¿Qué se ha acabado en el PSOE?
Suena mucho en estas fechas un conocido sonsonete, muy recurrente cuando los procesos congresuales, en el caso del PSOE, van avanzando y cumpliendo etapas. "Se ha acabado" es la frase de moda cuando nos referimos a asuntos que se han debatido o siguen debatiéndose, a cuestiones que han suscitado y suscitan controversia, o simplemente a la existencia de grupos o plataformas de apoyo a determinadas opciones o candidaturas. Parece que la frase de marras sirve para todo. Fundamentalmente sirve para ocultar algunas carencias o para llenar el tiempo que debería emplearse en exponer y contrastar ideas, propuestas y modelos.
¿Se ha acabado la libertad de pensamiento en el seno del PSOE?, ¿la leal y democrática pluralidad interna?, ¿el derecho y la libertad de expresión o manifestación? En absoluto, pues los principios enunciados son consustanciales a nuestro partido, por más que, a veces, no sean precisamente los principios imperantes
Vayamos por partes. Se ha acabado la función de las plataformas de apoyo a las candidaturas del pasado Congreso Federal. Naturalmente, se cae de su propio peso. Se ha acabado la "tensión" que conlleva todo proceso político (humano, diría yo) en el que compiten varias opciones y sólo puede ganar una de ellas. Por supuesto, aunque en este segundo ejemplo, la propia naturaleza humana hace que el proceso de "terminación" sea algo más lento, lo que resulta comprensible.
Pero, ¿se ha acabado la libertad de pensamiento en el seno del PSOE?, ¿la leal y democrática pluralidad interna?, ¿el derecho y la libertad de expresión o manifestación? En absoluto, pues los principios enunciados son consustanciales a nuestro partido, por más que, a veces, no sean precisamente los principios imperantes. Y lo que, desde luego y pese a quien pese, no se ha acabado, ni jamás se acabará, dentro del PSOE, es el respeto y la lealtad a las decisiones democrática y mayoritariamente adoptadas en los Congresos. Ni la cultura centenaria de nuestra organización, de remar todos y todas en la dirección que se ha marcado en los Congresos, y de trasladar dichas decisiones a todos los ámbitos del partido, pues así ha sido siempre y así debe seguir siendo. Ciento cuarenta años de existencia avalan mis afirmaciones.
Así que un poco de cuidado con las frases-eslogan. Porque además de simplificar los complejos términos del debate político, suelen desviar la atención de lo importante. Con frecuencia, ese suele ser el objetivo de dichas frases. Pero eso si que se ha acabado dentro del PSOE. Espero que la propuesta que he lanzado de celebrar debates entre todas las candidaturas que, además de la mía, ya anunciada, opten a la Secretaría general provincial del PSOE, nos permita dialogar sobre estos extremos. Propuesta que, a día de hoy, aún no ha recibido respuesta. Será porque en un debate cara a cara, las frases-eslogan lucen menos. Porque imagino que nadie va a defender que la necesidad de contrastar, se ha acabado en el PSOE. Desde luego, mi candidatura a la Secretaría provincial ha hecho, hace y hará bandera de ello.