'Locos de remate'

Blog - El ojo distraído - Jesús Toral - Viernes, 19 de Marzo de 2021
Errejón, en su brillante intervención sobre salud mental.
RTVE
Errejón, en su brillante intervención sobre salud mental.

Es el nivel que se respira en el Congreso de los Diputados. El señor Íñigo Errejón, diputado de Más Madrid, pregunta al presidente del gobierno por un plan de salud mental para el país y el señor Carmelo Romero, diputado del Partido Popular, que debía ser el graciosillo de la clase en sus tiempos mozos, ese que hacía ruiditos cuando el profesor explicaba la lección, va y le lanza un Vete al médico que le han afeado hasta sus compañeros de partido. Afortunadamente, lo ha tratado de subsanar a través de un tuit, que es como hay que hacer ahora las cosas para que se entere todo el mundo, ¿para qué va a rectificar en el hemiciclo, rodeado de otros diputados, expuesto a que le saquen los colores si con poner un comentario en el móvil él mismo ya se considera redimido? Decía que es el nivel que se respira porque en realidad parece un colegio de chiquillos que sueltan lo primero que se les viene a la cabeza sin pensar en las consecuencias, que normalmente suele ser lo que subyace en realidad en su propio subconsciente sobre ciertos temas de calado social.

Es evidente que entre los diputados la salud mental no es un grave problema, no porque no haya afectados sino porque su sueldo les permite garantizarse una terapia privada que no ofrece la sanidad pública todavía

Es evidente que entre los diputados la salud mental no es un grave problema, no porque no haya afectados sino porque su sueldo les permite garantizarse una terapia privada que no ofrece la sanidad pública todavía.

Los datos son escalofriantes: en España se producen 3.600 suicidios al año, o sea, 10 al día, uno cada dos horas y media; pero es que el número de intentos sobrepasa los 200 diarios. Realmente, las cifras no deberían admitir ni una leve sonrisa de un político, menos una burla en medio de una pandemia que está afectando a la salud mental incluso de los más niños pequeños.

Yo podría decir que este diputado es un desalmado y que carece de empatía y por tanto de legitimidad para representar a ningún sector de la población solo porque lo ha demostrado con su comentario y también podría pedirle a continuación perdón por haberlo dicho y de esta manera yo quedaría libre de culpa; no obstante, no lo haré, mejor, me callaré lo que pienso y cada cual que sea responsable de sus propios exabruptos.

Hace unos años, mientras trabajaba como reportero, recibí la llamada desesperada de una mujer que nos pedía ayuda. Se trataba de una madre de casi ochenta años, que vivía con su esposo, un poco mayor que ella, y su único hijo esquizofrénico, que además era drogadicto. Cuando la visité, la pobre señora estaba a punto de caer en una depresión. Ella se desvivía por el hijo y trataba de darle la medicación, pero él tenía ya más de cuarenta años, era muy tozudo y, a veces, dejaba de tomarla y al volver a casa la emprendía a golpes con el matrimonio. Ellos le temían, habían acudido a todos lados y no encontraban a nadie que quisiera hacerse cargo de su hijo, en parte porque se trataba de una pareja de pensionistas con un sueldo más bien recortado y en parte porque les aseguraban que necesitaban el consentimiento del paciente o incapacitarle jurídicamente, algo que para ellos estaba fuera de sus posibilidades.

En el momento en el que conocí al matrimonio, el hijo llevaba varios días sin dar señales de vida y los padres tenían miedo porque eran conscientes de que deambularía por las calles de la ciudad sin tomarse la medicación y, además bajo los efectos de la droga

En el momento en el que conocí al matrimonio, el hijo llevaba varios días sin dar señales de vida y los padres tenían miedo porque eran conscientes de que deambularía por las calles de la ciudad sin tomarse la medicación y, además bajo los efectos de la droga. Por supuesto, temían lo que le pasara a su hijo, pero especialmente estaban aterrados por lo que pudiera hacerle a ellos si aparecía exaltado en cualquier momento del día o de la noche. Habían consultado y nadie les ofrecía protección al respecto. Las caras de terror de esa entrañable pareja, la verdad que destilaban sus palabras y la vulnerabilidad de unos abuelitos merecedores de un descanso en lugar de verse obligados a afrontar una lucha tan ingrata, me impactó.

Nos hemos pasado la vida riéndonos de los demás: de los cojos, de los negros, de los gais, de las mujeres, de los franceses, de los gangosos y, como no, de los enfermos mentales, de los que siempre hemos llamado locos despectivamente. El nivel evolutivo de un país se detecta también en sus chistes, en los asuntos de los que se ríe y así como afortunadamente ya no hace ninguna gracia escuchar comentarios supuestamente jocosos como el que aparecía en aquel skech de Martes y Trece que tanta gracia hizo en su día y que hoy nos sonroja porque decía:

Mi marido me pega

O los cientos de chistes para reírse de todos aquellos que eran diferentes, como este de homosexuales:

—Mamá, en el cole me llaman marica

—¿Y tú qué haces?

—Les pego con el bolso.

Hoy en día ya no hacen ni puñetera gracia, y algo semejante debería suceder con los enfermos de salud mental, expresiones como estás loco de remate deberían ser archivadas en nuestra mente ya que hablamos de un grupo cada día más numeroso y que después de la pandemia seguirá creciendo por desgracia

Hoy en día ya no hacen ni puñetera gracia, y algo semejante debería suceder con los enfermos de salud mental, expresiones como estás loco de remate deberían ser archivadas en nuestra mente ya que hablamos de un grupo cada día más numeroso y que después de la pandemia seguirá creciendo por desgracia. Además, hay que reconocer que todos, alguna vez, hemos tenido bajones que han rozado la depresión, que nuestro estado mental no podemos decir que sea excepcional a lo largo de nuestra vida completa…

Por supuesto que las familias de las personas que padecen alguna enfermedad mental deberían contar con la ayuda necesaria para no tener que bregar en solitario con un problema que solo se convierte en social cuando afecta a los demás, cuando una de esas personas comete un delito que perjudica a otras personas, es entonces cuando nos giramos para despreciarle aún más y llamarle delincuente sin tener en cuenta los atenuantes, que legalmente existen, pero socialmente no se contemplan fácilmente.

A este diputado graciosillo lo enviaría yo a uno de los centros donde estas personas trabajan con tesón cada día para superar una de estas enfermedades que son a veces muy difíciles de controlar. Convivir con ellos le daría la medida de hasta qué punto se esfuerzan muchos de ellos y de las dificultades que la sociedad les coloca en el camino para avanzar. El apoyo institucional en lugar de sus burlas debería ser absoluto y sin matices en situaciones tan graves que pueden conllevar la muerte y el sufrimiento de muchas personas.

Imagen de Jesús Toral

Nací en Ordizia (Guipúzcoa) porque allí emigraron mis padres desde Andalucía y después de colaborar con periódicos, radios y agencias vascas, me marché a la aventura, a Madrid. Estuve vinculado a revistas de informática y economía antes de aceptar el reto de ser redactor de informativos de Telecinco Granada. Pasé por Tesis y La Odisea del voluntariado, en Canal 2 Andalucía, volví a la capital de la Alhambra para trabajar en Mira Televisión, antes de regresar a Canal Sur Televisión (Andalucía Directo, Tiene arreglo, La Mañana tiene arreglo y A Diario).