2021
Hay ciertas singularidades en España, Andalucía y Granada que conceden al curso político que se inicia un sesgo muy especial, que promete ser de alto voltaje. Un análisis con las principales claves del periodo que se abre, con el foco sobre el Ayuntamiento de Granada y el nuevo gobierno municipal.
Montaje del salón de plenos vacío, con el símbolo de cuidado por alto voltaje.
Indegranada
Montaje del salón de plenos vacío, con el símbolo de cuidado por alto voltaje.

A la crispación impulsada como estrategia en sí misma por la derecha, aventada por su chillón altavoz mediático, el Gobierno debe responder con la comprometida agenda social y el impulso económico, una vez completado con rotundo éxito y sobre la fecha prevista la vacunación general contra el Covid. Sin olvidar que debe ser más contundente para paliar un problema social que asusta y afecta a toda la ciudadanía y que aterra ante el invierno: la escalada del precio de la luz y el oligopolio de la energía.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la conferencia en la Casa de Amércia con la que abrió el pasado miércoles el curso político. Pool Moncloa / Borja Puig de la Bellacasa

A la crispación impulsada como estrategia en sí misma por la derecha, aventada por su chillón altavoz mediático, el Gobierno debe responder con la comprometida agenda social y el impulso económico, una vez completado con rotundo éxito y sobre la fecha prevista la vacunación general contra el Covid

Y para ello, además de la fijación de un precio máximo y cuantas acciones emprenda el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, no es desdeñable la propuesta presentada esta semana en forma de Proposición de Ley por su socio de gobierno, Unidas Podemos, de crear una empresa pública de energía.

En Andalucía, la lógica apunta al adelanto electoral -negado en la Junta, por populares y ciudadanos- que le puede garantizar al PP de Juan Manuel Moreno una mayoría suficiente.

La amenaza de la ultraderecha en su previsible subida en las urnas parece resentirse, en una pérdida de fuelle que se percibe, aunque es real su amenaza ideológica. Y Ciudadanos está condenado a su extinción, puesto que se parece ya tanto al PP, con el que aspira a revalidar gobierno en la Junta, que lo convierten en innecesario e irrelevante. Hasta pueden tener problemas para completar candidaturas.

Juan Espadas, Adriana Lastra y Féliz Bolaños en el acto de Memoria Histórica del PSOE organizado en Granada el pasado 18 de agosto. Prensa PSOE-A.

Juan Marín y el nuevo coordinador provincial de CS y director general de Administración Local en la Junta de Andalucía, Joaquín López-Sidro. Prensa Cs.

La amenaza de la ultraderecha en su previsible subida en las urnas parece resentirse, en una pérdida de fuelle que se percibe, aunque es real su amenaza ideológica. Y Ciudadanos está condenado a su extinción, puesto que se parece ya tanto al PP, con el que aspira a revalidar gobierno en la Junta, que lo convierten en innecesario e irrelevante

Frente a la derecha, el socialista Juan Espadas que necesita acelerar para asentar su candidatura -los días 6 y 7 de noviembre el PSOE-A celebrará su XIV Congreso, en Torremolinos- y convertirse en una alternativa creíble y diferente, no solo del pasado que lideró Susana Díaz, sino también de Moreno. El ofrecimiento de pactos al gobierno andaluz del alcalde de Sevilla, hasta para los presupuestos, puede ser una trampa que no le dé réditos y dé más alas a la derecha.

La otra izquierda está pendiente de no caer en su recurrente error y volver a unirse en la casa común de la consolidada y mayoritaria Unidas Podemos, de la que salió Teresa Rodríguez, que se resiste, como camina sola Más País.

Todo ello confluye en Granada, donde la tensión que se avecina se centrará en el Ayuntamiento de Granada. En la Diputación, el sólido gobierno socialista de José Entrena, que ejerce como si no tuviera mayoría absoluta, por la aceptación de propuestas de IU y Podemos, parece a salvo de la crispación, ante la débil y a veces poco sensata posición del PP.

El grupo municipal socialkista con Cuenca de Alcalde el día de la investidura. Alejandro Casasola.

Y si bien la incorporación de los dos tránsfugas, expulsados de Ciudadanos, -que ni en Madrid ni en Sevilla se enteraron de lo que ocurrió en Granada-, al nuevo gobierno municipal socialista amplía su mayoría, como lógica para entender la suma, en la calle más bien parece una resta, a falta de que evidencien con hechos lo contrario

Así que en Granada se situará el foco en el gobierno que preside como alcalde el socialista Francisco Cuenca, que incorporó a José Antonio Huertas, y Luis Salvador, desde fuera, pero con mando -está por ver hasta qué punto- en “asuntos estratégicos” y de trascendencia para la ciudad, como concejal delegado.

Demostrada la capacidad de los concejales socialistas que, con Cuenca como alcalde, por primera vez, lideraron la ciudad tras salir esposado del Ayuntamiento el último alcalde del PP, José Torres Hurtado, y las nuevas incorporaciones, parecía más bien innecesaria la suma, al gobierno de José Antonio Huertas, responsable de la peor etapa que se recuerda del área social -y bien que lo censuró entonces el PSOE y Unidas Podemos-.

Visita institucional del delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, al Ayuntamiento de Granada, con Cuenca ya de alcalde. Prensa Ayto. Granada.

Algo tendría que ver la gestión entonces de los socialistas en el Ayuntamiento para que junto, y por supuesto, a la estela corrupta de la Operación Nazarí, a que encabezara la lista de los populares Sebastián Pérez, el PSOE fuera la lista más votada en las últimas municipales, cuando la ola de la derecha subía

Y si bien la incorporación de los dos tránsfugas, expulsados de Ciudadanos, -que ni en Madrid ni en Sevilla se enteraron de lo que ocurrió en Granada-, al nuevo gobierno municipal socialista amplía su mayoría, como lógica para entender la suma, en la calle más bien parece una resta, a falta de que evidencien con hechos lo contrario. De Luis Salvador, como buen negociador en general y de este nuevo pacto que le junta con el PSOE, ocho después de dejar el partido al que repudió con la misma saña con la que los socialistas le repudiaron, ahí quedan sus dos años de alcalde al frente del fracasado bipartito.

Como mostraron cuando por primera vez los socialistas acudieron al rescate de Granada en mayo de 2016, supieron dialogar con toda la oposición, que le apoyó en el pleno de investidura, menos el PP, para gobernar la ciudad en minoría, con tan solo ocho concejales, frente a los diez de ahora.

Algo tendría que ver la gestión entonces de los socialistas en el Ayuntamiento para que junto, y por supuesto, a la estela corrupta de la Operación Nazarí, a que encabezara la lista de los populares Sebastián Pérez, ya fuera del partido y convertido en otro tránsfuga, el PSOE fuera la lista más votada en las últimas municipales, cuando la ola de la derecha subía y Cuenca ya había sido imputado por una causa de cuando fue delegado de la Junta, en un proceso que la Fiscalía en 2020 pidió su sobreseimiento.

Asuntos estratégicos’, en manos de SalvadorEl mayor conflicto del gobierno socialista vendrá fuera del PSOE. Y será la labor de José Antonio Huertas, Teniente de Alcalde, y concejal de Deportes, Hacienda, Transformación Digital y Calidad, pero, sobre todo, la concejalía delegada de Luis Salvador, "para asuntos estratégicos Granada para el 2031", con competencias “para cometidos específicos en proyectos estratégicos para Granada y Área Metropolitana, Anillo Verde, Internacionalización de la marca Granada, GRX Cadioprotegida y Plataforma de Contenidos OTT/GRX TV".

Para ello, el exalcalde dispondrá de un local con dos empleados municipales y el crédito correspondiente, que saldrá del presupuesto de las áreas pertinentes. El PSOE se ha desprendido de dos cargos de confianza para cedérselos a Salvador, quien ha repescado a colaboradores suyos en su etapa como alcalde.

No hay en política ningún proyecto que esté libre de polémicas, pero las competencias que asume Luis Salvador son todas para su lucimiento. Desde la plataforma de televisión con contenidos relacionados con Granada, una especie de Netflix local, hasta los pasos para, de una vez por todas, trabajar en la marca Granada. Todo ello con un horizonte, 2031, la fecha en la que la ciudad aspira a convertirse en capital cultural europea, un objetivo para el que no se termina de trabajar con acierto.

Un ventajoso provecho obtuvo para él y el único concejal que le ha sido leal por sus votos favorables en la investidura de Cuenca el pasado 7 de julio. El pacto con los socialistas lo selló.

Afianzar el cambio municipal

Pero el gran reto de Cuenca es afianzar el cambio con hechos, tras el fallido bipartito.

Ingente tarea por hacer, para el año y 9 meses que le queda de mandato, en que debe materializar el nuevo rumbo de una ciudad, de las más golpeadas por la crisis económica y social generada por la pandemia del coronavirus

Ingente tarea por hacer, para el año y 9 meses que le queda de mandato, en que debe materializar el nuevo rumbo de una ciudad, de las más golpeadas por la crisis económica y social generada por la pandemia del coronavirus.

La época vacacional parece haber dejado lejos aquel pasado 7 de julio, cuando se convirtió en alcalde. Algunos apuntes quedaron fijados, pero aún no ha mostrado con detalle su plan para una ciudad, relegada por el eje geoestratégico andaluz, Sevilla-Málaga.

Primera Junta de Gobierno local del mandato de Cuenca. prensa Ayto. Granada.

Una ciudad superada por otras en la gestión cultural, tras dos años de zozobra, que necesita fortalecer los servicios sociales. Contribuir a la recuperación económica y volver a mirar a todos sus barrios, no solo al centro. Mejorar la limpieza y el transporte urbano y promover, cuando regrese que lo hará, un turismo sostenible que no convierta a Granada en un parque temático para el visitante, en detrimento de la vecina o el residente, donde no se pueda pasear entre tanta terraza.

Antonio Cambril, junto a Elisa Cabrerizo y Paco Puentedura. Alejandro Casasola.

Para ello debe contar con Unidas-Podemos, su socio que debía ser natural, en el viraje necesario que precisa la ciudad, pero al que relegó al preferir como socios preferentes a dos tránsfugas, cuestionados en su etapa del bipartito

Y de lo que ha carecido la ciudad en la etapa del bipartito. Ser reivindicativo ante la Junta y el Gobierno, por el bien de Granada.

Para ello debe contar con Unidas-Podemos, su socio que debía ser natural, en el viraje necesario que precisa la ciudad, pero al que relegó al preferir como socios preferentes a dos tránsfugas, cuestionados en su etapa del bipartito.

La formación que lidera como portavoz Antonio Cambril les respaldó sin fisuras en la investidura, pero sin que ello significara un apoyo incondicional como cheque en blanco. Cerrar bien y desarrollar el acuerdo programático con Unidas Podemos no solo garantizará la estabilidad, aportará beneficios para la ciudad.

Compromisos con Granada de la Junta y el Gobierno

La Junta de Andalucía debe demostrar lealtad institucional con el nuevo gobierno municipal de Granada y colaborar con proyectos dotados de presupuestos con el Ayuntamiento, aunque haya cambiado de signo político.

Su representación en Granada ha comenzado con feos gestos, como dar la espantada al acto del cierre de Fermasa como el gran centro de vacunación de la provincia, tras anunciar su asistencia. No se trataba, aunque también lo merecía, felicitar al Ayuntamiento de Armilla, socialista, por su labor, sino a todo el personal sanitario, protección civil y policías, que lo han hecho posible.

Es la atención primaria lo más inmediato que debe mejorar la Junta en Granada. Desatascar el Plan Alhambra, cuya remodelación incluida del Paseo de Romayla, se encuentra en suspenso. Y de paso mejorar la gestión del monumento, -La Junta deriva 5 millones de euros del personal del SAS para salvar a la Alhambra de la quiebra-.

Mojarse en la desinfección de los centros escolares, seguir su apuesta por la ampliación del metro y aclarar el futuro de la vía de alta capacidad (VAU) que amenaza a la Vega Sur o del cierre del anillo, otrora el gran proyecto del PP. ¿Dónde está el gran espacio escénico para Granada?, Impulsar, tras rescatarlo, el PTS.

El Gobierno debe comprometerse con el soterramiento de las vías del tren para que La Chana recupere la vitalidad. Que la participación en el proyecto de otras administraciones, no sirva para prolongar que se ejecute. Y apostar por el ferrocarril y la recuperación del tren convencional, con la línea Guadix-Baza-Almendricos-Lorca, como prioritaria.

Como lo es el tren a Motril, ampliar las conexiones del AVE y, acordar de una vez por todas con la Junta, las canalizaciones de la presa de Rules.

El PP de Granada, en su peor momento

No comenzó con acierto el nuevo presidente provincial del PP, el alcalde de Alhendín, Francisco Rodríguez. Pocas estrategias tan desacertadas como la que materializó el pasado 8 de junio, en presencia de los seis concejales populares y de su secretario general -y director-Gerente del Consorcio de Transporte Metropolitano Área de Granada-, Jorge Saavedra, cuando anunció que rompían unilateralmente el pacto de gobierno que, hasta ese día, había permitido a esta fuerza y Ciudadanos, gobernar Granada, con Luis Salvador de alcalde.

Francisco Rodríguez delante de su secretario provincial y los seis concejales del PP cuando anunció la ruptura del bipartito. EP

Aquella ruptura del bipartito, provocada por el PP para forzar a Luis Salvador a que le entregara la alcaldía, se convirtió en una de las peores tácticas políticas de la historia de la ciudad: abrió un irresponsable periodo de inestabilidad institucional, solo comparable al caso Nazarí y terminó, como entonces, con la elección del socialista Paco Cuenca, como alcalde de Granada.

Mal calculada, planificada y ejecutada, la operación por la que creyeron recuperar la alcaldía de Granada, al darle credibilidad, entonces, a una alternancia que solo defendió Sebastián Pérez, al que el partido le dio la espalda lo que provocó en un arranque de dignidad abandonar la formación, pero no el acta, le salió el tiro por la culata. Eso sí, con la aprobación de la dirección regional y nacional

Mal calculada, planificada y ejecutada, la operación por la que creyeron recuperar la alcaldía de Granada, al darle credibilidad, entonces, a una alternancia que solo defendió Sebastián Pérez, al que el partido le dio la espalda lo que provocó en un arranque de dignidad abandonar la formación, pero no el acta, le salió el tiro por la culata. Eso sí, con la aprobación de la dirección regional y nacional.

Todo un desacierto, tras un patético desarrollo en el que se plegaron al expresidente provincial para poder recabar su apoyo y cambiaron a su candidato a la alcaldía, Luis González, por el que quería Sebastián Pérez, Francisco Fuentes.

Y no solo, desde entonces, no han levantado cabeza, sino que en la provincia perdieron en una moción de censura el gobierno de uno de sus municipios emblemáticos, La Zubia, en favor del PSOE, y por tanto la alcaldía que ejercía Inmaculada Hernández, portavoz popular en la Diputación.

Todo ello le ha valido a la nueva dirección no pocas críticas internas, en un partido que no ha terminado de cohesionar, con injerencias de destacados granadinos y granadinas, en la Junta, desde Sevilla y la provincia.

Juan Manuel Moreno, Pablo Casado y Francisco Rodríguez. Prensa PP Granada.

Todo el plan del PP para socavar el gobierno socialista de Cuenca en la capital es cargar continuamente con el transfuguismo de Luis Salvador y José Antonio Huertas.

Pero, sin embargo, si hay un partido por encima de todos, que no tiene autoridad moral para recriminar asuntos de transfuguismo es, precisamente, el PP. Sí, el PP que esquivó la moción de censura en la Región de Murcia que impulsaban los socialistas, con Ciudadanos, al pactar con tránsfugas de Cs. El PP que se salió, por ello, del pacto nacional contra el transfuguismo

Pero, sin embargo, si hay un partido por encima de todos, que no tiene autoridad moral para recriminar asuntos de transfuguismo es, precisamente, el PP. Sí, el PP que esquivó la moción de censura en la Región de Murcia que impulsaban los socialistas, con Ciudadanos, al pactar con tránsfugas de Cs. El PP que se salió, por ello, del pacto nacional contra el transfuguismo.

El PP que, en Granada, en Churriana de la Vega, que colinda con Alhendín, del que es alcalde su presidente provincial, gobiernan los populares con un tránsfuga del PSOE. Sobre ello, el regidor de Churriana, Antonio Narváez, admitió que gobernaba con un tránsfuga y afirmó que “es un brindis al sol” el Pacto Antitransfuguismo, seis meses antes que Pablo Casado lo dinamitara en plena opa hostil sobre Ciudadanos.

Cuando en aquella misma mañana del 8 de junio, mientras rompía el PP el acuerdo de gobierno municipal, el portavoz de Cs, Manuel Olivares, y la concejala de ese partido, Lucía Garrido, presentaban también su renuncia como miembros del gobierno bipartito y abandonaban la formación naranja, pero no sus respectivas actas.

Acaso no iban a apoyar estos dos tránsfugas en su acción coordinada con el PP, a los populares de prosperar su asalto a la Alcaldía. ¿Acaso no pactaron entrar los dos tránsfugas en el gobierno que no salió? Qué descaro.

Y así sigue el grupo municipal, que tendrá que recuperar la credibilidad, mientras ya se lucha con posicionarse para la futura lista a las municipales o buscar acomodo en las otras listas a la Junta o en las Cortes. Pero el candidato no será ninguna ni ninguno de ellos.