Opinión, por Gabriel Pozo Felguera

Y cuando el arqueólogo despertó… el cadáver de Lorca todavía estaba allí

Cultura - Gabriel Pozo Felguera - Viernes, 17 de Febrero de 2017
El periodista y escrito Gabriel Pozo Felguera, una voz cualificada sobre Federico García Lorca, trata de arrojar luz a las conclusiones de las últimas excavaciones en Alfacar, dirigidas por Miguel Caballero y Javier Navarro, que trataron sin éxito de buscar la fosa con los restos del poeta. En este artículo a tener muy en cuenta, emplea informaciones de última hora recogidas por el propio autor y numerosa bibliografía para cuestionar parte del informe final del equipo que actuó el pasado otoño y plantear nuevas interrogantes.
Monolito en recuerdo de Federico en el barranco de Víznar.
P.V.M.
Monolito en recuerdo de Federico en el barranco de Víznar.
Soy lorquiano. Me gusta la vida y obra de García Lorca. He leído algo sobre su trágico final. Incluso me he atrevido a publicar sobre su muerte y lugar de enterramiento, tanto en prensa como en editoriales.

El Independiente de Granada y algún amigo me han pedido que escriba unas líneas sobre el resultado de las últimas excavaciones en busca de sus compañeros de infortunio. Ha sido en el viejo campo de instrucción (y tiro) del Llano de Corbera (Alfacar).

La gente se ha quedado un tanto desorientada. Confusa. Perpleja. Asombrada. Y mosqueda.

No tengo más información que la leída en el informe de la intervención arqueológica publicado en medios, noticias de agencia y un resumen radiofónico de palabras pronunciadas en Madrid (sic), durante la presentación del trabajo.

Por tanto, mi información es escasa y mis preguntas y observaciones han aumentado tras el último fiasco. Me limitaré a plantear más cuestiones, a ver si a los lorquianos apasionados (sobre todo de su obra) nos son satisfechas de una manera más explícita.

Intervención arqueológica & proyecto de obra

Las dos primeras palabras indican claramente que se trata de una “INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA”. No obstante, esta expresión no vuelve a repetirse en el interior del informe. En su lugar, leemos expresiones tales como “ubicación de la obra”, “descripción de la obra”, “proyecto de obra”, “obra realizada”, etc. Quizás por eso vi una retroexcavadora ahondando sin piedad.

No sabemos si ha sido una “obra” con licencia municipal o realmente una intervención arqueológica en toda regla, con el correspondiente proyecto y permiso de la Delegación Provincial de Cultura. No veo en la ficha el número del expediente de la Junta.

He preguntado hoy en la Delegación de Cultura de Granada: no tienen conocimiento oficial de esta intervención arqueológica. Abrirán expediente informativo.

La 'X' del croquis

He publicado decenas de veces (parece que Molina Fajardo y yo nos hemos quedado solos defendiendo la X), que el falangista Pedro Cuesta y su capitán Nestares marcaron una “X” y dibujaron un croquis con el lugar donde los enterraron. Es un lugar muy cercano a donde han abierto las catas recientemente,  sobre el proyecto frustrado de campo de fútbol; pero situado más al este. De estar la fosa, sería en la zona más próxima a donde estuvo la fila de olivos (muy cerca de la puerta del redil).



Esquema de Pedro Cuesta Hernández para el libro de Molina Fajardo. Dibujó la carretera recta del Llano de Corbera y la curva que contornea el Peñón y el Caracolar. Dibujó ocho olivos y ubic la fosa  muy cerca de ellos.

Pedro Cuesta dibujó ocho olivos e indicó claramente que los enterramientos estaban muy cerca. Vuelvo a adjuntar el mapa y el croquis que hicieron para el libro de Molina Fajardo. No nos olvidemos que este hombre era por entonces subjefe provincial del Movimiento y le tenían cierto respeto.



Mapa de la zona donde el capitán Nestares y sus soldados marcaron con una “X” el mismo punto que Pedro Cuesta, es decir justo en la linde del olivar.

El general Fernando Nestares

Ayer hablé largamente con el general retirado Fernando Nestares García-Trevijano. Sigue asegurándome -como desde hace muchos años- que fue “por aquí” por donde le dijeron los soldados de su padre que habían fusilado y enterrado a Lorca. Pero me matiza: “Decir por aquí no es aquí exactamente”.

Me asegura que la zona está muy cambiada de cómo él la recuerda de niño y de cuando regresó en los años setenta. “Creo que se han ido con la excavación un poco más al centro del campo de instrucción, lejos de la curva donde había más probabilidades”, concluye.

La bala asesina

Magnífico análisis de los dos expertos en balística acerca de la base de la envuelta del proyectil hallado. Pero muy peliculera la tesis de esta bala asesina. Debemos pensar que mató a alguno de los que se buscaban (o a Lorca, que no se busca) y rebotó después contra una superficie dura para deformarse “… a consecuencia de haber impactado oblicuamente en una superficie dura”. No entiendo quién y por qué fabula que atravesó antes un cuerpo humano.

No entiendo quién y por qué fabula que atravesó antes un cuerpo humano

La punta del proyectil, de plomo, se supone que se incrustó en la tierra y no ha aparecido.

En un campo de tiro falangista y enorme campo de fusilamientos (dice la declaración de la Junta que allí fueron asesinados entre 2.500 y 3.000 inocentes, según BOJA 63, de 30 de marzo de 2012), es de suponer que todo el suelo debía estar repleto de plomo incrustado. Pero sólo ha sido detectada una esquirla de metal envuelta entre 1.347 metros cuadrados de suelo levantados y 4.621 metros cúbicos de tierra removida. Curiosa conclusión.

A un hombre pudo matarlo nuestra bala asesina. Incluso servir como tiro de gracia. A los otros suponemos que los mataron al estilo Gila: a sustos, en ausencia de más balas.

Desenterrados inmediatamente

La aseveración de que fueron ejecutados en ese lugar el 16 ó 17 (en realidad ha quedado suficiente demostrado por Manuel Titos que fue en la madrugada del 18 de agosto del 36); desenterrados muy pronto (antes de que comenzara la descomposición de cadáveres y ropas); y vueltos a enterrar en lugar desconocido resulta, como poco, bastante aventurera y temeraria.

Suponemos que se siguen las tesis de Gallego Burín y de otras teorías: según el que fue alcalde de Granada, los cadáveres podrían haber sido escondidos ante las presiones internacionales y las del Generalísimo; otros piensan que la rica familia de los García Lorca desenterró y se llevó su cadáver ¿Pero fue sólo el de Federico o en el paquete iban incluidos los otros tres?

La aseveración de que fueron ejecutados en ese lugar el 16 ó 17; desenterrados muy pronto y vueltos a enterrar en lugar desconocido resulta, como poco, bastante aventurera y temeraria

Los tiempos no nos encajan: las primeras denuncias internacionales comenzaron a llegar en octubre de 1936, del Pen Clud de Londres. Fueron tímidas quejas en prensa. Realmente, las presiones internacionales no comenzaron a llegar hasta muchos años después, ya en la década de los años 50, cuando España quiso entrar en la ONU, llegaron las bases militares americanas y nos visitó el presidente Eisenhower (diciembre de 1959). Y comenzaron a hurgar Brenan, Auclair, Coufon, etc.

Por otra parte, el capitán Nestares no permitió ni registró en su diario ningún desenterramiento (sí retirada de muertos de las cunetas). Sólo ordenó los pozos de Víznar como fosas comunes, a partir de finales de agosto. Nestares estuvo mandando aquel frente alrededor de un año. Tiempo más que suficiente para propiciar la putrefacción y desprendimientos de ropas, botones, hilos, etc.

El informe arqueológico no menciona resto humano alguno. Sólo la expresión “arcilla antropizada”. Es decir, escombros y porquerías de la época. Son pocos indicios para llamar a aquella tierra con el término antropizado. “Aquí hay que hablar en términos geológicos, nada de antrópicos. Incluso se ve en las fotos el fondo de roca madre alcanzado”, me aseguró ayer uno de los arqueólogos que más actividad practica en Granada.

Imagino que habrán guardado muestras de esa arcilla para análisis contradictorios en laboratorio. Lo contrario habrá sido desperdiciar mucho esfuerzo para envolverlo deprisa y corriendo.

La familia García Lorca siempre ha negado que rescataran el cadáver (ayer mismo lo reiteró Laura a infolibre.es). A mí me lo negó Isabel unos años antes de morir y la misma Laura en 2003. Las creí y las sigo creyendo.

Grabado de Manuel Maldonado

El informe menciona aquellos supuestos pozos de las fotografías aéreas (en realidad parecen catas para plantar árboles, que dieron pronto en la roca) como inspiradores del grabado de Manuel Maldonado (empleado de los Rosales y posterior pintor/grabador). Este grabado está incluido en el libro de Molina Fajardo.

En realidad no se representa esta zona; se trata de un grabado que Manuel Maldonado hizo para el escritor José Fernández Castro. Ambos eran amigos. El pintor ilustró varios escritos de Fernández Castro. El dibujo acabó finalmente en el diario Patria dirigido por Molina Fajardo.

El cuadro no representa la ladera de los Llanos de Corbera, sino la carretera serpenteante que subía al Campamento de la Alfaguara. El Alzamiento sorprendió al escritor Fernández Castro en la Casilla y, al regresar a Granada el 31 de julio del 36, iba viendo los cadáveres fusilados en las cunetas (así lo cuenta en sus Memorias, pág. 83 y ss). Así se lo contó a Maldonado, debieron ir juntos a ver el lugar años después, y reprodujo esa carreterilla, con el perfil del Recodo del Peñón Dablam plasmado perfectamente en el grabado.

Mi conclusión

La iniciativa de la reciente excavación iba bien encaminada, pero pinchó en lugar equivocado. El pozo de Galindo, Arcollas y Galadí (si es que no buscan a Lorca) debe estar unas decenas de metros más al oeste. Hace muchos años, a mí me dieron unas coordenadas que lo sitúan por debajo de la actual puerta del redil. Aún quedan tocones de olivos como referencia; djunto portada de Granada Hoy donde se ha publicado más de una vez:

Si hubiese que seguir la búsqueda, yo apostaría al 90 por ciento que todavía están aquí, en unos terrenos que son de la familia Hita Marín.



Portada de Granada Hoy donde el autor de este artículo expuso, una vez más, su tesis sobre las indicaciones dejadas por los falangistas sobre el lugar del asesinato y enterramiento del poeta y sus acompañantes.

Si hubiese que seguir la búsqueda, yo apostaría al 90 por ciento que todavía están aquí, en unos terrenos que son de la familia Hita Marín

No obstante, me temo que el asunto ha quedado cerrado para muchos años. El grado de cansancio de la población (aunque se excave con dinero privado) y de la familia Lorca ha rebasado lo soportable. Creo, sinceramente, que en el punto excavado recientemente jamás estuvieron enterrados. Ni mucho ni poco tiempo.

Lamento que el resultado sea parecido al relato más breve del mundo, de Augusto Monterroso (“Y cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”). Espero que el tema no sea un punto y seguido para personas con intereses espurios que no buscan a Lorca en sus libros.

O un “To be continued” de mala película americana.