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Tribuna de Opinión, por Manuel Rubio

'Hoy, en casa de don Manuel… de Falla'

Cultura - Manuel Rubio - Miércoles, 18 de Mayo de 2016
En el Día Internacional de los Museos, el historiador y museólogo Manuel Rubio nos ofrece una reflexión certera sobre la efeméride, centrada en la Casa Museo Manuel de Falla, que conoce a la perfección, destacando sus innumerables valores pero también llamando la atención sobre el abandono al que ha sido sometido durante los últimos 13 años de gestión. Un análisis que te recomendamos y que reivindica la Casa Museo de la calle Antequeruela Alta y su conservación para mantener la memoria del más grande compositor español del siglo XX durante su paso por Granada.
Estudio de Manuel de Falla en la Casa Museo.
Miguel Colmenero
Estudio de Manuel de Falla en la Casa Museo.

Cuando llega cada 18 de mayo pregonamos, celebramos, o al menos oímos que es el Día Internacional de los Museos; sí, esos entes cuya obligada visita solemos idolatrar cuando pisamos tierras foráneas y que olvidamos o incluso desconocemos cuando están a un palmo nuestro y que son parte importante del lugar en que habitamos y convivimos. En este año, como ha sucedido desde 1977, el Consejo Internacional de los Museos (ICOM) ha querido que se preste atención y tome conciencia sobre un aspecto concreto de los entes museísticos por los que vela, siendo el tema escogido el de los Museos y los Paisajes Culturales. En tal sentido, El ICOM nos recuerda a través de su comunicado de convocatoria a este día festivo que “un paisaje cultural es un territorio en mutación y constante evolución: transige con una identidad geológica específica y las transformaciones impuestas por el tiempo y los hombres. Los individuos y colectividades velan por la protección y valorización de ese paisaje. Estas misiones son también relevadas por los museos, depositarios de objetos y bienes que son otros tantos testimonios materiales e inmateriales de un territorio más o menos vasto."

Casa Museo Manuel de Falla. Miguel Colmenero

Sin poder evitarlo en esta pasajera efervescencia museal que nos trae cada año, en que tantos celebran y unos pocos reivindican, mi mirada, mi pensamiento y mi corazón se dirigen al unísono hacia la Casa Museo Manuel de Falla en Granada, enclavada en el lado meridional (mirando para nuestra vega) de la colina de la Alhambra y que está presidido por el icónico hotel Palace. Ese carmen, que es museo, que durante un tiempo tuve la oportunidad, y la suerte para mi persona, de coordinar en estrecha colaboración con un magnífico equipo de profesionales y, sobre todo, amantes de lo que tenían en sus manos: la memoria del más grande compositor del siglo XX español durante el episodio de su vida en Granada en uno de los escenarios más relevantes de la llamada Generación de Plata de nuestra historia cultural.

Un sentimiento, propio y convertido ya en algo personal, que viene más justificado este año por ser, justamente, uno de los muy pocos testimonios —me atrevo a decir a nivel nacional— donde los conceptos “museo” y “paisaje” alcanzan su más bella fusión: y si no, imaginad a don Manuel, un día cualquiera de su vida en este carmen de la Antequeruela Alta, componiendo junto a la orquesta de su pensamiento mientras sus ojos se embriagaban de las vistas que desde su jardín podía contemplar. Y así tuvo que ocurrir. Son muy pocos metros cuadrados los que guardan tanta historia y tanta cultura.

Vistas de Granada y su Vega desde el jardín de la Casa Museo Manuel de Falla. Miguel Colmenero

Desde antes de aquel 29 de septiembre de 2003 en que se reinauguró la casa de don Manuel como museo, tras una complicada rehabilitación, se encendió una llama alimentada por la ilusión de convertir esta casa museo en parte de su entorno, de su paisaje y de sus gentes, en definitiva de la historia y el presente de Granada. Un fuego que se ha ido apagando por la indiferencia que durante años (13 para ser exactos) se ha tenido desde los que se han afanado en llamarse responsables y titulares de su gestión. Solo los esfuerzos del personal destinado a ella y los de la Fundación que lleva y vela por el nombre y el legado del insigne Maestro han mantenido, con dificultades, la memoria de un sitio de nuestro legado que queda a la espera de que le sea reconocido y ubicado en el lugar cultural que merece y que aún no ha encontrado.

Urge una gestión personalizada, profesional y plena, de la Casa Museo Manuel de Falla. Una atención al patrimonio que guarda y que la conforma. No podemos permitir que se abarranque en el lado del olvido, porque si queremos ser Capital de la Cultura debemos cuidar de aquello que la hace posible. Manuel de Falla vio en Granada un pequeño París. Nosotros tenemos en su casa un pequeño tesoro aún por descubrir.



Manuel Rubio Hidalgo (Granada, 1972) es historiador del arte y museólogo. Su experiencia profesional, tanto en el ámbito público como en el privado, ha mantenido una máxima por la cual sigue trabajando: la bella función social del arte. Actualmente está dedicado a su tesis doctoral en la Universidad de Granada y sueña con que Granada de verdad sea Capital Cultural de Europa en 2031.