El intervalo oscuro de la imagen

Mar Garrido continúa en la exploración del sentido de la imagen, plasmación luminosa de la realidad, pero esta búsqueda está centrada en la fuerza natural impregnada en el ambiente, que deja en el movimiento, en la variación de formas y colores que se suceden en una flor como la amapola, o en un campo de trigo, la huella de la esencia transformadora de la Naturaleza, el pulso del tiempo, la secuencia de imágenes en las que se visualiza el cambio que su ritmo produce. Se suceden las instantáneas, segmentadas, tal y como se recibe la luz en la percepción, como impresiones encadenadas, enlazadas entre sí por un punto ciego, ocaso luminoso que renace con la nueva imagen.
Esta sucesión, según su vibración armónica, fluye unas veces poderosa, rápida, brillante, cuando no, transcurre mansamente, despacio, con lentitud, pareciendo que el tiempo se alarga, estira, constituyendo cada instante un universo repleto de multitud de pensamientos
Esta sucesión, según su vibración armónica, fluye unas veces poderosa, rápida, brillante, cuando no, transcurre mansamente, despacio, con lentitud, pareciendo que el tiempo se alarga, estira, constituyendo cada instante un universo repleto de multitud de pensamientos. Todo depende de la comprensión del continuo de percepciones, pues unas veces el cambio es brusco, en desequilibrio permanente, vértigo de vivir y ser, en el momento recogido en las instantáneas atrapadas. Cuando todo es equilibrado, sin cambio aparente, ocurre lo contrario.
Mar Garrido no se limita con la mera representación de estas circunstancias, sino que se adentra en el significado de los intervalos oscuros, aquellos que dan nexo al movimiento observado. Son espacios que en su minúscula dimensión encierran la magia que subyace bajo la realidad, la cual es la gran hacedora de rupturas de la lógica de la imagen, introduciendo el azar, la sorpresa, lo inesperado, siendo la intuición lo único que permite presumir su presencia.
La imagen expuesta es un pretexto para atrapar estas ideas, reflexión sobre la veracidad de la escena visionada. Es una reflexión profunda sobre el cambio, el tiempo, la eternidad y el sustrato ilógico que decide el destino.
Mar Garrido domina el lenguaje de la imagen, sabe conjuntarla, interpretando muy bien las señales que se desprenden, como destellos, en su desarrollo. Su obra reposa en la inteligencia creativa, profundidad intelectual, y una excelente habilidad técnica.