No es Moreno todo lo que Bonilla
Lo he expresado en mas de una ocasión. Moreno Bonilla puede que no lo sepa o no lo quiera saber, pero su declive ya había empezado y, desde luego, a raíz de los últimos acontecimientos políticos en Andalucía, y a la vista de la reacción de la dirigencia popular andaluza ( anodinamente replicada en cada provincia por el vocero o la vocera de turno), sólo cabe ratificar esa impresión. El PP andaluz, con su sonriente y suavón líder al frente, ha entrado en la fase de declive que terminará con su salida de la presidencia de la Junta, cuando las Elecciones sean convocadas. Que esa decisión es y va a ser, sin duda, a partir de ahora, una de las preocupaciones de Moreno. Y de Bonilla.
Cálculo, sonrisa, huida de cualquier charco, más sonrisa y aparentes buenas formas. En eso se resume la labor de Moreno Bonilla desde que preside la Junta de Andalucía
Y digo que va a ser una de las preocupaciones, porque va a tener alguna más. Si no, diría que va a ser la única preocupación. Cálculo, sonrisa, huida de cualquier charco, más sonrisa y aparentes buenas formas. En eso se resume la labor de Moreno Bonilla desde que preside la Junta de Andalucía. Bueno, en eso y en inyectar paladas de millones de euros en empresas privadas sanitarias y en propaganda a su servicio en diversos medios de comunicación. No parece que, con la que se le viene encima, tuviera motivos para variar su estrategia. Pero, como he señalado, va a tener alguna preocupación más en estos tiempos venideros.
Una, es el intento de borrado, despiste u ocultación de cualquier signo de irregularidad, ilegalidad u algo mayor en lo referido a los contratos y adjudicaciones en materia sanitaria que la Junta de Andalucía, bajo su mandato, ha llevado a cabo en algunos ejercicios presupuestarios. Asunto turbio donde los haya, en fase de investigación judicial y política, sobre el que el gobierno andaluz intenta extender un muro de silencio, recurriendo para ello a todo tipo de tácticas. La última, y no me negaran que bastante llamativa, ha sido el cese de la Interventora General de la Junta, que fue quien realizó los llamamientos sobre la posible irregularidad de estas adjudicaciones. Llevar a cabo ese cese, justo el mismo día y a la misma hora en que se presentaba como candidata a la Secretaría General del PSOE Maria Jesús Montero, es una casualidad que ni siquiera los más ingenuos y las más ingenuas de la clase, pueden pasar por alto. Aunque parezca no haber nada que no pueda taparse con el concurso de los medios amigos y bien regados de dinero público, este tema no parece fácil de pasarse por alto. Canta por bulerías, dicho coloquialmente.
Aún no se ha producido oficialmente elección ninguna y es recurrente ver y escuchar, en tropel, a la dirigencia popular, criticar y referirse a María Jesús Montero
Otra preocupación, y no menor, va a ser, llegado el caso, estar todo el día (ya lo están, y aún no ha llegado el momento) arremetiendo o intentándolo, contra la citada Maria Jesús Montero. Repito, aún no se ha producido oficialmente elección ninguna y es recurrente ver y escuchar, en tropel, a la dirigencia popular, criticar y referirse a la mencionada. No existe mejor prueba de preocupación que esa. Diríase que ha bastado un fugaz inicio de un camino para despertar todas las alarmas en la sede popular y en San Telmo. Podría achacarse tal premura a que el PP estaba preparado para tal circunstancia. Aunque parece más plausible achacarlo a que el PP temía, y mucho, dicha circunstancia. En cualquier caso, habrá que recorrer ese camino. Pero lo cierto es que el trazado del mismo aparece nítido a los ojos de cualquier espectador o espectadora medianamente avispado.
Han hecho acto de presencia, prietas las filas y en posición de firmes, todos los medios amigos y bien regados de dinero público, para intentar apuntalar el balbuceante discurso oficial de Moreno Bonilla y su equipo, de crítica a la que habrá de llegar
Y para que el panorama estuviera completo, y para acreditar que "no es Moreno todo lo que Bonilla", o "no es oro todo lo que reluce", como gusten, aquí han hecho acto de presencia, prietas las filas y en posición de firmes, todos los medios amigos y bien regados de dinero público, para intentar apuntalar el balbuceante discurso oficial de Moreno Bonilla y su equipo, de crítica a la que habrá de llegar. De momento, ese intento de apuntalamiento editorial es poco original, pues se basa en el mantra de siempre, en la letanía recurrente que ya seguro que suena repetida y cansina a oídos de cada vez más gente. La referencia al sanchismo, santo y seña de todas sus fantasías y pesadillas, amuleto del que colgar todas sus frustraciones, argumento que se lleva y se trae sin más razón que el mero hecho en sí de usarlo.
Porque no me negará cualquier lector o lectora que sepa sumar y restar, que argumentar que cualquier candidato o candidata socialista en Andalucía, tendrá que cargar con la mochila del sanchismo, no es de traca. Soy consciente de que los fríos datos numéricos desprovistos de análisis de contexto no son información suficiente. Pero dando por hecho que todas y todos sabemos que ha pasado y porqué en las urnas andaluzas desde 2018, qué partidos han desaparecido y cuales han surgido y en que claves ha votado la sociedad andaluza desde entonces, los fríos datos muestran que el PSOE obtuvo, en números gruesos, 1 millón de votos en las Elecciones Andaluzas de 2018 y 900.000 votos en las de 2022. Y que en Elecciones Generales, en Andalucía, el PSOE consiguió tanto en 2019 como en 2023, casi 1,5 millones de votos. ¡Menuda mochila pues!.
Estoy convencido que Moreno Bonilla y su cohorte ya querrían siquiera media mochila de esas, mientras asisten a su declinar. Y que idéntica medida de mochila de decencia y de un mínimo rigor periodístico le vendría bien a tanto paniaguado con la editorial preparada como pululan por estos lares, y que hasta la presente, sólo vienen a demostrar que no es Moreno todo lo que Bonilla.