'Mujeres invisibles'
A pocos meses de concluir el curso académico, miles de estudiantes se afanan en arañar décimas en sus expedientes para conseguir una plaza en el grado universitario de su elección. Es tiempo, pues, de decidir qué camino escoger para conseguir una titulación que satisfaga los anhelos personales y marque el futuro laboral en el que pasar varios lustros. Escoger el camino puede ser, en ocasiones, una decisión complicada cuando los convencionalismos sociales se ocupan de marcar diferencias entre hombres y mujeres. Las carreras STEM (ciencias, tecnología, ingenierías y matemáticas) continúan presentando un acusado déficit de alumnas en sus aulas, especialmente en Ingeniería Informática donde sólo un 15% del total de matrículas corresponden a mujeres, según el informe Datos y Cifras del Sistema Universitario Español 2021-2022, en el curso 20/21.
Poca gente sabe que Hedwing Kiesler, más conocida como Hedy Lamarr en su faceta cinematográfica como actriz de Hollywood, fue la inventora de la tecnología que está detrás del wifi, el GPS y la telefonía móvil
Profesoras de Ingeniería Informática aseguran que, en ocasiones, son las propias familias y las amistades que integran el círculo más cercano a las jóvenes quienes intentan apartarlas de las carreras técnicas mientras tratan de redirigir sus preferencias hacia disciplinas más ‘femeninas’ y así se observa cómo las especialidades sanitarias registraron en el curso 20/21 un 72,3% de mujeres en sus aulas. El mundo de los cuidados parece pertenecer, casi en exclusiva, a las féminas. Hasta en la Universidad.
Y no es extraño que, a pesar del acceso masivo de las mujeres a los estudios superiores, el peso de los roles de género –esto sí es género- sigue empujándolas hacia carreras donde la atención a los demás es el objetivo cuando un breve repaso a los libros de texto que maneja el alumnado desde que se integran en el sistema educativo deja al descubierto que las mujeres, simplemente, no existen. Ellas parecen ausentes en guerras, revoluciones, movimientos artísticos, cambios sociales o ciencia. Sólo hace falta echar un vistazo a los manuales que guían los estudios desde Educación Infantil hasta Bachillerato para detectar que el protagonismo de las mujeres en la historia de la humanidad es ínfimo y, excepto algunos nombres de relumbrón, pareciera que la mitad de la población mundial se dedicó a mirar desde los márgenes mientras se sucedían hechos que han llevado a la humanidad al punto en el que nos encontramos.
La ocultación de las aportaciones de las mujeres supone un desprestigio de la propia investigación científica al eliminar y silenciar un conocimiento fundamental para explicar la evolución de las sociedades
Poca gente sabe que Hedwing Kiesler, más conocida como Hedy Lamarr en su faceta cinematográfica como actriz de Hollywood, fue la inventora de la tecnología que está detrás del wifi, el GPS y la telefonía móvil. María la Hebrea, que vivió entre el siglo I y el III D. C. fue una reputada alquimista que, además de diseñar complicados aparatos para la destilación y sublimación de materias químicas inventó el conocido baño María. Jacoba Félicié, destacada médica de París, fue juzgada en 1322 por ejercer sin permiso y por ser mujer. Gertrudis Gómez de Avellaneda, una de las precursoras de la novela hispanoamericana, es considerada una de las figuras clave del Romanticismo y Germine Dulac se adentró en los años veinte del siglo pasado en el cine surrealista con su película La concha y el cura. Ninguna de estas mujeres ni sus aportaciones a la ciencia, la medicina, la química, la literatura o el cine se encuentran en los libros de texto.
Ana López Navajas, investigadora de la Universidad de Valencia, no duda en hablar de exclusión cultural de las mujeres que, al no entrar en los libros de texto, tampoco lo hacen en la construcción de la memoria cultural de la sociedad. Conforme las materias impartidas en los centros educativos se van volviendo más intensas, el porcentaje de mujeres citadas en los libros se va reduciendo. Así, en el primer curso de la ESO tienen un peso total de alrededor del 10% que se reduce al 7% en el cuarto curso.
Según López Navajas, colocar en segundo plano la situación de las mujeres es sembrar el germen de la violencia machista, el techo de cristal o la brecha digital
La ocultación de las aportaciones de las mujeres supone un desprestigio de la propia investigación científica al eliminar y silenciar un conocimiento fundamental para explicar la evolución de las sociedades. Tampoco se conocen sus referentes ni si sus trabajos fueron desarrollados, con posterioridad, por seguidoras o discípulas lo que aboca a una pérdida cultural sistemática y a la deslegitimación social de las mujeres por la negación de referentes y de reconocimiento. Según López Navajas, colocar en segundo plano la situación de las mujeres es sembrar el germen de la violencia machista, el techo de cristal o la brecha digital.