'Magia floral'
La flor se deshace en su color, rompiendo las formas para quedar sus efluvios cromáticos dispersos en el espacio, lugar velado por un fondo suave, de visualización sedosa, si no intensa cuando profundiza en su esencia, o imprime fuerza la pasión.
Soledad Flores prosigue en la exploración plástica sobre el influjo del color, superando su aspecto, la figura que representa, para centrarse en el universo de tonalidades evanescentes, resplandor que actúa como vibración armónica, acoplada al ritmo sensitivo apacible, convertido en objeto de contemplación profunda, que guía la mirada hacia espacios irreales, senderos ignotos, por donde la imaginación sensitiva deambula hacia la presencia estática, ajena al tiempo, liberación de la contingencia, encuentro con otras formas de comprender la existencia, libre de las reglas racionales.
Ikebana es el título que justifica, y explica, esta propuesta plástica, pues muestra en su elaboración las realidades diferentes en la que se pierde la conciencia del observador
Ikebana es el título que justifica, y explica, esta propuesta plástica, pues muestra en su elaboración las realidades diferentes en la que se pierde la conciencia del observador. Son estas piezas un instrumento para la contemplación meditativa, así como producto resultante del proceso similar que ha seguido la pintora, en su meditación plástica, absorta en el color, buscando la esencia cromática que sustenta la imagen.
La artista aplica esta técnica japonesa floral en su obra, lograrlo expresarla con acierto, precisión tonal, elegancia en su presentación, y habilidad en la conjugación de esta técnica zen con el proceso pictórico. No defrauda Soledad Flores cuando presenta su obra.
Francisco Bautista Toledo