La explosión de sonoridad de Marcus Miller echa el cierre al Jazz en la Costa

Cultura - IndeGranada - Viernes, 24 de Julio de 2015
Marcus Miller es toda una figura musical mundial, no solo del Jazz: son famosas sus colaboraciones musicales, composiciones y producciones para artistas como Miles Davis, Luther Vandross, Sanborn, entre muchos otros. Tiene también varios premios Grammy, pero para siempre será el que ayudó a Miles Davis a diseñar el jazz eléctrico. Su llegada a Almuñécar para clausurar el Festival Jazz en la Costa ha sido una gran noticia porque es un artista inédito por estas latitudes y allá donde va llega con vitola de superstar, casi de rock. Con Miller, el festival puso el punto final a una edición que ha contado con más de 15.000 asistentes.
Un momento de la actuación de Marcus Miller.
Jazz en la Costa
Un momento de la actuación de Marcus Miller.

Todo su concierto se movió en esos parámetros  grandilocuentes y eléctricos del jazz rock, la fusión y ahora también con los ecos étnicos que traen a la memoria a sus colegas de Weather Report ya que su último trabajo discográfico ‘Afrodeezia’ es un reconocimiento y una celebración de los diferentes estilos musicales que surgieron de la experiencia de la esclavitud, como dijo “un viaje difícil hacia la libertad” .

Su concierto de clausura de Jazz en la Costa fue una explosión de sonoridad altisonante perfecta en todos los apartados: como concierto, como entretenimiento, como comunicación, como ejercicio de virtuosismo y como fuerza.  Casi dos horas y media estuvo timoneando una banda, repleta de jóvenes desde su habitual bajo Fender y con su burbujeante método de tocar, en modo 'slap' buena parte del concierto, donde lejos de la búsqueda de texturas complejas, formas intrincadas o armonías impredecibles, se preocupa de la melodía por encima de todo con lo que siempre sale beneficiado el oyente que puede entrar en las piezas sin dificultad. También tocó el gimbri, una suerte magrebí de rudimentario  precursor del bajo y también el clarinete bajo.

El concierto comenzó como lo hace el mencionado registro antes de abrirse a un repertorio ejecutado con autoridad y enorme fuerza, entre los que cabe destacar el metronómico bailable ‘Papa Was A Rolling Stone’, ‘Goree’, su particular ‘Escalera al cielo’, o el recuerdo para Miles Davis con ‘Tutu’.  Un concierto espectacular, dinámico y divertido de los que el público (que llenó el Parque de El Majuelo con la capacidad ampliada al doble de su capacidad por ciento) disfrutó al máximo.  En los bises se subió al piano Robert Glasper que todavía estaba en Almuñécar, como Dee Dee Bridgewater y su banda, que se sumaron y todos salieron al escenario para despedir el festival. 

Balance

El Festival Internacional de Jazz en la Costa organizado por la Diputación de Granada y el Ayuntamiento de Almuñécar  ha  mantenido en esta edición un nivel  de asistencia muy alto, con más de quince mil personas en todas sus actividades. Con todos los abonos agotados y todas las entradas vendidas, la organización del Festival tuvo que ampliar aforo en los conciertos de Eliane Elias, Dee Dee Bredgewater y Marcus Miller en el Parque, ante la numerosa demanda de entradas de los ocho conciertos del programa principal agotados.  

El festival ha contado en esta edición con más de 15.000 asistentes, según el balance de la organización. jazz en la costa

Pionero en aunar cultura y turismo, Jazz en la Costa es un ejemplo de que la cultura también puede generar  riqueza y empleo. Con todos los hoteles de Almuñécar llenos, más del 75% del público que asiste al Festival procede de fuera de la provincia de Granada e inyecta una importante cantidad económica a la ciudad.  Los puntos más equidistantes donde se han vendido entradas han sido en los países de Suecia y Estados Unidos.  Cerca de 30 personas han trabajado diariamente en la realización de los conciertos para que todos los aficionados disfrutaran del jazz.

El  director del Festival, Jesús Villalba, destacó la “progresiva proyección del Festival y la notable difusión que tiene en Europa y a nivel internacional, debido al escenario privilegiado donde se celebran los conciertos y  la programación del Festival, que ha seguido manteniendo como seña de identidad una impronta eminentemente jazzística, muy diferente a la de otros grandes festivales en los que ya se mezcla todo tipo de música. En esta edición se ha conseguido con mucho esfuerzo un programa de calidad muy similar a otros importantes festivales europeos”. También agradeció a las entidades organizadoras, Ayuntamiento y Diputación, el esfuerzo realizado por mantener el  Festival “y especialmente el apoyo y el cariño de un público fiel e incondicional”.