'Para Pablo'
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Pablo, ya no te vamos a pasar ni media. Se acabó. Tu libertad de expresión no puede cercenar la de las mujeres que, simplemente, hablan de derechos humanos y de realidades biológicas que tú conoces perfectamente aunque te niegues a reconocerlo. Decir a un hombre que es un varón biológico de nacimiento no es odio, no es transfobia ni es un insulto. Tú y tus fans habéis elegido situaros en un lado de la barrera, donde impera lo woke, pero no puedes obligar al resto de la ciudadanía a seguir los delirios de los que, retorciendo el lenguaje, creen que el resto no merecemos pensar ni expresarnos.
Hay que trabajarse más las intervenciones en los medios de comunicación cuando te sientas en una mesa para debatir con expertas feministas. Reconócelo, Pablo. A ti el feminismo te queda muy grande porque tú eres más de azotar y a las mujeres no nos gusta que nos peguen
Hay que trabajarse más las intervenciones en los medios de comunicación cuando te sientas en una mesa para debatir con expertas feministas. Reconócelo, Pablo. A ti el feminismo te queda muy grande porque tú eres más de azotar y a las mujeres no nos gusta que nos peguen. La semana pasada tuviste delante en RTVE a Tasia Aránguez, profesora de Filosofía del Derecho en la Universidad de Granada, y claro, a ella no la puedes hacer luz de gas como a tus devotos. Ella sabe de lo que habla y es capaz de explicar todo con tal claridad, pedagogía y educación que, para enfrentarte a ella, sólo puedes echar mano del insulto. Gentuza la llamaste. Te equivocaste, Pablo. Te estás equivocando con todas las feministas que se han hartado de callar, que ya no se dejan amedrentar porque vuestros insultos ya no les hacen mella. Están acostumbradas a luchar y ellas no dimiten como otros cuando las cosas empiezan a torcerse.
Se te ve tan perdido Pablo utilizando el comodín de Trump y el fascismo que dan ganas de llevarte a un partido de baloncesto femenino en las categorías con edades más bajas para que veas la ilusión de las niñas cuando consiguen encestar. Y no vamos a permitir que nadie se la quite
El mundo está empezando a despertar ante la locura woke. Y no es que se hayan puesto de acuerdo con Trump, es que cuando llueve todos vemos las gotas caer y no podemos negar que si no llevamos paraguas o un buen impermeable, nos vamos a mojar. Fue lo que te explicó muy bien la profesora Aránguez a lo que tú respondiste que hablar de la “mierda del deporte era una excusa para llevar a la televisión pública un discurso de odio”. Se te ve tan perdido Pablo utilizando el comodín de Trump y el fascismo que dan ganas de llevarte a un partido de baloncesto femenino en las categorías con edades más bajas para que veas la ilusión de las niñas cuando consiguen encestar. Y no vamos a permitir que nadie se la quite.
En lo que podríamos estar de acuerdo es en pedir a la televisión pública que elimine de su parrilla algunos discursos. Principalmente, los que dicen mentiras, los que intentan confundir a la ciudadanía, los que empujan a niños y niñas a maltratar sus cuerpos sanos con fármacos que no necesitan desde edades tan tempranas que se provocan daños irreversibles
En lo que podríamos estar de acuerdo es en pedir a la televisión pública que elimine de su parrilla algunos discursos. Principalmente, los que dicen mentiras, los que intentan confundir a la ciudadanía, los que empujan a niños y niñas a maltratar sus cuerpos sanos con fármacos que no necesitan desde edades tan tempranas que se provocan daños irreversibles. También estaremos de acuerdo en eliminar los discursos de odio contra las mujeres, aquellos en los que se insulta a más de la mitad de la población, los que niegan la realidad material de la biología confundiendo términos que nada tienen en común, los que con argumentos lastimeros hablan de derechos humanos para un colectivo al que que no le falta ninguno mientras destruyen los de las mujeres después de tantos años de lucha, los de hombres que nos explican a las mujeres la cantidad de violencia que sufren después de las cifras de asesinadas con las que cerramos cada ejercicio. Ya no vamos a escuchar más, Pablo. Ahora, vamos a hablar nosotras.
Como bien te explicó Tasia Aránguez, a la que deberías de haber escuchado con mucha atención para aprender algo –sí Pablo, aunque dices que sabes de todo siempre se puede añadir algún conocimiento más a tu vasta cultura- en el deporte compiten los cuerpos y no las identidades
Como bien te explicó Tasia Aránguez, a la que deberías de haber escuchado con mucha atención para aprender algo –sí Pablo, aunque dices que sabes de todo siempre se puede añadir algún conocimiento más a tu vasta cultura- en el deporte compiten los cuerpos y no las identidades. Cada persona puede sentirse como quiera, vestirse como mejor le parezca o mantener relaciones con quien le apetezca siempre y cuando sean consentidas pero, la biología determina las capacidades de cada cuerpo y las de los hombres y las mujeres son, simplemente, diferentes. Por eso, prácticamente todas las disciplinas deportivas, se dividen en dos categorías, una para los hombres y otra para las mujeres. ¿Qué sentido tendría mantener esta separación si lo que realmente primara en la práctica deportiva fueran las identidades o los sentimientos? ¿No lo ves Pablo? ¿No entiendes que si se aplica la lógica sales perdiendo? ¿Acaso quieres privar a las mujeres de sus logros en esos deportes de mierda que tú tanto denostas y menosprecias como buen macho alfa?