Los datos del paro de abril arrojan una imagen desoladora y la cosa va a peor. En todo el conjunto del país el paro ha crecido en 282.891 personas, de los cuales 32.964 son andaluces/as. Se trata de un aumento del paro sin precedentes y el peor mes de abril de la serie histórica del conjunto del país. Estos datos se suman a los de marzo, cuando Andalucía aumentó en 138.569 desempleados/as. En estos dos meses Andalucía suma 171.533 parados más, el 30% del conjunto del país. Y eso sin contar los ERTEs, que han afectado a 461.007 trabajadores en Andalucía según los datos actualizados a 4 de mayo por el propio Ministerio, o la situación sería aún más catastrófica.

Granada ha superado ya la cifra de los 100.000 desempleados/as, de ellos casi 70.000 corresponden al sector servicios, un empleo de mala calidad, con alta temporalidad, de escaso valor productivo y excesivamente dependiente de lo que pasa fuera de nuestras fronteras.

Villaverde señala que “esto no es una sorpresa, se sabía perfectamente que las políticas de fomento del turismo como única fuente de empleo en Granada y Andalucía, y los elevados índices de temporalidad y precariedad en el sector, iban a tener unas dramáticas consecuencias en caso de una crisis y ahora vemos los efectos. La falta de diversificación del modelo productivo nos sitúa en una posición de debilidad frente a cualquier crisis. Es por ello que ahora es más necesario que nunca levantar una alternativa al actual modelo productivo dependiente del turismo que diversifique los sectores y que fomente la estabilidad y seguridad en el empleo”.

Pero la realidad es bien distinta, el gobierno de Moreno Bonilla está precisamente remando en la dirección contraria. Según denuncia Adelante, “El “decretazo” (Decreto ley 2/2020 de mejora y simplificación de la regulación para el fomento de la actividad productiva en Andalucía) que aglutina el fuerte de las medidas en materia de modelo económico, vuelve a poner nuestro modelo productivo en la senda del pelotazo y el monocultivo del turismo desregularizando las prácticas más lesivas contra nuestros recursos naturales y volviendo a poner nuestras vidas al servicio de intereses ajenos, ignorando nuevamente el daño que esto genera a la mayoría social”. 

La parlamentaria de Adelante insiste en que “la solución a la situación límite que estamos viviendo pasa por un cambio estructural que choca frontalmente con la política continuista que proponen las derechas. Para que esta crisis no la paguen de nuevo las trabajadoras y trabajadores, además de un cambio en el modelo productivo, hay que proteger el empleo mediante la derogación de las dos últimas reformas laborales. Además, afrontar la situación de emergencia social que se deriva de esta crisis, va a exigir aumentar considerablemente la inversión en protección social. La cuestión de fondo es quién va a hacerse cargo. Es necesario aprobar ya una reforma fiscal, una “tasa Covid”, para que aporten más quienes más tienen o, por el contrario, serán de nuevo las y los de abajo quienes asuman el coste”.