"Encontrarnos en la política"
La deriva política en nuestro país lleva tiempo dirigiéndose hacia un escenario cargado de desencuentros y los caminos que se ofrecen como respuesta vienen guiados por el gen de la incompatibilidad. Si estás conmigo, se predica desde un polo, perteneces a la quintaesencia de la constitucionalidad y si estás contra mí te sumas al grupo de la ruptura que cede irresponsablemente ante quienes no tienen más modelo común que el propio.
Si damos la vuelta por pasiva al diagnóstico y a las soluciones nos encontramos con una explicación distinta, la de quienes dicen apostar por el diálogo y perseguir una España común dentro de la diversidad, respetando los hechos diferenciales, frente a la España encerrada en la caverna donde planea un águila incapaz de tolerar vuelos de avecillas que comparten el mismo cielo.
Estos son los trazos gruesos y desproporcionados que se alumbran hoy en el panorama político de nuestro país y que pretenden ser excluyentes, volviendo a las dos Españas machadianas. Además, desde ambos focos se canoniza esta dualidad. O conmigo o contra mí. Este “mí” va envuelto en grandilocuentes términos, léase España o la libertad, por ejemplo. Lo demás, se apunta abiertamente, es dividir o perder el voto y favorecer al contrario. Se diría que la posición intermedia, capaz de reconocer valores y defectos en cada uno de los polos, es desechada sin miramientos como inútil desde una superioridad moral inasumible.
Creê quiere romper esa dinámica de interesada alternancia. Nace para intentar desmentir que no quepan espacios de encuentro en un país como el nuestro
Creê quiere romper esa dinámica de interesada alternancia. Nace para intentar desmentir que no quepan espacios de encuentro en un país como el nuestro. Sin duda, un país moderno, que ha dado frutos maravillosos en las disciplinas más variadas del conocimiento humano; un país que destaca en competiciones deportivas, individuales y en grupo; un país que salió de la dictadura tras cuatro décadas y supo abrazar las diferencias y generar un ambiente de concordia y futuro sin derramar una gota de sangre. Fue un auténtico modelo para el mundo que debiera llenarnos de orgullo y cuyo talante tendría que presidir nuestras relaciones.
Que recientes intentos en busca del centro hayan fracasado por causas muy diversas, no resta la positiva consideración que han merecido en su corto devenir político
Que recientes intentos en busca del centro hayan fracasado por causas muy diversas, no resta la positiva consideración que han merecido en su corto devenir político. Por lo general, incluso, se ha lamentado la desaparición y se teoriza con la necesidad de un proyecto capaz de mirar a ambas orillas, con el objetivo de alcanzar posiciones moderadas, con un espíritu reformista que persiga una sociedad más libre, más igualitaria y más justa. Sin líneas rojas salvo las de impedir que miradas cortas, proyectadas desde la radicalidad, tensen las costuras constitucionales y generen diferencias significativas entre los ciudadanos llamados a convivir desde la serenidad y la búsqueda generosa del bien común.
Ese es el objetivo de Creê. Este edificio de concordia pretende edificarse contando con la aportación de cuantos consideramos necesario levantar una estructura que permita llevar sosiego a la política. Busca ser espacio de comunicación, que ponga sobre la mesa colectiva las reformas que exige la política en su sentido más amplio, en su propio dinamismo y en todas las cuestiones de las que debe hacerse eco: sanidad, educación, pensiones, medio ambiente, libertades, justicia, empleo... No hay nada ajeno a la lupa de esta iniciativa que arranca gracias a un grupo de inconformistas. Pero queremos hacerlo desde la consulta y la participación. Creê será el fruto maduro de quienes busquen vivir la política como servicio público, desde el centro, persiguiendo con esperanza las transformaciones necesarias y con un inequívoco revestimiento ético. Servir y no servirse se alza como actitud innegociable.
El futuro está por escribir. Será el resultado de la incorporación de cuantos se sientan interpelados
El futuro está por escribir. Será el resultado de la incorporación de cuantos se sientan interpelados. Estamos convencidos de que urge un cambio de estilo en la política, que sea capaz de hilvanar valores compartidos y alimentarse con el debate serio, riguroso e inclusivo.
Decimos no a los dogmas, no a las descalificaciones groseras, no a las imposiciones, no a quienes se arrogan el don de la omnisciencia, no, en definitiva, a cuantos quieren dibujar nuestro país con el pincel monocolor que apuntan sus doctrinas eternas y condenarnos a tener que decidir siempre entre unos u otros, cultivando el enfrentamiento permanente en el humus social.
Creê, si se busca, será encontrado en la mesura de una política hecha desde la verdad y para ser útil a los unos y a los otros.