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'Lo que cambia para bien y lo que permanece para mal'

Blog - Reflexiones del Por Venir - Chema Rueda - Miércoles, 3 de Noviembre de 2021
Imagen del documental de Movistar ,'ETA, el final del silencio'.
Imagen del documental de Movistar ,'ETA, el final del silencio'.

Es cosa sabida que la política es cambiante, que las circunstancias y los contextos políticos condicionan las perspectivas, así como que los cambios, necesariamente lentos, no son vistos de igual manera por parte de todos los actores políticos. Sobre esas premisas, considero apropiado realizar algunas reflexiones que se centren en la peculiar manera española de asumir las evidencias, las realidades y las perspectivas que la política nos ofrece. Y lo haré sobre la base de dos asuntos "mayores", es decir, asuntos de profundo calado, sobre los que quizá convendría, como ocurre con todos los países serios de nuestro entorno, asumir que las circunstancias han cambiado (para bien o para muy bien), aunque la ceguera o miopía de las derechas políticas y mediáticas permanece (para mal o para muy mal).

Eso ha cambiado para muy bien en España y, sin embargo, hay quien se empeña en seguir negando esa bondad. Obvio que persisten situaciones muy lamentables vinculadas al mundo etarra. Cuesta muchísimo (ejemplos, haylos) que determinadas posiciones se muevan un milímetro, y cuando se mueven ese milímetro puede parecer insuficiente. Pero resulta chocante que esa valoración la hagan quines no se han movido ni siquiera ese milímetro

El primer asunto es el fin del terrorismo etarra. Hecho evidente e innegable, que se produjo hace 10 años y que debería satisfacer por igual a toda la sociedad española. El hecho de que una banda asesina deje las armas y deje de causar sufrimiento es un hecho bueno. Sobre todo, si tenemos en cuenta que en los 50 años anteriores usaron las armas y causaron mucho sufrimiento. Eso ha cambiado para muy bien en España y, sin embargo, hay quien se empeña en seguir negando esa bondad. Obvio que persisten situaciones muy lamentables vinculadas al mundo etarra. Cuesta muchísimo (ejemplos, haylos) que determinadas posiciones se muevan un milímetro, y cuando se mueven ese milímetro puede parecer insuficiente. Pero resulta chocante que esa valoración la hagan quines no se han movido ni siquiera ese milímetro.

La realidad, hoy, es nítida. Llevamos 10 años sin derramamiento de sangre, sin sufrimiento, sin extorsión. Los y las presas etarras cumplen sus condenas, y tal y como establecen las leyes, se acogen a los beneficios penitenciarios, como todas y todos los presos. Y la sociedad vasca, lentamente, se reencuentra, se reconoce y avanza en paz. Las ideas (gusten o no) que sustentaron la actividad terrorista son defendidas, hoy, en sede parlamentaria, en función de la representatividad otorgada en las urnas. Igual que las ideas opuestas. Como sucede en democracia. Y, exactamente igual, que los y las demócratas les dijimos que hicieran, si dejaban las armas.

Parece evidente que algo ha cambiado. Y también se debate quién fue el principal artífice de que ETA dejara las armas. Si fueron los cuerpos de seguridad, si fue la cooperación internacional, si fue la resistencia de la sociedad vasca y española, si fue la política y el diálogo

Hoy el debate no es quién asiste al próximo sepelio o cómo se redacta el comunicado de condena del último asesinato o secuestro. Hoy el debate es en que términos se debía haber redactado el último comunicado de EH Bildu, o si algún extremo del mismo aún resulta poco claro o convincente. Parece evidente que algo ha cambiado. Y también se debate quién fue el principal artífice de que ETA dejara las armas. Si fueron los cuerpos de seguridad, si fue la cooperación internacional, si fue la resistencia de la sociedad vasca y española, si fue la política y el diálogo. Seguramente fue una suma de todos. Discutir cual fue mas importante y en que cuantía sólo demuestra que algo (mucho) ha cambiado para bien.

El segundo asunto es el llamado conflicto catalán. Negar que las circunstancias han cambiado en los últimos 4 años, y que ese cambio se debe, casi en su totalidad, a la acción de la política y el diálogo, es como negar que al día sigue la noche, pero aún así. hay quien lo niega. Sin entrar en las razones y los argumentos (legítimos) de todas las opciones políticas, el debate no es hoy la próxima declaración unilateral de independencia. Obviamente hay quien la defiende (pues claro), como también hay quien sólo ve la vía represiva como opción.

Pero que el debate catalán hoy, transcurre en términos nítidamente democráticos y parlamentarios, susceptibles por tanto de valoración política, es un hecho que ha cambiado para bien. Ahora es posible aludir a la distensión política y ciudadana

Pero que el debate catalán hoy, transcurre en términos nítidamente democráticos y parlamentarios, susceptibles por tanto de valoración política, es un hecho que ha cambiado para bien. Ahora es posible aludir a la distensión política y ciudadana. Otra gente puede hablar de que la relación política entre las fuerzas parlamentarias llamadas independentistas y el resto de fuerzas parlamentarias se basa en el chantaje y la extorsión. Al igual que otra gente defenderá que es la relación habitual en sede parlamentaria, apretar y ceder. Es opinable y eso está bien, dentro de la legalidad democrática.

Es innegable que buena parte de la estrategia de las derechas políticas y mediáticas consiste en dibujar un panorama desolador, cómo si en estos dos asuntos, nada hubiera cambiado. Elevar el recibimiento en su municipio a un expreso etarra (hecho denunciable y condenable) a la categoría de evidencia demostrable de que ese mundo sigue vivo, no sólo es ceguera y falsedad política, sino que es acreditativo del deseo (oculto o visible) de que nada hubiera cambiado. Considerar que la penúltima salida de tono de algún dirigente secundario independentista catalán es la evidencia de que está próxima la siguiente DUI (Declaración Unilateral de Independencia), y no la muestra de que el mundo independentista pierde coherencia y fuerza a pasos agigantados, lo es igualmente.

Las cosas han cambiado para bien. Mucho, poco o regular, eso lo verá cada cual y es opinable. Seguir afirmando que nada ha cambiado es la prueba de que no se quiere debatir, porque no se tienen argumentos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Imagen de Chema Rueda

Nacido en Guadix (Granada) en 1963, por tanto de la generación de "A hard days night" y "Satisfaction". Licenciado en Derecho por la Universidad de Granada y funcionario de Administración Local, grupo A, trabaja en el Edificio de Los Mondragones. Fue concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Granada (desde 2003 y hasta junio de 2015. Ha sido Secretario General del PSOE de la ciudad de Granada entre 2008 y 2017 y Miembro del Comité Federal del PSOE desde 2017 a 2021. Actualmente es miembro del Comité Director del PSOE-A. Me apasiona escribir (lo que pienso), debatir y participar en la vida pública, desde todos los ángulos posibles. Me duelen bastantes cosas de la vida y de la política actual, y no pienso dejar de intentar arreglarlas. Me apasiona la vida, la amistad, la Alpujarra y el Atlético de Madrid.