80.000 personas, según la organización, y unos 40.000, según fuentes policiales, han participado en la mañana de este domingo en la convocatoria del sector sanitario, que había organizado una marcha para visibilizar el rechazo de profesionales y ciudadanos a la fusión hospitalaria llevada a cabo por el SAS en Granada.

 

EQUO, que realizó un llamamiento a secundar esta manifestación, ha calificado de “éxito rotundo” el desarrollo de la misma, asegurando que la masiva respuesta a la convocatoria ha demostrado que “la ciudadanía no quiere que se juegue con su salud”.

 

El partido verde ha valorado de este modo el poder de la gente, señalando que “se ha demostrado que, cuando la ciudadanía se une, su voz es más fuerte y los que nos gobiernan no pueden mirar para otro lado”. Así se ha pronunciado la coportavoz de EQUO en Granada, Ana Rodríguez Gállego, que ha aplaudido la actitud de la ciudadanía y de los profesionales “que han sabido mantenerse unidos para visibilizar su rechazo a esta situación”.

 

Tras el éxito de la protesta, desde la formación confían en que “se paralice la fusión en los términos en los que se ha planteado” y que el Servicio Andaluz de Salud dé marcha atrás y tenga en cuenta la opinión de los profesionales en el proceso, pues “son los que están día a día al pie del cañón, conocen las necesidades y pueden aportar las claves necesarias para una redistribución de los servicios más eficiente”.

 

“No queremos comités gestores impuestos por la gerencia; queremos equipos de trabajo con todos los agentes implicados”, ha insistido Rodríguez Gállego, que se ha mostrado convencida de que, tras la respuesta de la ciudadanía a este llamamiento, “el SAS obligatoriamente tendrá que replantearse la situación, analizarla detenidamente y poner sobre la mesa soluciones”.

 

EQUO Granada recuerda que la sanidad pública y de calidad debe ser una línea infranqueable, pese a que en los últimos años se ha venido asistiendo a su deterioro, con la reunificación –cuando no eliminación- de servicios, un aumento en los tiempos de espera, y una merma más que considerable en las condiciones de trabajo del personal sanitario, que trata de compensar con su excelente profesionalidad y dedicación los recursos que se le niegan por parte de la Administración.