Versallescos
De repente, después de una campaña con episodios de tono barriobajero y chulesco, el hipotético pacto para gobernar el Ayuntamiento de Granada ha pasado a depender menos de las afinidades programáticas que del encaje de bolillo, del punto zurcido y del filtiré, es decir, menos de los proyectos políticos que de los modales y la urbanidad.
El jefe de Ciudadanos, Luis Salvador, ha exigido para sentarse a negociar con el alcalde saliente José Torres Hurtado que se disculpe por su comportamiento inadecuado durante la campaña. ¡Ay qué encaje de bolillos, ay qué filtiré!
Y el alcalde, con un historial más de bocazas que de boquirrubio, no ha dudado en divulgar un comunicado en el que, con la boca chica, pide perdón a Salvador por llenar los buzones con panfletos en los que le acusaba de izquierdista y de contratar cuñas de radio en las que sugería que era un falso y un taimado por haber militado durante veinte años en el Partido Socialista.
El alcalde saliente, además de pedir perdón a media voz, ha culpado a su director de campaña de un ataque que más que una desconsideración es una de las mayores torpezas electorales que se han cometido nunca. Si la disculpa es sincera estaría muy bien que el jefe de campaña, Juan Antonio Fuentes, asumiera la culpa y se largara. Igual que el portavoz de campaña, Juan García montero, que ahora ha reducido el ataque de navajas a pellizco de monja.
¿Aceptará Salvador la disculpa versallesca del alcalde? ¿Quedarán a pactar y a tomar rapé? ¿Le arrojará el guante a Torres Hurtado y lo retará a duelo? ¿Elegirán armas y padrinos o todo quedará en reverencia y mohines? ¿Será capaz Torres Hurtado de pactar con un indeseable izquierdista para salvar el sillón?