A mí no me va a pasar

Blog - El ojo distraído - Jesús Toral - Jueves, 10 de Septiembre de 2015
Todos conocemos a alguien a quien el médico le ha dicho que no puede beber o fumar más porque tiene riesgo de sufrir un ataque al corazón y, contradiciendo los consejos sanitarios, sigue su vida como si nada. Cuando se le pregunta responde “de algo hay que morir” pero en el fondo lo que piensa es “a mí no me va pasar”. Y durante meses no ocurre nada, pero un día pasa. No conozco a nadie, incluido yo, que no desoiga varias veces al día advertencias que tienen muchas posibilidades de convertirse en realidad porque creemos que “ a mí no me va a pasar”, y cuando sucede nos sentimos infelices, desdichados y nos preguntamos…¿ Por qué a mí?... como si no supiéramos la respuesta.
Efectos de la tromba de agua en Albuñol.
Paula V.Martín
Efectos de la tromba de agua en Albuñol.
Esta semana la actualidad nos ha llevado a vivir de nuevo una desgracia en Granada y en Almería muchas veces anunciada. Las inundaciones en septiembre son un clásico en Andalucía, tal vez porque la meteorología comienza a desplegar sus oscuras nubes vaticinando el inicio de un otoño en ciernes. 
 
Es terrible asistir en vivo a imágenes tan catastróficas como las que hemos mostrado en los medios de comunicación durante estos días: coches superpuestos, camiones arrastrados por el agua, carreteras cortadas y lo peor… las cuatro víctimas mortales, con todo el dolor que conlleva para sus familias, amigos y conocidos.
 
Afortunadamente uno tiene un trabajo que le permite dialogar con la gente, charlar con los afectados y compartir sus inquietudes, su rabia y su dolor. Y en esas conversaciones, no pocos vecinos de municipios como Adra y Albuñol repetían una y otra vez: estaba cantado que un día u otro esto iba a ocurrir.
 
El agua se llevó por delante más de doscientos vehículos en Adra. Lo que más llama la atención es ver que la peor parte se la ha llevado un vial cercano al centro del municipio llamado calle Rambla de las Cruces. Todo el mundo sabe lo que es una rambla, un cauce natural que forman las aguas cuando llueve, especialmente cuando es con virulencia. Durante años la lluvia no hace acto de presencia y todos están contentos pero un día, decide descargar con toda su fuerza y entonces busca ese cauce natural para llevarse por delante cuanto haya. La meteorología no atiende a razones, no sabe de construcciones que se levantan por el lugar donde habitualmente tiene que discurrir el agua de la lluvia. 
 
En La Rábita, el dueño de un restaurante nos explicaba que todavía recordaba las decenas de cuerpos que se llevaron las inundaciones de 1973: “Cada 30 ó 40 años vuelve a ocurrir; sabíamos que sucedería de nuevo porque no se limpia lo suficiente”. Y ha pasado porque el cauce del río seco que discurre hasta el mar acordonado con invernaderos se llena de maleza, de plásticos que arrojan los propios agricultores y de ramas.
 
Reconozco que soy un ignorante en ingeniería, arquitectura o aspectos técnicos, pero no se necesita ser un experto para llegar a la conclusión de que antes de construir carreteras, edificios o viales públicos hay que tener en cuenta la meteorología. No puedo creer que nuestros gobernantes desconozcan que algo así puede llegar a pasar cada cierto tiempo… y cuando pienso esto me estremezco porque no tengo claro si lo que ocurre es que piensan que “a mí no me va a pasar” o por el contrario están dispuestos a correr el riesgo, cruzando los dedos para que cuando suceda no haya demasiadas víctimas mortales. Como si ese sacrificio mereciera la pena con tal de ahorrarse el dinero de una canalización suficiente o de mayor limpieza.
 
Y si los vecinos lo tienen tan claro como cualquier periodista que se acerque a la noticia: ¿Por qué no se limpian los cauces y sus alrededores para estar preparados para ese momento? ¿Por qué no se deja de construir en ramblas que un día inevitablemente acabarán acumulando aguas torrenciales o se canaliza con suficientes garantías por ellas? ¿Por qué no dejamos de creer que “a mí no me va a pasar” y empezamos a trabajar para que cuando pase la desgracia sea lo mínima posible?
 
Todos los responsables municipales de los pueblos afectados se afanan por trabajar y recuperar la normalidad y muestran su solidaridad con los familiares de las personas que han perdido la vida, pero los hijos de Julio ya no podrán consultarle nada a su padre y su pareja deberá aprender a vivir con su ausencia, igual que el resto de familiares de los hombres que han perdido la vida en estas últimas riadas.
 
Y ayer, cuando cruzaba con mi compañera cámara la rambla de La Rábita en coche entre la maleza para encontrar a los protagonistas de nuestro reportaje imaginaba el terror que se puede sentir al ver que enormes olas aparecen de pronto y se llevan tu coche contigo dentro, la angustia de tratar de salir a la superficie para respirar aire puro y el dolor de los golpes antes de perder la vida arrastrado por la corriente.
 
La mayoría de las catástrofes naturales se producen por no hacer caso ni de la meteorología ni de la naturaleza y cada vez que nos la cargamos con nuestras edificaciones y nuestros proyectos arquitectónicos estamos condenando a muerte a futuras víctimas inocentes que nada tuvieron que ver con aquellos que las idearon.
 
Todos deberíamos de dejar de mirar a otro lado y afrontar la realidad: que estamos supeditados a unas condiciones ambientales que por mucho que avancemos tecnológicamente no vamos a poder doblegar. Y hasta que no lo aceptemos, seguiremos llorando desgracias como las inundaciones de esta semana.
 
Imagen de Jesús Toral

Nací en Ordizia (Guipúzcoa) porque allí emigraron mis padres desde Andalucía y después de colaborar con periódicos, radios y agencias vascas, me marché a la aventura, a Madrid. Estuve vinculado a revistas de informática y economía antes de aceptar el reto de ser redactor de informativos de Telecinco Granada. Pasé por Tesis y La Odisea del voluntariado, en Canal 2 Andalucía, volví a la capital de la Alhambra para trabajar en Mira Televisión, antes de regresar a Canal Sur Televisión (Andalucía Directo, Tiene arreglo, La Mañana tiene arreglo y A Diario).