150 ANIVERSARIO DEL MARQUESADO DE SANTA CRUZ

Álvaro de Bazán, el almirante granadino que quiso invadir Inglaterra

Cultura - Gabriel Pozo Felguera - Domingo, 28 de Abril de 2019
Excepcional trabajo del investigador Gabriel Pozo Felguera que redescubre al naval militar de Granada más reconocido y laureado en un reportaje inédito que indaga en la vertiente más granadina de Álvaro de Bazán y en el rastro de sus haciendas en el entramado urbano de la capital. Para disfrutar de la lectura sosegada y aprender más de la historia poco conocida de nuestra tierra.
A la derecha, enfrente, Palacio de los Bazán, donde nació el almirante, e iglesia-convento de Sancti Spiritus patrocinados por la familia. La antigua plaza de los Tintes se situaba en lo que hoy es Plaza Isabel la Católica. Grabado de Lewis (1833), en versión coloreada.
A la derecha, enfrente, Palacio de los Bazán, donde nació el almirante, e iglesia-convento de Sancti Spiritus patrocinados por la familia. La antigua plaza de los Tintes se situaba en lo que hoy es Plaza Isabel la Católica. Grabado de Lewis (1833), en versión coloreada.
  • El marino más laureado de España nació y se crió en las casas de los Bazán que ocuparon una manzana en el entorno de Reyes Católicos-Plaza Isabel la Católica

  • Álvaro de Bazán (1526-88) se ausentó de Granada a los nueve años, pero regresó varias veces y mantuvo propiedades en la ciudad

  • La manzana de casas, convento, iglesia, tiendas y huertos fue conformada por sus abuelos desde mucho antes de la Toma de la ciudad

  • Esta zona del centro de Granada es una de las que mayores reformas urbanísticas han  padecido en los últimos 500 años

No es demasiado conocido, para el gran público, que el capitán general de la mar D. Álvaro de Bazán y Guzmán fue un granadino de pura cepa. No ha habido otro hombre de océanos con mayor y mejor hoja de servicios en la Historia de España. Nadie como él conquistó tantas islas, ciudades y apresó tantos barcos enemigos. Fue fiel servidor de Carlos V y Felipe II, cuando la Armada española era de las más respetadas y temidas. Fue él quien convenció al rey de que había que invadir Inglaterra. El gran marino –I Marqués de Santa Cruz– tuvo una vida muy relacionada con Granada; más de lo que muchos biógrafos han visto en sus investigaciones. Álvaro de Bazán nació en la zona que hoy es Plaza Isabel la Católica; sus abuelos conformaron una extensa propiedad, con casa solariega, iglesia, convento, huertas y tiendas en el corazón de la ciudad. Incluso los restos de buena parte de la familia es probable que reposen todavía bajo esta plaza. La rama de los almirantes Bazán desplazó su casa principal a El Viso (Ciudad Real) a partir de 1539. Una rama familiar siguió ligada a Granada hasta mediados del siglo XIX.

No voy a escribir una biografía de quien fuese capitán general de galeras de España durante la segunda mitad del siglo XVI. Ni a relatar la infinidad de batallas que ganó, islas que conquistó, ciudades que rindió, buques que apresó, muertos y heridos que contó en sus 44 años de marino profesional. Que fueron dos centenares en cuanto a barcos tomados y varios miles los hombres ahogados por sus cañonazos. Ni tampoco contaré su importante papel en la batalla de Lepanto, al frente de la armada de retaguardia. Ni de su participación en la represión de la Guerra de las Alpujarras. Tampoco de la toma de las Azores. Ni siquiera me centraré en defender que fue él, el almirante granadino Álvaro de Bazán (1526-88), quien convenció a Felipe II de que había que armar una fabulosa flota –la Armada Invencible– para conquistar Inglaterra. Nunca en su servicio marengo (1544-1588) sufrió derrota alguna ni contratiempo naval de consideración.

El marino de Granada recibió el encargo de planificar la invasión británica y empezó a armarla en Lisboa, por entonces unificada con las Españas. Serían no menos de 700 naves y unos 100.000 hombres. En este ambicioso proyecto trabajó Don Álvaro hasta el 9 de febrero de 1588, cuando el tifus le debilitó y acabó con su vida en la capital portuguesa

Quizás el único fracaso de su existencia le llegó cuando ya estaba muerto: el desastre de la Armada Invencible. El almirante ideó acabar con las continuas ofensas de Inglaterra mediante una invasión. Convenció a Felipe II en enero de 1586; pero tres meses después, todos los espías extranjeros estaban al tanto de la que se preparaba. El marino de Granada recibió el encargo de planificar la invasión británica y empezó a armarla en Lisboa, por entonces unificada con las Españas. Serían no menos de 700 naves y unos 100.000 hombres. En este ambicioso proyecto trabajó Don Álvaro hasta el 9 de febrero de 1588, cuando el tifus le debilitó y acabó con su vida en la capital portuguesa.

El proyecto de Armada Invencible se había ido malogrando desde el principio, desde que se entrometieron otros poderosos de la época. Álvaro de Bazán se convenció de que poco a poco se le iba relegando a un papel secundario, casi de transportista de tropas de Tercios acantonadas en Flandes. Quizás por eso enfermara. Nunca se sabrá si el resultado de la invasión de Inglaterra hubiese sido distinto de vivir el granadino y haber dirigido la operación. Le sustituyó en el desastre Alfonso Pérez de Guzmán, Duque de Medina Sidonia, un hombre sin conocimientos marinos. La muerte de Don Álvaro en plenos preparativos le ahorró pasar a la Historia con aquel pesado baldón y miles de marinos y barcos naufragados en las costas británicas e irlandesas.

No voy a referirme mucho a su biografía militar. Voy a resaltar su perfil granadino y de la zona donde nació y se crió en Granada.

Los Bazán llegan a Granada

El apellido Bazán tomó el nombre del valle navarro de Batzán, de donde salieron sus primeros soldados en el siglo XII a combatir contra castellanos, leoneses y musulmanes. Un siglo después, una de las ramas Bazán aparece establecida en Valduerna (León) y siempre acompaña a los monarcas en sus avances hacia el Sur. Fueron familias de muchos hijos y con muchas ramas extendidas por tierras de Castilla.

El abuelo ostentaba el título de Comendador de Castroverde. Estaba casado con María Manuel de Solís, una mujer mucho más joven que él que jugaría un papel importantísimo en el futuro, tanto en Granada como en la Corte de Carlos V.  Obtuvo de los Reyes Católicos importantes propiedades: alcaldía de Fiñana, haciendas en Asquerosa (Valderrubio actual), Alitaje (Pinos Puente), Gorafe, Casa Bermeja, Benaudalla… más la Huerta del Alfonsí, almunias, tiendas, hornos y solares en la margen izquierda del Darro, por encima del Corral del Carbón. 

La rama que más nos interesa es la de Álvaro de Bazán y Quiñones. Este hombre aparece desde muy joven moviéndose en el entorno de Granada; desde muchos años antes de comenzar la ofensiva final de los Reyes Católicos. Existen escrituras que demuestran la adquisición de un baño en Granada en 1464; ocho años después, adquiere un mesón en la calle Lavanderos; y en 1491, en pleno asedio de la ciudad, compró tres casas en el barrio de los hilanderos de seda (lo que sería hoy Santa Escolástica).

Ya para esta última fecha habían sido tomadas Almería, Baza y Guadix. Bazán y Quiñones, el abuelo, ostentaba el título de Comendador de Castroverde. Estaba casado con María Manuel de Solís, una mujer mucho más joven que él que jugaría un papel importantísimo en el futuro, tanto en Granada como en la Corte de Carlos V. El abuelo Álvaro obtuvo de los Reyes Católicos importantes propiedades: alcaldía de Fiñana, haciendas en Asquerosa (Valderrubio actual), Alitaje (Pinos Puente), Gorafe, Casa Bermeja, Benaudalla… más la Huerta del Alfonsí, almunias, tiendas, hornos y solares en la margen izquierda del Darro, por encima del Corral del Carbón. Su hermano Diego de Bazán quedó establecido en Guadix, donde dio origen a otra importante saga de Bazanes, con propiedades en Villanueva de las Torres y Fonelas.



Aguafuerte de 1586. Felipe Liaño realizó este grabado para una elegía en vida. El grabador aprovechó la presencia de Álvaro de Bazán en Madrid para tomar apuntes del natural. Biblioteca Nacional.

Pero sin duda que la merced más importante que recibió de los Reyes Católicos fue el nombramiento de Capitán General de la Frontera de Granada.

El matrimonio de conquistadores de Granada –Álvaro y María Manuel– llegó a la ciudad recién tomada con un niño pequeño, bautizado Álvaro de Bazán y Solís. Decidieron establecer su casa solariega en lo que debió ser un palacete nazarita situado en la margen izquierda del Darro, entre los puentes de Leñadores y Gallinería

El matrimonio de conquistadores de Granada –Álvaro y María Manuel– llegó a la ciudad recién tomada con un niño pequeño, bautizado Álvaro de Bazán y Solís. Decidieron establecer su casa solariega en lo que debió ser un palacete nazarita situado en la margen izquierda del Darro, entre los puentes de Leñadores y Gallinería. Parece que se trató de una de las posesiones adquiridas a una hija de Boabdil, vendida por su confinamiento en Laujar de Andarax. María Manuel se afanaba por comprar casas y huertas para ir conformando una extensa manzana de propiedades; en el perímetro se incluían nueve tiendas, tahona y mesón. Tenía también huerta baja y alta. Poco a poco fueron reformando, mejorando y ampliando la casa principal para adaptarla el estilo castellano, de viviendas más amplias, techos más altos y mayor exorno hacia el exterior. Contrariamente a lo que era habitual en la sociedad musulmana.

Todas las propiedades urbanas se hallaban por encima del puente de Algharrazín (posteriormente llamado de Zapateros, Gallinería, San Francisco o de los Sastres).

Para esa fecha, el hijo Álvaro de Bazán y Solís, ya era un reputado militar. Entre 1519 y 1523  prestó servicio en el conflicto de Germanías de Valencia a favor del Emperador. En 1523, con poco más de treinta años, fue nombrado capitán de galeras

En 1515 falleció Álvaro de Bazán, el abuelo. Por decisión testamentaria se destinó parte de su manzana de casas a construir un convento y una iglesia, que se convertiría en panteón familiar de los Bazanes granadinos. La iglesia resultó ser de dominicas y se llamó Sancti Spiritus. Los Bazán serían donantes de terrenos y casas, además de patrocinadores perpetuos de la comunidad religiosa. Hay referencias a que la iglesia, de estilo neogótico en su portada y coronada por una torrecilla, estaba operativa hacia 1520.

Para esa fecha, el hijo Álvaro de Bazán y Solís, ya era un reputado militar. Entre 1519 y 1523  prestó servicio en el conflicto de Germanías de Valencia a favor del Emperador. En 1523, con poco más de treinta años, fue nombrado capitán de galeras. Hacia 1525 estaba de regreso en Granada, donde contrajo matrimonio con Ana de Guzmán. Obtuvo el título de II Señor de Fonelas y Gorafe.

1526, el ilustre marino nace junto al Darro

La antigua almunia nazarita junto al Darro ya estaba por entonces completamente readaptada al estilo de vivienda castellana. Todo bajo la supervisión de la viuda María Manuel de Solís. En esta casa principal de la manzana vino al mundo Don Álvaro de Bazán y Guzmán, el 12 de diciembre de 1526. Pero su abuela no estaba allí para verlo ni para su bautizo en la Iglesia del Sagrario (todavía era la vieja mezquita mayor): la viuda se había marchado dos días antes con la corte de Carlos V, en calidad de guardadamas y aya del futuro Felipe II. Y no regresaría a Granada hasta 1539, cuando vino acompañando el cadáver de la emperatriz Isabel de Portugal.



1828. Retrato hecho por Rafael Tejeo, a partir del grabado de Felipe Liaño (1586). Museo Naval.

La recién casada Ana de Guzmán, su primogénito Álvaro de Bazán y resto de hermanos se quedaron viviendo en Granada, en las posesiones conformadas por sus abuelos junto al río Darro. Entre tintoreros de seda y las aguas del Dauro debió apedrear perros el jovencito Álvaro de la saga Bazán. En 1535, el padre reclamó a toda la familia para pasarse a Málaga y seguidamente a Gibraltar. Precisamente, el niño Álvaro de Bazán recibió el título de Alcaide del castillo de Gibraltar, con sólo 9 años. Allí empezó su formación humanística con tutores particulares y alguna que otra travesía marina.

Su padre, como capitán de galeras que era, se movió por las costas de la Península y Génova. Su misión consistía en proteger el tráfico comercial de corsarios y turcos.

La familia Bazán ganaba en riquezas. Tenía amasada una pequeña fortuna. 1536 fue el año en que empezaron a llegar las primeras balaustradas desde Génova a su casa granadina. Su alcurnia creciente hacía necesario que mejorase su palacio de la plaza de los Tintes

A pesar de que los Bazán de Granada estaban viviendo en puertos del Mediterráneo, sobre todo en Génova, seguían pensando en mejorar su palacio de Granada. Continuamente enviaban piezas de mármol, pinturas e incluso artistas desde Italia. El mármol de Carrara era muy demandado por la nobleza andaluza; incluso los túmulos del Gran Capitán, Reyes Católicos y Juana I habían venido desde allí.

La familia Bazán ganaba en riquezas. Tenía amasada una pequeña fortuna. 1536 fue el año en que empezaron a llegar las primeras balaustradas desde Génova a su casa granadina. Su alcurnia creciente hacía necesario que mejorase su palacio de la plaza de los Tintes. Todos los nobles del momento se imitaban e intentaban superarse entre sí. Algunos de los arquitectos y artistas de los que vinieron desde Italia al Palacio de Carlos V y a San Jerónimo, también hicieron algunos trabajos para el palacio de los Bazán. Álvaro padre acumuló fuentes, balaustradas, escaleras, chimeneas y escudos de su casa, todos ellos labrados en mármol de Carrara.

“Desinvierten” en Granada y se van a La Mancha

No obstante el interés del capitán de galeras por engrandecer su palacio junto al Darro, en 1537 entró en crisis la hacienda del emperador Carlos V. Decidió vender buena parte de las propiedades de las órdenes militares para salir de la bancarrota por tanta guerra en Europa y contra el turco. Álvaro de Bazán decidió “desinvertir” en Granada y adquirir las villas El Viso y Santa Cruz de Mudela (Ciudad Real), además de varias casas en Valdepeñas. Así conformó un enorme señorío en La Mancha, pero a costa de desprenderse paulatinamente de propiedades urbanas en Granada y su Reino. Vendió Vélez de Benaudalla, Fonelas, Gorafe, etc. En las compras manchegas invirtió 69.916 ducados. Empezaba el traslado de la rama principal de los Bazán desde Granada a El Viso.

En las compras manchegas invirtió 69.916 ducados. Empezaba el traslado de la rama principal de los Bazán desde Granada a El Viso

Al año siguiente, 1539, regresó a Granada la abuela, María Manuel. Se haría cargo del gobierno de todas las propiedades, de los envíos desde Génova y de comenzar a vender a trozos. Lo primero que vendió fue la chimenea de Leza recién llegada desde Génova; ya no era necesario tanto lujo para el palacio segundón. La pieza fue colocada en el Palacio de Carlos V, por un precio de venta muy exagerado. Pero merece la pena, está fabricada en mármol de Carrara y azabache negro. Un maravilla que se puede contemplar en la Alhambra.



Chimenea de Leda en la Alhambra. Esta chimenea de mármol de Carrara y piedra negra fue encargada por Álvaro de Bazán (padre) al taller de Gian Giacomo della Porta, durante su estancia en Génova (1536). Iba destinada a su palacio de la calle de los Tintes. No sabemos si llegó a ser instalada en su casa junto al Darro porque en diciembre de 1546 la abuela María Manuel la vendió al Palacio de Carlos V para que Nicolo de Corte la colocara en las habitaciones del Emperador.  ARCHIVO PATRONATO DE LA ALHAMBRA.


Escudo en el Palacio de El Viso del Marqués. Este escudo del Marquesado de Santa Cruz fue esculpido en Carrara hacia 1536-37 con destino a las Casas Principales de D. Álvaro de Bazán en Granada. No obstante, no llegó a ser colocado sino que fue reenviado hacia el Viso del Marqués (Ciudad Real), donde los Bazán habían adquirido las villas de El Viso y Santa Cruz y planeaban construir su palacio (actual Museo-Archivo de la Marina). La misma suerte corrieron otros elementos –como una fuente- que Álvaro de Bazán, padre, había encargado a talleres marmolistas de Génova.

María Manuel reenvía el escudo nobiliario, también llegado desde Génova, pues ya no hace falta ponerlo en la fachada del palacio de la placeta de los Tintes. Estará reservado para subirlo a lo más alto del palacio de El Viso. Fue el momento en que la abuela, que vivía rodeada de nietas y sobrinas, construyó una comunicación directa entre su palacio y la iglesia de Sancti Spiritus para asistir a misa de forma privada. La abuela falleció en 1547 en Granada y fue enterrada en el suelo de su iglesia, junto a su marido el Comendador de Castroverde (Si no extrajeron sus cadáveres cuando demolieron la iglesia en el siglo XIX, sus restos deben reposar todavía varios metros debajo del monumento a Isabel la Católica).

En 1544, nuestro futuro héroe marino, Álvaro de Bazán y Guzmán, tercero del mismo nombre, ya había comenzado a participar en combates navales: lo hizo en las costas de Muros y el Cantábrico, a la sombra de su padre. Con sólo 18 años inició una fulgurante carrera en la mar –y algo en tierra– que le convirtió en el marino más famoso de su época. Ya nunca pararía de guerrear hasta el momento de su muerte, en 1588.

En 1544, nuestro futuro héroe marino, Álvaro de Bazán y Guzmán, tercero del mismo nombre, ya había comenzado a participar en combates navales: lo hizo en las costas de Muros y el Cantábrico, a la sombra de su padre. Con sólo 18 años inició una fulgurante carrera en la mar –y algo en tierra– que le convirtió en el marino más famoso de su época. Ya nunca pararía de guerrear hasta el momento de su muerte, en 1588.

De la casa y propiedades granadinas se había hecho cargo una de sus tías, también llamada María Manuel. Álvaro de Bazán regresó a Granada en 1553 a tomar posesión de la herencia paterna, ordenar papeles y vender algunas propiedades para comenzar la construcción de su palacio en El Viso (su padre ya había avanzado los trabajos preparatorios y acumulado piezas traídas de Italia). Buena parte de las casas de la manzana fueron vendidas al convento por 5,7 millones de maravedíes. También fue la fecha en que se deshizo de las huertas que daban a Plaza de las Descalzas, donde Gabriel de Córdova construyó su famoso palacio, más dos solares al Conde de Alcudia y al Marqués de Algarinejo. También vendió parte de las tiendas que daban a las calles de los Tintesy Sancti Spiritus; precisamente estos establecimientos los vendió a una sobrina suya que, con el tiempo, regresarían de nuevo a sus manos por matrimonio.

Regreso a Granada y segunda boda

En 1550 había casado con Juana de Bazán y Zúñiga; lo hicieron en Valladolid, donde vivieron al principio. La pareja tuvo cuatro hijas en los siete años que permanecieron casados. A la muerte de ella, en 1557, pensó en contraer matrimonio de nuevo, pero tardó en hacerlo once años, necesitaba un heredero varón. Lo haría en segundas nupcias con una sobrina suya, María Manuel de Solís y Benavides, en 1568. Él tenía 42 años y ella sólo 17. Los desposorios tuvieron lugar en Granada, donde residía la muchacha y disfrutaba de una parte de la herencia de la abuela María Manuel de Solís. De esta forma, parte de las propiedades vendidas en 1553 volvieron al patrimonio del almirante.



Sus dos mujeres. En este fresco de un techo en el Palacio de El Viso aparece flanqueado por sus dos esposas. A la izquierda, Juana de Bazán y Zúñiga Avellaneda; era la segunda hija de los Condes de Miranda y hermana del virrey de Cataluña. Casó con ella el 19 de marzo de 1550, en Valladolid. Tuvieron cuatro hijas. Juana falleció en 1557. A la derecha, María Manuel de Solís y Benavides, sobrina suya; contrajeron matrimonio en Granada en 1558, donde vivía la novia como heredera de la abuela de D. Álvaro; el viudo tenía 42 años, la novia 17. Tuvieron cinco hijos (tres hombres y dos mujeres, cuatro en Génova y uno en El Viso).

La pareja de recién casados estableció su casa en Génova, a la sombra de los magnates Doria. Primero en vivienda de alquiler, después en palacio propio. Allí engendraron cuatro hijos, más el último que ya nació en El Viso (3 hombres y dos mujeres). La familia residió en Génova entre 1568 y 1578, si bien el almirante se movía por todo el Mediterráneo y Atlántico en sus tareas de vigilancia naval. Precisamente en 1569 se implicó en la Guerra de las Alpujarras, tanto en tareas marinas como terrestres, a la sombra de Juan de Austria. Fue mandatado por Felipe II para que orientase a su joven e inexperto hermanastro.

Esa labor de defensa y fidelidad a la Corona por parte del capitán general de la mar fue lo que llevó a Felipe II a concederle el Marquesado de Santa Cruz de Mudela (octubre de 1569), elevado  unos años más tarde a la grandeza de España. Este año 2019 se cumple el 450º aniversario de aquel acontecimiento

Esa labor de defensa y fidelidad a la Corona por parte del capitán general de la mar fue lo que llevó a Felipe II a concederle el Marquesado de Santa Cruz de Mudela (octubre de 1569), elevado  unos años más tarde a la grandeza de España. Este año 2019 se cumple el 450º aniversario de aquel acontecimiento.

Es segurísima la presencia, de nuevo, de Álvaro de Bazán por tierras granadinas en 1569-70. Así lo atestiguan varias crónicas de la Guerra de las Alpujarras. No sabemos con exactitud cuándo decidió tomar prestada la imagen de la Virgen del Rosario de la Iglesia de Santo Domingo; pero lo cierto es que esta imagen fue llevada por el almirante en su nave La Loba durante la contienda contra los turcos, el 7 de octubre de 1571. Desde entonces esta imagen es conocida en Granada como la Virgen de Lepanto.



Virgen de Lepanto. La imagen de la Virgen del Rosario, la de Lepanto, fue donada al Convento-Iglesia de Santo Domingo de Granada por los Duques de Gor en 1552 con motivo de su boda. Es una talla de madera esculpida en Granada, de tamaño casi natural y vencida hacia adelante. Álvaro de Bazán la pidió prestada para llevarla en su nave durante la batalla de Lepanto (1571) a modo de protección. El gran marino la devolvió intacta unos meses después. A partir de aquel momento, a esta imagen se la llamó Virgen de Lepanto. Su devoción aumentó tanto que acumuló donaciones de plata, oro y piedras preciosas. En 1628 se la revistió por completo de una funda de plata con joyas engarzadas. En el siglo XVIII le fue construida la capilla del Cobertizo de Santo Domingo y el fabuloso camarín en el brazo izquierdo de la Iglesia. Los franceses la expoliaron en 1810. En 1960 fue coronada canónicamente y repuestos parte de los destrozos franceses.

Los últimos diez años de vida del capitán general de galeras (1578-88) no tenemos referencia alguna a su presencia en Granada. Abunda correspondencia con sus administradores de su patrimonio en esta ciudad. Tanto Álvaro de Bazán, el gran marino, como sus sucesores en el Marquesado de Santa Cruz mantuvieron propiedades urbanas y rurales en Granada hasta casi finales del siglo XIX

Durante aquellos diez años de estancia de la familia Bazán en Génova se encargaron de enviar piezas y artistas para construir su palacio en El Viso. Varios de ellos compaginaron este trabajo con otras tareas en El Escorial. La segunda esposa, María Manuel de Solís, debió resultar sumamente manirrota y caprichosa; sabemos por las cuentas depositadas en el Archivo del Marquesado de Santa Cruz que disponía de decenas y decenas de criados, varios esclavos y numerosos sirvientes moriscos llevados desde Granada; tenía pintores de cámara personales; nadaba en sedas caras y adquiría objetos de plata constantemente; hay infinidad de gastos destinados a su palacio manchego. La mayoría de aquellos gastos y traslados eran financiados por banqueros genoveses que tenían delegaciones en Granada (entre los papeles aparecen numerosos recibos de los banqueros Grimaldi, Spínola, Centurión).

Los últimos diez años de vida del capitán general de galeras (1578-88) no tenemos referencia alguna a su presencia en Granada. Abunda correspondencia con sus administradores de su patrimonio en esta ciudad. Tanto Álvaro de Bazán, el gran marino, como sus sucesores en el Marquesado de Santa Cruz mantuvieron propiedades urbanas y rurales en Granada hasta casi finales del siglo XIX.

Destrucción de la manzana en el XIX

La desamortización de Mendizábal (1836-7) comenzó a llevarse por delante parte de los edificios que pertenecieron a la manzana de los Bazán junto al río Darro, en el corazón de la ciudad. Los franceses ya habían causado bastantes destrozos durante su ocupación de 1810 a 1812. En 1813 regresaron las monjas al convento e iglesia del Santi Spíritus; lo encontraron sin puertas, ni ventanas, solería arrancada y las partes más destacadas habían desaparecido. Aun así, consiguieron reabrir tanto la iglesia como el convento.

Los edificios conventuales fueron sacados a subasta a partir de 1837 y demolidos poco a poco para reconvertirlos en viviendas. En 1839, Vicente Bustamante levantó una casa en lo que se llamaba Portería del Convento, en la zona trasera de la Calle Colcha. El mismo destino corrió el resto del solar durante la década siguiente. El arquitecto Fabio Gago y Moyño informaba (en 1849) que la casa señorial de los Bazán estaba abandonada y en ruina; le había afectado la demolición del convento paredaño. Para mayor desgracia, las nuevas alineaciones permitieron la construcción de una casa en la plaza de los Tintes (1855), con lo cual le taparon la luz y las vistas. La demolición de la casa solariega del siglo XV se verificó en el verano de 1856.

Esta zona es de las que más reformas urbanísticas han padecido en Granada. En 1960 se pensó continuar la Gran Vía para llegar a San Matías y unirla con la Carrera de la Virgen

Tras el completo embovedado del río en la segunda mitad del XIX, el Ayuntamiento convirtió la calle de los Tintes en Méndez Núñez. Un nuevo proyecto de realineaciones, cierres y aperturas de calles llevó a derribar varios edificios para colocar la nueva casa de Correos y Telégrafos (1898).

Esta zona es de las que más reformas urbanísticas han padecido en Granada. En 1960 se pensó continuar la Gran Vía para llegar a San Matías y unirla con la Carrera de la Virgen. Fue derribado el edificio de Correos y las casas que había detrás. El resultado fue el estrechamiento de la Plaza de las Descalzas, el nacimiento de dos grandes y horrorosos bloques (uno de ellos acristalado) y la aparición de la Plaza Isabel la Católica.

Bajo esta zona hay enterrada demasiada Historia de la ciudad de Granada. Al menos subsiste un pequeño recuerdo en forma de medallón y placa descoloridos y sucios que recuerda que allí, más o menos, nació un gran almirante de la Armada. El que podía haber puesto firme a Inglaterra… y meter a España otra más de las múltiples guerras que han desangrado a esta Nación.

EVOLUCIÓN URBANÍSTICA DEL SOLAR DE LOS BAZÁN EN EL CENTRO DE GRANADA



1611. En la Plataforma de Vico se esboza la manzana de casas de la familia Bazán, así como sus huertas en la parte alta. El grabador sólo dibujó y marcó (17) la torre de la iglesia neogótica del Convento de Sancti Spiritus. Insinúa una especie de calle ciega que era la placeta que antecedía a la entrada del Convento y las Casas Principales de los Bazán. Discurre el río Darro descubierto y por su margen izquierda, la calle de los Tintes, también llamada Roquería en algunos documentos. Con el número (1) se marca el puente de los Leñadores o Baño del Nogal, que enlazaba Elvira con plaza de Cuchileros y calle Rodrigo del Campo; con el número (2), el puente de Gallinería o San Francisco, que unía el Zacatín con la calle Sierpe (Plaza de las Descalzas). El espacio del círculo rojo coincidía, aproximadamente, con lo que hoy es la Plaza Isabel la Católica.







1796-1831. En esta plataforma de Dalmáu se ve con mayor precisión el contorno de la manzana irregular donde tuvieron sus propiedades los Bazán desde finales del siglo XV hasta finales del XIX. En el número (1) estuvo la casa principal, donde nació D. Álvaro de Bazán, el Primer Marqués de Santa Cruz; en el número (2) se ve la iglesia de Sancti Spiritus. Se ve el ensanche de la calle y placeta de los Tintes; incluso la playa más amplia del Darro donde bajaban los tintoreros/lavanderos por la escalinata (todavía hoy quedan restos de tinajas incrustadas bajo la bóveda del río). Se aprecia perfectamente indicado el puente de la Gallinería, destruido en 1878 al cubrir el río y nacer la calle Méndez Núñez (Reyes Católicos actual). La esquina inferior de la calle Sierpe desaparecida continúa tal como entonces (acera derecha de Plaza Isabel la Católica). Por arriba (3) se ve el puente de Leñadores, que por 1831 todavía mantenía la casa del Baño del Nogal encima de la bóveda del río, con el típica cárcava que se ve en los grabados románticos.







El palacio de los Bazán en un grabado de 1833. Interesantísimo grabado de Lewis dibujado desde el puente de la Gallinería. Vemos a personas lavando en la playa del Darro, a la que se accedía por una escalinata de piedra desde la placeta y calle de los Tintes. En mitad del río se ve una represa de la que tomaba agua la acequia de Sancti Spiritus y la conducía por la margen derecha hacia la Plaza de San Antón y calle Puentezuelas. Con el número (2) marcamos la iglesia de Sancti Spiritus, de portada neogótica. A su lado (1) está la casa-palacio de los Bazán, de tres plantas y media de alzado. En los bajos que la circundaban llegó a haber hasta 9 tiendas y un horno. Al fondo (3) vemos la casa situada encima de la bóveda del Darro, sobre el puente de los Leñadores que comunicaba la calle Elvira con Cuchilleros. Todas las casas de la izquierda fueron demolidas al ensanchar Méndez Núñez y abrir la Gran Vía.







2019. El fotógrafo se ha situado sobre lo que fue el puente de la Gallinería, a la altura de Sierpe (puerta del edificio La Paz), más o menos desde donde Lewis hizo su dibujo. La plaza Isabel la Católica se ubica en parte del solar de los Bazán. Aquí estuvieron posteriormente los Palacios de los Córdova, Conde de Alcudia y Marqués de Algarinejo. Al fondo, más o menos donde está el edificio del Banco Bilbao, estuvo la casa principal de los Bazán. El resto de la manzana, hasta prácticamente la calle Colcha, lo ocuparon diversas casas, tiendas y huertas del Marquesado de Santa Cruz. Sólo la casa situada tras el banco (la número 40) mantiene la alineación original de la calle de los Tintes.







Interpretación actual. Sobre una fotografía de Gooble de la Plaza Isabel la Católica y alrededores, podemos hacernos una idea de lo que fueron las posesiones de los Bazán en el centro de Granada desde finales del siglo XV hasta mediados del XIX. Con el 1, en rojo, lugar que ocuparon las “casas principales”, donde nació el famoso marino. 2, en verde, situación de la iglesia del Sancti Spiritus, rodeada del convento, casas y huerto de las monjas dominicas. En el 3 marcamos la calle de los Tintes y el ensanche de la placeta del mismo nombre (también llamada calle Roqueros). Con el 4 señalamos el cauce emparedado del río Darro, donde vemos que lo atravesaba el puente de la Gallinería o San Francisco (5), que unía las zonas comerciales del Zacatín, Alcaicería e Hilanderías. El 6 marca los solares que ocuparon los palacios de Córdova, Algarinejo y Alcudia a partir las ventas de solares de 1553. Tenían fachada a la Plaza de las Descalzas, frente a la iglesia del mismo nombre (8). Con el número 7 he marcado la zona de huertas, tiendas y viviendas auxiliares de la manzana que conformaron los Bazán a partir de 1464. El 9 indica la esquina donde estaba colocada la columna con la Sierpe que daba nombre a la callejuela.





Puente de San Francisco y Convento. En este dibujo podemos ver cómo era el puente de San Francisco que comunicaba el Zacatín (derecha)  con la calle Sierpe (izquierda). Fue demolido en 1878 para cubrir el Darro. A la izquierda se ve la esquina del convento de Sancti Spiritus a donde iba a parar; saliéndose por la izquierda está la fachada de la iglesia. Sobre este puente se situó J.F. Lewis para dibujar el grabado de 1833, pero mirando hacia arriba. Este boceto debieron hacerlo antes de que comenzaran los derribos, aunque fue publicado en la revista La Alhambra en junio de 1884.







1853. En este plano topográfico de Granada marcaron claramente la situación de la iglesia del Santi Spiritus (con una cruz) y a su lado el convento de monjas, con un claustro en el centro. Vemos también la Plaza de los Tintes y la calleja sin salida del Sancti Spiritus. La manzana marcada con el número 83 fue la conformada por los Bazán partir de finales del XV. Resulta extraña la inclusión de ambos edificios cuando ya por 1853 estaban prácticamente demolidos.







1895. El arquitecto Francisco Giménez Arévalo trazó la Gran Vía de Granada en 1895. En este dibujo suyo se ve la cala de 60 metros de ancho que hubo que derribar para sacar la avenida actual de 20 metros. El óvalo rojo indica el conjunto de casas de los Bazanes (la mayoría ya vendidas a otros propietarios a finales del XIX) que a partir de 1962 dieron lugar a la Plaza Isabel la Católica. En verde están marcados los lugares donde se hallaban los puentes de los Leñadores y Gallinería. AMGY.







1909. A principios del siglo XX ya estaba medio construida la Gran Vía. Méndez Núñez había dado paso al embovedado del río con el nombre de Reyes Católicos, que se ensanchó al sumar la calle de los Tintes. En el lugar de la iglesia de Sancti Spiritus y la casa de los Bazán fueron construidos edificios oficiales (Correos) y bloques de casas. El palacio de los Córdova estaba justo en la parte trasera de Correos. La calle Sancti Spiritus no comunicaba todavía directamente con Pavaneras. Aunque están dibujadas las líneas de tranvía, todavía en 1909 no habían comenzado a funcionar por esta zona.







Palacio de los Córdova. Hacia 1913, José Martínez Rioboó fotografió la fachada norte de la Plaza de las Descalzas. En el centro se ve la portada del Palacio de los Córdova, que sería demolido en 1919. Este palacio fue construido sobre parte de la huerta alta de la finca de los Bazán, a partir de 1553; esta portada fue colocada en 1592 por orden de los Fernández de Córdova, primos del Gran Capitán. La Casa de los Córdova fue desmontada en 1919 por Ricardo Martín Flores (que fue expulsado del Centro Artístico por ello) y buena parte de sus elementos de valor guardados en un almacén. Fue vuelta a montar (1960-65) en el solar municipal de la Cuesta del Chapiz, que actualmente alberga el Archivo Histórico Municipal.





Debajo de estas líneas podemos ver el interior del Teatro-cine Gran Capitán que sustituyó al Palacio de los Córdova y estuvo en funcionamiento entre 1919 y 1953.

















Detalles del Palacio de los Córdova. En las tres fotografías anteriores vemos cómo era esta casa en la parte trasera del edificio de Correos. Están tomadas en 1919, poco antes del derribo. El patio ha sido reproducido de forma muy similar en la reconstrucción de la Cuesta del Chapiz. En la esquina del fondo de la segunda foto, a la izquierda, era donde se encontraba la famosa columna con la Sierpe que daba nombre a la pequeña calle. Debajo se ve un detalle de esta columna (hoy recolocada en la esquina del Archivo Histórico).En la imagen de abajo se aprecia la escultura de la Sierpe que hay recolocada en el actual Palacio de los Córdoba.







Calle Sierpe años 30. Toda esta zona es hoy parte de la Plaza Isabel la Católica. La acera de la izquierda existe, pero la de la derecha desapareció en 1960. Tras el coche de caballos vemos el edificio que sustituyó al Palacio de los Córdova (la esquina es donde estuvo la Sierpe), reconvertido en el Teatro Gran Capitán. El edificio de más atrás era Correos. Al fondo, el edificio La Paz (primigenio hotel Colón). AHMG.







Correos y Centro Artístico. El edificio de Correos y Telégrafos fue levantado a partir de 1898 por el arquitecto Francisco Giménez Arévalo. En el bloque de la izquierda estuvo un tiempo el Centro Artístico. El edificio ocupaba exactamente la antigua placeta de los Tintes, justo enfrente del comienzo de la Gran Vía. Esta foto es algo anterior a 1960; su demolición fue proyectada  para dar continuidad a la gran Avenida del Azúcar. No obstante, el destino final fue reconvertir su solar en Plaza Isabel la Católica. Justo a la derecha se adivina la calle Sierpe.







Vista de calle Reyes Católicos, en los años 20-30 del siglo pasado. Se ve Correos a la izquierda. El puente de la Gallinería estuvo situado justo debajo de donde se encuentran los dos coches de caballos.







Acera de la calle de los Tintes (números pares de Reyes Católicos), con Plaza Nueva al fondo. La placa colocada en 1888 con motivo del III Centenario del Marqués de Santa Cruz estuvo colocada en la fachada de la tercera casa de la derecha, hasta su demolición en 1974.







Solar de los Bazán. Las casas de la derecha ocupaban de mediados del siglo XIX el solar del palacio de los Bazán, en cuyos bajos estuvieron abiertos el horno y varias tiendas. La puerta donde está la primera señora de la derecha se corresponde hoy con el ventanal del BBVA.







Reforma de 1962. Empieza la reforma Reyes Católicos. El monumento acababa de ser trasladado desde el Salón y se pensaba continuar la Gran Vía. Había sido demolida media manzana de casas comprendida entre las calles Sierpe, Plaza de las Descalzas y Sancti Spíritus (cayeron la Casa de Correos, lo que quedaba de las tres casas nobiliarias traseras y el teatro). El bloque alto ya había ocupado la esquina de  San Matías e interrumpía la continuación de la avenida. Al final se decidió tapar las medianas con el edificio de cristal del Banco Santander (actual hotel y viviendas). Justo donde está el monumento se encontraba la Placeta de los Tintes (posterior casa de Correos), donde tenían su fachada la casa de los Bazán y el Convento de Sancti Spiritus.

Las placas del III y IV Centenario

La primera placa en memoria del almirante Álvaro de Bazán y Guzmán fue colocada por el Ayuntamiento de Granada el 9 de febrero de 1888 con motivo de los actos del III Centenario de la muerte del ilustre marino. Una comisión de expertos estudió el lugar más aproximado a lo que había sido la casa solariega de los Bazán. Hay que recordar que para 1888, la zona había sufrido una profundísima remodelación, de manera que el río Darro acababa de ser embovedado en ese tramo (1878-84 entre los puentes de San Francisco y Leñadores); las placetas de Sancti Spíritus y los Tintes desaparecieron para convertirse en Méndez Núñez (actual Reyes Católicos); y aparecieron edificios de nueva factura, de los cuales sólo uno (el número 40) se conserva alineado como lo estuvo siempre esa acera.



El alcalde de Granada, la Marquesa de Santa Cruz y el almirante del Estrecho inauguran la reposición del medallón en la Plaza Isabel la Católica, en 1988. JAVIER ALGARRA.

Los expertos dudaron si adjudicar el solar de nacimiento de Álvaro de Bazán a las casas número 38 o 40, propiedad de Baltasar Romero o Antonio López Medina, respectivamente. Al final fue colocada en la número 38. Su texto era el siguiente: “TODA LA ISLA DE CASAS QUE HOY FORMAN ESTA MANZANA, CONSTITUYÓ DESDE LA RECONQUISTA LA MORADA SOLARIEGA DEL EGREGIO MARINO D. ÁLVARO DE BAZÁN, QUE NACIÓ EN GRANADA EL 12 DE DICIEMBRE DE 1526. EL MUNICIPIO DE ESTA MUY LEAL, MUY NOBLE, GRANDE, NOMBRADA, CELEBÉRRIMA Y HERÓICA CIUDAD, DEDICA ESTA LÁPIDA A TAN ILUSTRE GRANADINO, EN RECUERDO DEL TERCER CENTENARIO DE SU MUERTE, ACAECIDA EN LISBOA EN 9 DE FEBRERO DE 1588”.

El Ayuntamiento aprovechó la celebración de los actos del IV Centenario de la muerte de Don Álvaro, en 1988, para volver a reponerla en la esquina donde permanece actualmente. Más o menos donde estuvo el palacio de los Bazán

Allí permaneció colocada la placa durante bastantes años. En el año 1923, sin quepamos por qué razón, la placa del III Centenario fue sustituida por otra con el siguiente texto: “A LA MEMORIA DEL INSIGNE GRANADINO D. ÁLVARO DE BAZÁN, MARQUÉS DE SANTA CRUZ DEL VISO, GENERAL DE LA ARMADA, VENCEDOR DE LEPANTO, TÚNEZ, LAS ISLAS TERCERAS Y ALTA MAR, NACIDO EN LA CASA SEÑORIAL QUE OCUPABA EL SOLAR DE ÉSTAS, EL 12 DE DICIEMBRE DE 1526. FALLECIDO EN LISBOA EL 9 DE FEBRERO DE 1588. XXXI.X.MCMXXIII”.

Además de la placa, en Granada se decidió dar el nombre de Álvaro de Bazán a una calle (partida en dos por la Gran Vía).

Esta segunda placa, con medallón incluido, permaneció hasta 1974 en que fue demolida la casa para construir la sede del Banco de Bilbao.

El Ayuntamiento aprovechó la celebración de los actos del IV Centenario de la muerte de Don Álvaro, en 1988, para volver a reponerla en la esquina donde permanece actualmente. Más o menos donde estuvo el palacio de los Bazán. Se le añadió: EL AYUNTAMIENTO DE GRANADA LA REPUSO EN EL IV CENTENARIO 1988.

El capitán general granadino Álvaro de Bazán tiene estatuas en El Viso, Madrid y Escuela Naval de Marín. Ha dado su nombre a varios buques de la Armada y a un astillero en Galicia.  Granada conoce sus méritos más bien poco.



Medallón y placa en la esquina del BBVA.

Para ampliar información:

Don Álvaro de Bazán en Granada, de Francisco de Paula Valladar (Publicado en prensa en 1888 y un librito en 1988).

- He extraído datos de: la mayoría del Archivo Histórico Municipal de Granada; Archivo del Marquesado de Santa Cruz; Archivo de la Marina;  La chimenea Genovesa del Palacio de Carlos V, de Carlos Alcaide Martín y otros; y las Casas de la Familia Bazán en Granada, de Rosa López Torrijos.