Campaña contra la violencia digital

Ya no mola leer

Blog - El ojo distraído - Jesús Toral - Jueves, 28 de Abril de 2016
Feria del Libro de Granada.
Miguel Rodríguez
Feria del Libro de Granada.

No nos equivoquemos. La literatura no está de capa caída por la crisis económica. Desde muchos años antes, la cultura en este país no suponía un valor añadido para un grupo de población.

Verán, yo recuerdo que era un niño “rarito” entre otras cosas porque me gustaba leer. Reconozco que pese a la falta de estudios de mis padres, ellos veían con buenos ojos que le dedicara tiempo a los libros, pero algunos niños se reían cuando me sorprendían con una novela en las manos por iniciativa propia. No estaba bien visto. Tal vez sólo ocurriera en un barrio obrero de mi pueblo, donde yo vivía, pero lo cierto es que tengo el recuerdo de leer en casa, sin que me vieran los demás.

Han pasado algunos años y compruebo para mi desgracia que la situación sigue siendo muy parecida. Los periódicos cuentan que Belén Esteban ha vendido más ejemplares que Mario Vargas Llosa y yo pienso que cuando la Esteban consigue sacar tantas novelas como el autor hispano peruano y gane un Premio Nobel por escribir…hablamos…pero lo que más me molesta es que oigo a un joven de unos 20 años leer la noticia en un bar en voz alta con sus amigos y uno de sus acompañantes, sin ningún pudor, le mira y pregunta: ¿Y quién coño es Mario Vargas Llosa?

La Feria del Libro viene cada año a acercar a autores consagrados con su público y, pese a todo, para mí será un honor sentarme a firmar ejemplares este sábado donde antes han pasado nombres como Almudena Grandes, Nativel Preciados o el granadino Andrés Cárdenas y otros más desconocidos pero no menos interesantes como David López, de Maracena, que tiene en la feria su interesante última novela de misterio “Terrores”, una historia muy aplaudida por todos los públicos. Para mí es grato, especialmente en un año en el que parece que la lectura se ha incrementado y que las editoriales están más contentas porque empiezan a vender algo más.

No obstante, por mi experiencia, el interés por la literatura, ese que no te abandona nunca, surge en la infancia y es ahí donde hay que fomentarlo…y permítanme que añada que obligando a los niños a leer El Quijote, por más que todos coincidamos en el V Centenario de la muerte de Cervantes en que se trata de una obra magistral, sólo conseguiremos disuadirles de este hábito.

Lo que yo pienso es que lo maravilloso de la lectura es su variedad. Hay libros de Gabriel García Márquez, Cervantes o el mismo Joyce que son obras de arte indiscutibles pero no están hechas para todos los públicos. Bajo la misma estrella, las novelas de Stephen King o esos bestsellers que después se convierten en entrañables películas para pasar el rato tal vez no tengan tantas críticas positivas, ni tantos premios pero también son lecturas, también tienen su público y también merecen un respeto.

No podemos empeñarnos en que los estudiantes de primaria digieran El Lazarillo de Tormes si no les interesa. Recuerdo haber leído Las Ratas de Delibes con 12 años y casi me muero del aburrimiento. Afortunadamente volví a retomarlo con 25 y mi percepción cambió por completo: pude degustarlo y apreciarlo en su justo valor.

Todo libro tiene su tiempo y quizá un niño se aficione a la lectura con Mortadelo y Filemón o con algún comic Manga… ¿Y qué? ¿Es que sólo se puede valorar lo que leemos si los críticos literarios lo consideran una obra de calidad?

No sé ustedes, pero yo leo para disfrutar de mi tiempo. Y a veces me apetece estar acompañado de descripciones largas de grandes autores hispano americanos y otras veces prefiero acción y que me mantengan en vilo con una narración de intriga aunque la consideren un bestseller.

No voy a hablar de que todo impuesto es excesivo para la cultura, incluido el súper reducido del 4%, ni tampoco del escaso fomento que se hace desde las instituciones públicas… es demasiado evidente… de hecho, me he encontrado con muchos representantes políticos que se jactaban de no haber leído ningún libro en su vida, algo que explica por qué luego no lo fomentan, pero deberíamos ser más críticos con nosotros mismos y plantearnos cómo estamos interponiéndonos para que los chicos y jóvenes de hoy en día no tengan ningún interés en la lectura ni en la cultura. Algo estaremos haciendo mal.

Sería maravilloso que en lugar de obligar a los niños a digerir una lista de novelas obligatoria o a elegir entre unas cuantas, les permitiéramos buscar la historia que más les pudiera interesar, ya fuera un tebeo, un cuento infantil o una novela rosa. Y sería mejor aún que la saturación de alumnos en las clases desapareciera para que el propio profesor tuviera la oportunidad de conocer tan bien a los estudiantes que estuviera capacitado para seleccionar un libro para cada uno en función de los gustos personales del chaval.

No me parece lógico que no aumente la afición por la lectura en un país supuestamente desarrollado, pero aún me parece más ilógico que cuando alguien coge un libro, se le busquen peros como si el primer y único fin de este hábito fuera culturizarse y no entretenerse y disfrutar de un rato entrañable, agradable, frenético o hilarante. Viva la lectura sea del tipo que sea. ¡Vivan los libros!

Imagen de Jesús Toral

Nací en Ordizia (Guipúzcoa) porque allí emigraron mis padres desde Andalucía y después de colaborar con periódicos, radios y agencias vascas, me marché a la aventura, a Madrid. Estuve vinculado a revistas de informática y economía antes de aceptar el reto de ser redactor de informativos de Telecinco Granada. Pasé por Tesis y La Odisea del voluntariado, en Canal 2 Andalucía, volví a la capital de la Alhambra para trabajar en Mira Televisión, antes de regresar a Canal Sur Televisión (Andalucía Directo, Tiene arreglo, La Mañana tiene arreglo y A Diario).