Basura bajo las alfombras de la Alhambra
Jo. Todavía estoy atónito. He tenido que leer varias veces la noticia para dar fe de lo que estaba leyendo. No porque no estuviera bien explicada por mi colega Lola Quero en el Granada Hoy, sino por no creer lo que ponía el periódico.
Verán. Resulta que un empresario se presenta en el Patronato de la Alhambra y dice que él se encargará de comercializar todo el aceite que pueden producir los cientos de olivos que hay en la dehesa del Generalife. Para quitarle el engorro al Patronato de preocuparse por este menester, no más. El tipo consigue que el Patronato pague la recogida de aceituna, el transporte y el derecho a comercializar el aceite resultante bajo las marcas 'Alhambra' y 'Dehesa del Generalife'. El Patronato le asigna que pague un canon, pero el empresario además obtiene la cosecha completa, el derecho a explotar la marca y se hace el dueño de las aceitunas. Luego ya veremos quién controla eso. Además, como dice la noticia, los costes de envasado o etiquetado que en principio iban a correr a cargo de la empresa del fulano, al final también acabaron repercutiendo en la Alhambra. El caso es que el Patronato recibió del empresario listillo el pasado año unos 9.000 euros pero se gastó 27.000 euros en recoger la aceituna así como otros 21.000 que le dio al susodicho empresario por comercializar el aceite. Un negocio redondo para el perla. Pero es que ahí no acaba la cosa. Resulta que si el Patronato necesita unas botellitas de aceite para regalar o como detalle a invitados, el empresario se las vende a 3,5 euros la botellita de un cuarto de litro. Un lince, lo que se dice un lince este tipo. Debería de ser declarado especie protegida. Pero no se me despisten, hay más. Resulta que a este empresario alguien le asignan el puesto de 'director comercial' del monumento nazarí y le ponen un despacho y le dan un teléfono corporativo. ¿Hay arte o no hay arte? El negocio de su vida.
Todo esto se ha descubierto en una auditoría que han hecho con motivo del caso de las audioguías, que también dará que hablar cuando se conozca la sentencia. Por lo visto el monumento esconde bajo sus alfombras basura por doquier. Levantas una y aparece un escándalo. Ayer, sin ir más lejos el directivo José María Visedo declaró ante el juez que le habían propuesto que si retiraba una denuncia que tenía puesta contra la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía le nombraban jefe de no sé qué negociado de la Alhambra además de codirector del Festival de Jazz. Y todavía falta por conocerse la sentencia sobre el fraude en la venta de entradas del monumento. Viene otra vez Washington Irving y se hincha de escribir cuentos. De terror, claro.