El Carmen de la Victoria acoge la exposición ‘Ser nube’, de Manuel Rubio
El Carmen de la Victoria acoge la exposición 'Ser nube', de Manuel Rubio, técnico de Museografía del Vicerrectorado de Extensión Universitaria, Patrimonio y Relaciones Institucionales de la Universidad de Granada. La muestra puede visitarse hasta el próximo 29 de diciembre. El horario de visita es de lunes a viernes, de 10.00 a 13.00 horas y de 17.00 a 19.00 horas La exposición está comisariada por Francisco José Sánchez Montalbán, profesor de Fotografía de la Facultad de Bellas Artes.
Sánchez Montalbán explica en su texto comisarial que, “lejos de mostrar una simple representación naturalista del cielo, Manuel Rubio explora en esta exposición la profundidad conceptual de las nubes. No pinta cielos, no pinta paisajes. Su pintura, de lenguaje sencillo pero eficaz, se concentra exclusivamente en las nubes, aislándolas, a veces, de su contexto natural para transformarlas en un vehículo de reflexión, en una metáfora visual que trasciende lo cotidiano. Ser nube, no refiere a un fenómeno meteorológico, es una iconografía cargada de significado, profundamente vinculada con la idea del tiempo, la memoria y la identidad”.
El inicio de este proyecto“fue una manera de canalizar emociones y tensiones. Sin embargo, su práctica artística fue evolucionado hacia una forma de expresión compleja y enriquecida por su formación como historiador del arte, por su pasión por las representaciones de cielos y nubes en muchos movimientos artísticos”
El inicio de este proyecto, continúa el profesor de la Facultad de Bellas Artes, “fue una manera de canalizar emociones y tensiones. Sin embargo, su práctica artística fue evolucionado hacia una forma de expresión compleja y enriquecida por su formación como historiador del arte, por su pasión por las representaciones de cielos y nubes en muchos movimientos artísticos de los que destaca, como emoción, las representadas por J. M. W. Turner, como vehículos para expresar lo inefable, lo transitorio y lo sublime. Pero si Turner concibe la representación del cielo como un espejo del estado de ánimo frente a la inmensidad o fuerzas dinámicas, cambiantes y emocionales de la naturaleza, en la obra de Manuel Rubio, las nubes representan la inmensidad del tiempo y la vida humana y, al despojar a sus nubes de cualquier contexto paisajístico, se aleja de la narrativa naturalista para entrar en un terreno más introspectivo y simbólico. Como en un pasaje de La Celestina, como un apasionado Calisto que contempla las nubes pasar, descubre la contemplación de lo inasible, de lo que cambia, de lo que se desvanece. La mirada del joven enamorado, al igual que el pincel del Manuel Rubio, hace pensar en lo que no puede ser controlado: el destino, la vida y el tiempo que se escapan de nuestras manos como vapor en el aire. Por eso, sus nubes son, ante todo, abstracciones poéticas, representaciones del paso del tiempo y de la manera en que este fluye y se disuelve, como una nube en el espacio”.
Manuel Rubio, concluye Sánchez Montalbán, “ofrece una narración sobre su propia existencia. Cada nube es una huella fugaz, un rastro en el aire que sugiere la inevitable marcha del tiempo, pero también su capacidad para transformarse, para cambiar de forma y significado. Así, su obra se convierte en un espejo de la vida humana, con sus momentos efímeros y transformaciones continuas, invitando a los espectadores a conectar con la temporalidad y fragilidad de la propia experiencia, a observar cómo el tiempo pasa y, al mismo tiempo, a reflexionar sobre lo que se deja atrás”.