Peonadas jornaleras

Blog - Loco por incordiar - Mario Ortega - Lunes, 17 de Febrero de 2020
Las peonadas necesarias para cobrar el subsidio agrario se han reducido de 35 a 20..
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Las peonadas necesarias para cobrar el subsidio agrario se han reducido de 35 a 20..

Al contrario que las veloces medidas de recortes y robo de derechos consagrados en la Constitución del primer gobierno de Mariano Rajoy, medidas que dejaron en los huesos al estado y los servicios públicos e incrementaron la deuda por encima del cien por cien del PIB, las primeras acciones legislativas del gobierno Sánchez-Iglesias suponen una transferencia de renta desde el mundo del capital al mundo del trabajo. Discreta, por cierto, transferencia de renta, pero muy eficaz en términos de ingresos decentes para la mayoría.

La subida de las pensiones, la subida de los sueldos de las y los trabajadores públicos, la subida del SMI y la reducción provisional de 35 a 20 del número de peonadas para acceder al subsidio agrario, suponen unos imprescindibles cuidados paliativos para la inmensa mayoría de la población dañada por ocho años de derecha pertinaz. Mientras la derecha se llena la boca de la palabra España, destruyendo las bases materiales que la cohesionan, vaciando y enfrentando territorios, y criminalizando los derechos de la gente. La izquierda actúa dignificando la vida y reduciendo el temor al día de mañana.

De las medidas de mejora de ingresos descritas, la que más afecta al mundo rural andaluz es la de la reducción del número de peonadas para acceder a un subsidio de unos 400 euros durante seis meses

De las medidas de mejora de ingresos descritas, la que más afecta al mundo rural andaluz es la de la reducción del número de peonadas para acceder a un subsidio de unos 400 euros durante seis meses. La medida ha sido aprobada, no como otras veces por un periodo limitado, sino sine die en tanto se acometen otras reformas estructurales de más calado que garanticen de manera mucho más estable una renta agraria digna fruto de la mejora de la productividad del campo.

Esta medida, la de las peonadas jornaleras, sumada a la regulación de precios mínimos de la producción agrícola y ganadera, tiene un carácter urgente y tendrán, juntas, una inmediata mejora de la vida en las centenas de municipios andaluces cuya actividad principal es o está relacionada con la agricultura. Indirectamente favorece la fijación de la población al territorio, paliando el problema del vaciado rural, reduce la pobreza en pueblos y ciudades, establece barreras para el expolio medioambiental de recursos naturales que se abre paso cuando la población tiene que marcharse a las ciudades, mejora la capacidad de negociación de salarios y condiciones laborales de la clase asalariada, y, no puede olvidarse, incrementa el grado de autonomía (libertad) de las mujeres del campo que también son o jornaleras o pequeñas y medianas propietarias de tierra.

Fijar población al campo, a los pequeños y medianos municipios, invierte la espiral que nos aboca a territorios que son desiertos humanos

Fijar población al campo, a los pequeños y medianos municipios, invierte la espiral que nos aboca a territorios que son desiertos humanos. Si la gente se queda en sus pueblos, se quedan también las demandas de servicios públicos, escuelas y centros de salud, junto com otras actividades económicas, industrias locales, bares, conservación del patrimonio natural, histórico, etnográfico. Es así como medidas que suponen prácticamente nada para las arcas públicas son catalizadores de un cambio en la  tendencia de concentración de población en las áreas metropolitanas o en las grandes conurbaciones.

Falta mucho por hacer, es cierto, son siglos de historia jornalera de Andalucia, siglos de acumulación de la propiedad en pocas manos, de latifundio y carencias, siglos de infravivienda y desprecio, que afecta ahora con rotundidad a la población inmigrante, y que también va a ser vigilado ahora por la inspección de trabajo, siglos de Salustianos en Alemania o Cataluña o Madrid, pero también de luchas y dignidad.

En el campo andaluz hay que pasar de los cuidados paliativos a la curación, la rehabilitación y la plena salud. Hay un problema de concentración de la propiedad, pero sobre todo de función de la propiedad. Hay un problema de comunicación por ferrocarril entre las comarcas y las capitales. Hay múltiples problemas medioambientales y de escasez de recursos fruto de modelos agrarios contaminantes, extractivos, intensivos e industrializados. Hay un problema grave de cambio climático y de pérdida de biodiversidad. Sobre todo eso es donde hay que actuar con la mirada larga.

Imagen de Mario Ortega

Mario Ortega, químico y doctor en ciencias ambientales, de Granada, acunado en el Abayzín, es, según parece, andaluz de nacimiento y de cultura. Le interesa el mundo, la política y todo asunto que demande ser pensado. Lleva años escribiendo opinión en corta, media y larga distancia, en realidad es una forma de dar aire al instinto de participación en los debates públicos, así foga la pulsión política. Es por eso que este blog se llama Loco por incordiar, no se tomen el incordio como molestia, es más bien ganas de llamar la atención con azúcar, sal, pimienta y otros aliños según el caso.