'La que has liao, pollito'
Al final acabaremos echando de menos a Rajoy y si no, al tiempo. Y eso que este Pablo Casado se postula como uno de los cómicos más importantes de este país. No es nuevo que haya cometido un error, como colarse en una misa celebrada en Granada en honor al dictador que constriñó las vidas de millones de personas. En los últimos tiempos, nos hemos acostumbrado a escuchar meteduras de pata del presidente del Partido Popular como hace un par de años, cuando dijo que «hoy, después de ir a Bilbao, vamos a ir a Guipúzcoa, vamos a visitar Getxo», tal vez sus asesores no le comunicaron que esta ciudad está en Vizcaya, pero el desconocimiento de la geografía española se repitió unas semanas después en Melilla cuando se enorgulleció «de estar en la única ciudad española y europea en África», los pobres ceutíes miraron alrededor por si la tierra se había movido y los habían enviado a otro continente. Y es que Casado no solo ha destacado como un gran desconocedor de la geografía de este país sino que ha demostrado que también se saltaba las clases de historia cuando señaló sobre la fiesta de la Hispanidad que «es probablemente la etapa más brillante, no de España, sino del hombre». Le faltó añadir «es que en España somos la hostia». De cualquier manera, hay que reconocer que no son errores muy graves, únicamente que ponen en evidencia una falta de cultura y un asesoramiento regular por parte de quienes le rodean.
Claro que Casado, ya antes de ser presidente ironizó medio sonriente con que «el Partido Popular sí que tiene que tener credibilidad para hablar de corrupción, porque es nuestra identidad»
Claro que Casado, ya antes de ser presidente ironizó medio sonriente con que «el Partido Popular sí que tiene que tener credibilidad para hablar de corrupción, porque es nuestra identidad». Hay que reconocer que ahí la clavó en el centro de la diana. Sobre todo después de lo que los jueces hayan dictaminado sobre esta formación política. Se ve que no le reprendieron demasiado, al contrario, acabaron ofreciéndole el puesto que ocupaba entonces Mariano Rajoy.
Todos recordamos como al inicio del pasado verano, el pobre hombre se volvió a meter en otro charco al considerar que «la Guerra Civil fue el enfrentamiento entre quienes querían la democracia sin ley y quienes querían ley sin democracia, y nuestra Constitución es el pacto por el cual no puede haber democracia sin ley ni ley sin democracia». Llama la atención que esto último lo leyó, así que se supone que estaba consensuado, pero evidencia que pone al mismo nivel a los dos bandos, uno de los cuales, el que ganó la guerra, estaba encabezado por el caudillo que impidió que los españoles pudieran evolucionar bajo el yugo de unas leyes arbitrarias.
En fin, que dado el bagaje del personaje, cuando me enteré de que Casado había decidido ir a misa el 20 de noviembre mientras pernoctaba en Granada con su familia y que entró a la iglesia del Sagrario, contigua a la catedral, donde se rezaba por el alma de Primo de Rivera y Francisco Franco sin saberlo, no me extrañó
En fin, que dado el bagaje del personaje, cuando me enteré de que Casado había decidido ir a misa el 20 de noviembre mientras pernoctaba en Granada con su familia y que entró a la iglesia del Sagrario, contigua a la catedral, donde se rezaba por el alma de Primo de Rivera y Francisco Franco sin saberlo, no me extrañó. Menos aún en el momento en el que vi que el presidente de esta formación se fotografiaba con un tuitero a la salida del acto religioso. No me cabe la menor duda de que no sabía lo que hacía, pese a que solo once iglesias en todo el país nombraron al dictador ese día a propuesta de la Fundación Francisco Franco, que en la primera fila del templo granadino había una enorme bandera preconstitucional, en el altar, una corona de laurel con la bandera y que al acabar la liturgia, en el exterior, se cantó el Cara al sol.
Lo que aún me parece más grave es que la respuesta del partido no haya sido rotunda y contundente y no haya llegado directamente desde el protagonista, que esta formación se haya limitado a expresar que el tema es una cortina de humo del PSOE para reducir el impacto de su acuerdo con Bildu para los presupuestos y que añada que nadie se acuerda ya de Franco. Y es posible que el partido de Sánchez se haya aprovechado de ello, pero desde luego el PP se lo ha puesto en bandeja.
Realmente lo que a mí más me molesta es que la Fundación Francisco Franco siga existiendo, que se considere libertad de expresión enaltecer al dictador, que tengamos que escuchar cada año en el aniversario de su muerte noticias sobre esta momia que seguramente deambulará por el infierno junto a Hitler o Mussolini y que algunos tengamos la sensación de que desde su tumba se sigue riendo por la posición privilegiada en la que ha dejado a sus descendientes.
Realmente lo que a mí más me molesta es que la Fundación Francisco Franco siga existiendo, que se considere libertad de expresión enaltecer al dictador, que tengamos que escuchar cada año en el aniversario de su muerte noticias sobre esta momia que seguramente deambulará por el infierno junto a Hitler o Mussolini
Si en Alemania está prohibida la esvástica excepto tachada, si en Italia no se permiten manifestaciones fascistas y ambos personajes están considerados como una vergüenza para su país, ¿por qué en España tenemos que seguir permitiendo que haya fundaciones que rememoren lo más oscuro de nuestra historia?
Nos contaron que la transición española fue ejemplar y después comprendimos a lo que habíamos tenido que renunciar para que así fuera. Hacer borrón y cuenta nueva es igual que esconder la basura bajo la alfombra, tarde o temprano acaba desbordándose y volviendo a aparecer. Cuando la derecha dice que hay que olvidar a Franco y seguir hacia adelante no cuenta con todas las familias que siguen sin poder enterrar a los suyos, con los treinta y seis años durante los cuales se ensalzó a los verdugos sin reparar después el daño a las víctimas, con que mientras en Alemania no es posible un acto nazi, aquí se permiten actos franquistas todavía ahora sin ninguna consecuencia para los que lo organizan.
Entiendo que Pablo Casado haya cometido otro error más, somos todos humanos, pero lo que engrandece a un líder es reconocerlo, pedir perdón y no volver a repetirlo. En este caso, el partido que le respalda más que trasmitir disculpas ha enviado la idea de que a la gente no le importa Franco en absoluto. Solo diré que yo soy parte de esa gente y a mí sí me importa y me preocupa que justo cuando esta formación escora a la derecha para desviar los votos de su principal rival no sea contundente contra las dictaduras ni sus dictadores.