Que no se nos anquilose la democracia

Inicio esta reflexión dejando claro que el consenso, el acuerdo y el pacto son conceptos necesarios, convenientes, incluso acertados, pero no son ningún evangelio. El disenso, el desacuerdo y la confrontación democrática son conceptos igualmente necesarios, convenientes y acertados. Por definición, ninguno es mejor ni peor. Habrá que descender a las causas, consecuencias y motivaciones de uno u otro para acertar con la tecla de que sea más positivo y aporte mayores beneficios al asunto de que se trate. En este caso, el asunto en cuestión es el funcionamiento interno del PSOE, su actual proceso congresual, sus métodos de selección de sus órganos ejecutivos y también la percepción ciudadana de los consensos y los disensos internos. Nada más y nada menos.
Es igualmente innegable que en todo ese proceso la militancia socialista no hemos votado ni una sola vez. Ni candidaturas a la Secretaría General, por el amplio acuerdo existente al respecto en los tres niveles, ni aportaciones o propuestas en forma de enmiendas a las ponencias oficiales, pues todas las que han existido han sido “elevadas” a los niveles superiores del partido, y ahí se han quedado
Ha avanzado bastante el proceso congresual del PSOE. Ya se ha celebrado el 41 Congreso Federal y el 15 Congreso Regional de Andalucía. Del mismo modo, una de las incógnitas del Congreso Provincial de Granada, el nombre del próximo Secretario General, ya está despejada. Del mismo modo que es innegable el hecho de que eso ha ocurrido así, es igualmente innegable que en todo ese proceso la militancia socialista no hemos votado ni una sola vez. Ni candidaturas a la Secretaría General, por el amplio acuerdo existente al respecto en los tres niveles, ni aportaciones o propuestas en forma de enmiendas a las ponencias oficiales, pues todas las que han existido han sido “elevadas” a los niveles superiores del partido, y ahí se han quedado. Quien esto suscribe, ignoro si es algo generalizado, no sabe qué ha sido de las enmiendas, si han sido defendidas o contraargumentadas por alguien y los porqués de ello. Llegará el momento de volver a repensar el modelo de funcionamiento interno del Partido, para que estas “disfunciones” encuentren solución lógica, compartida y sobre todo, más participativa.
Ahora llega el momento de que las socialistas y socialistas de toda la provincia, y de todos y cada uno de sus municipios, afronten el debate de cómo se reestructuran de cara a los importantísimos retos que se nos avecinan. Retos electorales, retos políticos, retos sociales y retos también para motivar, movilizar e incentivar la tarea de esa ingente cantidad de personas que militan en el PSOE y que ansían participar en la vida política de su pueblo o ciudad.
Tocarán Elecciones en Andalucía, seguramente el año próximo. Tocarán Elecciones en España, muy seguramente en 2027. Y tocarán, sin la menor de las dudas, Elecciones Municipales en mayo de 2027. Para todo ello, conviene diseñar estrategias, posiciones y equipos aptos y convencidos del trabajo que hay que hacer, que es mucho, muy intenso, muy comprometido y que habrá de realizarse en un contexto difícil y complejo. Siempre será de agradecer el ofrecimiento para esa tarea, pero más necesario que ello será la oportunidad y la capacidad para la misma. Si se puede llegar a una conclusión general de forma consensuada, estará bien. Y si no se alcanza de manera consensuada, también estará bien. En mi opinión, estará incluso mejor, y aporto alguna razón para afirmarlo.
En la ciudad de Granada, convendremos que asistimos al final de una etapa. Una etapa llena de acontecimientos y de altibajos políticos. La vida municipal ha vivido momentos de gran intensidad, de extrema dificultad y también de enorme responsabilidad
En la ciudad de Granada, convendremos que asistimos al final de una etapa. Una etapa llena de acontecimientos y de altibajos políticos. La vida municipal ha vivido momentos de gran intensidad, de extrema dificultad y también de enorme responsabilidad. Comportamientos irresponsables de la derecha, disposición socialista a tomar las riendas, mayorías cambiantes y no siempre estables, hasta llegar a la situación actual, que ofrece una mayoría absoluta incontestable del PP, a lo que se suman 2 concejales de Vox, y una oposición socialista que se sitúa en el máximo alcanzado en esta etapa, de 10 concejales, claramente insuficientes para plantear alternativas, más aún cuando a la (supuesta) izquierda no se atisban señales de racionalidad política para revertir la situación. Un panorama que, como decía, apunta sin discusión, a final de etapa.
Quizá sea el momento de un “buen meneo”, que recomponga y rehaga la realidad del partido en la ciudad. Desde luego, que es el momento de que todas las voces, todas las opiniones, todas las perspectivas se hagan oír, se expliquen con claridad, se contrapongan y se resuelvan democráticamente
A partir de asumir esta realidad, corresponderá a la, a veces adormecida, militancia socialista plantear qué camino emprender, con que mimbres empezar a construir el cesto que habrá de ir ofreciendo respuestas a todos los retos planteados. Quizá sea el momento de un “buen meneo”, que recomponga y rehaga la realidad del partido en la ciudad. Desde luego, que es el momento de que todas las voces, todas las opiniones, todas las perspectivas se hagan oír, se expliquen con claridad, se contrapongan y se resuelvan democráticamente. Sé bien lo que digo cuando afirmo que los momentos de mayor movilización y participación socialista en la ciudad han correspondido a procesos donde no se produjo el consenso. Es más, fueron momentos de varias candidaturas, de varios equipos debatiendo, de mucha gente involucrada. Y no sólo no pasó nada, ni hubo que poner el grito en el cielo, sino que la respuesta interna y externa mejoró, la percepción de la ciudadanía también lo hizo, y el reflejo electoral, siendo insuficiente, también ofreció atisbos de mejora.
De lo contrario, creo que estaríamos desaprovechando una oportunidad de cambio y de ilusión. Y lo que es peor, estaríamos corriendo el riesgo de que la democracia se nos anquilosara y no fuéramos conscientes de que tras el anquilosamiento viene la parálisis
Por tanto, aunque sea en el último eslabón del proceso congresual, bien estaría que se dejaran a un lado los siempre laudatorios llamamientos al acuerdo, las sempiternas llamadas al pacto y los inútiles y frustrantes toques de atención, y se abriera la posibilidad de debatir proyectos e ideas y confrontar éstos con los equipos humanos llamados a desarrollarlos. De lo contrario, creo que estaríamos desaprovechando una oportunidad de cambio y de ilusión. Y lo que es peor, estaríamos corriendo el riesgo de que la democracia se nos anquilosara y no fuéramos conscientes de que tras el anquilosamiento viene la parálisis.
Nunca, y ahora mucho menos, el conformismo y la apatía han aportado nada al proyecto socialista, de modo que pongámonos a la tarea.