Artículo de opinión por Álvaro Salvador

Hans Christian Andersen en Granada

Cultura - Álvaro Salvador - Viernes, 17 de Enero de 2025
Álvaro Salvador nos ofrece un extraordinario artículo que, con el viaje que hizo Hans Christian Andersen por España, donde Granada tuvo un especial protagonismo, habla de la cultura en la ciudad y de oportunidades perdidas.
Estatua de Hans Christian Andersen en Málaga.
Del vídeo "Mira Málaga. Málaga ciudad genial" Ayto. Málaga
Estatua de Hans Christian Andersen en Málaga.

Se está celebrando en Granada en estos días un ciclo de conferencias titulado “Viajeras y viajeros románticos y posrománticos por Granada y Málaga”, organizado por los dos Ateneos de dichas ciudades y patrocinado por el Ayuntamiento de Granada que cede sus locales del Cuarto Real para la celebración. En el programa que se desarrollará los días 16 y 17 de enero se dedicarán sesiones a las viajeras francesas, a Washington Irving, a Gerald Brenan, etc., y su relación con Granada. También a los viajeros en general que visitaron Málaga, a su Cementerio Inglés, a Sir Peter Chalmers y finalmente al más ilustre viajero de los relacionados aquí con esta ciudad y que, por razones que expondré más abajo, nos interesa especialmente, el internacionalmente famoso escritor danés Hans Christian Andersen.

Los recuerdos e impresiones de ese viaje quedaron plasmados en un precioso libro, muy poco conocido y muy poco citado y de título muy común: Viaje por España (1863)

Entre septiembre y diciembre de 1862, Hans Christian Andersen, acompañado del joven Jonas Collin, viajó por España entrando por Barcelona y bajando por la cuenca mediterránea hasta Cádiz para después ascender a Sevilla y Córdoba, e iniciar el regreso por Madrid, Toledo, Burgos, Los Pirineos y Biarritz. Antes, desde Granada, viajaron hasta Gibraltar y desde ahí cruzaron el estrecho hasta Tánger en donde permanecieron una semana entera. Por supuesto que se detuvieron en Málaga y en Granada. Los recuerdos e impresiones de ese viaje quedaron plasmados en un precioso libro, muy poco conocido y muy poco citado y de título muy común: Viaje por España (1863). En ese libro, dedica más páginas que a cualquier otro lugar, treinta y cinco concretamente, a nuestra ciudad, en la que se detuvo al menos dos semanas, más tiempo que en cualquier otra de las que visitó. Andersen coincidió con el primer viaje a Granada de la reina Isabel II y su relato de las fiestas celebradas en honor de tan ilustre visitante constituye un fresco extraordinario de la vida cotidiana en aquella época:

Fue el jueves, nueve de noviembre, cuando la reina, por primera vez, hizo su entrada en Granada. Desde muy temprano se balanceaba la marejada humana por las calles.¡Menudo espectáculo! De todos los balcones pendían abigarradas colgaduras bordadas en oro; cuando menos, una sábana blanca bordada con trencillas de cinta roja. Banderas y estandartes tremolaban en el aire; los farolillos, los globos, las guirnaldas de flores colgaban muy juntos unos de otros, formando un inmenso toldo sobre la ancha calle. A lo largo de la prolongada calleja, que corría por detrás de los bazares morunos, flotaban, desde el último al primer piso, largos crespones blancos y rojos, cual seres etéreos en una danza de sílfides.

De modo parecido, traza los retratos de personajes de la época como el general Larramendi, o la crónica de las representaciones teatrales o de lances galantes como el que él mismo protagonizó en las orillas de la Alameda Nueva, el paseo del Salón actual. Con estas palabras describió el genial danés su estancia en la ciudad de la Alhambra: “Granada, al igual que Roma, ha sido para mí una de las ciudades más interesantes del mundo; un lugar donde creí poder echar raíces y, sin embargo, en ambas ciudades me sumí en un estado de ánimo de esos que los afortunados, menos sensibles, llamarían morboso”.

Hace veinte años, justamente en 2005, Europa entera celebró el bicentenario del nacimiento de Andersen. Sin embargo, no fue en Granada en donde se le erigió una estatua o se celebró un congreso en honor de su memoria o su obra

Hace veinte años, justamente en 2005, Europa entera celebró el bicentenario del nacimiento de Andersen. Sin embargo, no fue en Granada en donde se le erigió una estatua o se celebró un congreso en honor de su memoria o su obra. No fue Granada la ciudad andaluza que visitó la princesa Benedicta de Dinamarca, prima de la reina Margarita, para presidir los actos en su honor, no. Todo esto se celebró en Málaga, una ciudad que visitó rápidamente, a la que dedicó la mitad de espacio que a Granada en su libro. Sin embargo, Málaga ha sabido capitalizar esa visita, tanto cultural como turísticamente, es decir, económicamente; ha sabido proyectarla incluso mucho más allá de su verdadera significación. Granada, sin embargo, prácticamente no conoce la existencia de este viaje, de su crónica, del libro que más tarde la incluyó, traducido y editado en una prestigiosa editorial española Si algún extravagante letraherido se hubiese dirigido a nuestras autoridades, locales o provinciales, con la idea de erigir una estatua, celebrar un congreso o invitar a la princesa Benedicta a inaugurarlo, sin duda habría recibido por respuesta un “no” lleno de suficiencia.

En Granada, la actividad cultural normal que se realiza durante el curso, desde el año 2005 al 2025 multiplica con creces la realizada en Málaga o en Córdoba. Sin embargo, Granada hace tiempo que perdió el título implícito de Capital Cultural de Andalucía y si repite de nuevo, como ha repetido una y otra vez en las décadas precedentes, este comportamiento de ignorancia y soberbia, difícilmente podrá competir por otras capitalidades más universales.

Álvaro Salvador (Granada, 1950) es catedrático emérito de la Universidad de Granada. Ha publicado trece libros de poemas entre los que podemos destacar  Las Cortezas del Fruto (Madrid, l980, Granada 2022), El agua de noviembre  (Granada, l985), La condición del personaje Granada, l992), Ahora, todavía (Sevilla, Renacimiento, 2001), La canción del outsider (Madrid, Visor, 2009) por el que obtuvo el Premio Generación del 27, Diario de Firenze (Granada, 217), Un cielo sin salida (Sevilla, 2020) y los volúmenes antológicos Suena una música (Valencia, Pre-Textos, 1996 y Sevilla, Renacimiento, 2008), POPoemas (Granada, 2014) y Caras B (Granada, 2019).

Junto a Luis García Montero y Javier Egea promocionó a comienzos de los ochenta la tendencia poética bautizada como Otra Sentimentalidad, germen de la posterior poesía de la experiencia. Ha publicado además dos novelas, algunos libros de ensayo, varias obras de teatro y dos libros de aforismos, Después de la poesía (Almería, 2006) y La vida no te espera (Sevilla, 2014). De 2004 a 2008 colaboró como columnista con el diario La Opinión de Granada.