'Una Ley de segunda mano'

Blog - Punto de fuga - Cristina Prieto - Jueves, 9 de Marzo de 2023
Foto de familia de cuando la Confederación Granadina de Empresarios conmemoró los 40 años.
CGE
Foto de familia de cuando la Confederación Granadina de Empresarios conmemoró los 40 años.

Definitivamente, nos están tomando por tontas. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció la semana pasada que se va a aprobar una ley para garantizar la paridad de hombres y mujeres.  Y casi doy un grito parecido a aquel ¡Pedroooo! que gritó Penélope Cruz en la entrega de los Premios Oscar cuando el destino quiso que fuera ella la encargada de dar aquellos galardones y resultó premiado Pedro Almodóvar. ¡Qué fantasía! Aquella película llevaba por título Todo sobre mi madre. Todavía se podía utilizar esta palabra sustituida ahora por progenitor gestante.

Pero mi grito no tenía nada que ver con aquella cinta sino con la desfachatez de anunciar algo que, se supone, se debería haber conseguido ya con una ley aprobada hace más de 15 años

Pero mi grito no tenía nada que ver con aquella cinta sino con la desfachatez de anunciar algo que, se supone, se debería haber conseguido ya con una ley aprobada hace más de 15 años. Aquella normativa denominada Ley 3/2007 para la igualdad efectiva de mujeres y hombres fue aprobada por el Gobierno que encabezó José Luis Rodríguez Zapatero y ya contemplaba en sus artículos 52 y 53 la representación equilibrada de hombres y mujeres en los órganos directivos de la Administración General del Estado y de los organismos públicos vinculados, en el artículo 75 este mismo equilibrio en los consejos de administración de sociedades mercantiles, en la Disposición adicional primera aclara lo que se considera una representación equilibrada y en la Disposición adicional segunda introduce las modificaciones necesarias para acercarse a la paridad en la Ley Orgánica del Régimen Electoral General. De todo esto, lo único que se ha cumplido ha sido la paridad en las listas electorales porque llevaba aparejada una sanción, es decir, no se podía presentar la lista si no cumplía estos requisitos con la salvedad de las proporciones previstas para territorios en orden al número de habitantes.

Se piensan que somos tontas, que no tenemos memoria y que estamos siempre entretenidas en nuestras tonterías sin importancia y no recordamos que esta burra ya se nos vendió

Y como ahora toda gira en torno a las autopercepciones, autodeterminaciones, autodesignaciones y autodiagnósticos, este gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos se autodenomina el más feminista de la historia cuando los retrocesos para las mujeres son palpables. Se piensan que somos tontas, que no tenemos memoria y que estamos siempre entretenidas en nuestras tonterías sin importancia y no recordamos que esta burra ya se nos vendió. Quizá tenga algo que ver la caída en intención de voto de las mujeres a las opciones que antes se consideraban progresistas –el PSOE ya ha perdido 6 puntos entre el electorado femenino- y necesitaba un golpe de efecto a tres meses de las Municipales y a diez de las Generales. Pero ya no cuela.

Ya tenemos una Ley de igualdad que no se ha cumplido y, si se quería vender de segunda mano, unas reformas habrían sido suficientes. El problema es que esta Ley –ha sido un placer leerla con detenimiento- habla de igualdad entre sexos y, claro, esto ya empieza a no cuadrar con los textos que se han ido aprobando en los últimos años donde este concepto ha sido desplazado por el de género. La diarrea legislativa de la que hablaba la secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez, parece haber contagiado a todo el Gobierno. Ha pasado como en las guarderías que, cuando entra el bichito, no se da abasto para cambiar pañales.

Se piensan que somos tontas, que no tenemos memoria y que estamos siempre entretenidas en nuestras tonterías sin importancia y no recordamos que esta burra ya se nos vendió

La recientemente aprobada Ley Trans va a hacer saltar por los aires la paridad porque, en el momento en el que el sexo ya no es relevante y cualquiera puede elegirlo a voluntad, no habrá ningún problema legal en llenar las listas a base de sentimientos. Entre el sexo asignado al nacer, el biológico, el sentido, el elegido y el declarativo las listas electorales van a ser un circo de cuatro pistas donde el género saltará de trapecio en trapecio sin tocar el suelo. Tardará en llegar, pero lo hará. Por no hablar del género fluido – unos días se es hombre y otros mujer- ante el que reconozco mi absoluta fascinación.

Pedro Sánchez ignora que ya tenemos una Ley de igualdad que podría desarrollarse mediante reglamentos para ajustar la obligación de presentar listas cremallera a las elecciones, definir claramente la paridad en los consejos de ministros y en los consejos de administración que en el texto de 2007 aparecen como recomendaciones

Pedro Sánchez ignora que ya tenemos una Ley de igualdad que podría desarrollarse mediante reglamentos para ajustar la obligación de presentar listas cremallera a las elecciones, definir claramente la paridad en los consejos de ministros y en los consejos de administración que en el texto de 2007 aparecen como recomendaciones. Y, con esto, la Ley actualmente el vigor quedaría niquelada. Busque otros golpes de efecto para salir del atolladero en el que se ha metido usted solito durante una legislatura que las mujeres recordaremos por muchos años y haga cumplir la Ley que para eso está.

Ayer, 8 de Marzo el Feminismo volvió a recordar en las calles que hay que acabar con la prostitución, los vientres de alquiler, la explotación reproductiva de las mujeres a través de la venta de óvulos y, sobre todo, que ser mujer no es un sentimiento. Tome nota Presidente, resalte esta fecha con muchos colorines si quiere y un toque de purpurina si le apetece, porque, como dice el refrán, de grandes cenas estás las sepulturas llenas. Y usted va de atracón en atracón.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Imagen de Cristina Prieto

Madrileña afincada en Andalucía desde 1987, primero en Almería y posteriormente en Granada donde he desarrollado mi carrera profesional como periodista. Me licencié en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, cursé mi suficiencia investigadora en la Universidad de Granada dentro del programa Estudios de la Mujer y leí mi tesis doctoral en la Universidad de Málaga.