'Habemus EcoPapa'
La Encíclica del Papa Francisco “Laudato Si” (que en cristiano significa Alabado Seas, palabras tomadas del Cántico de las Criaturas de San Francisco de Asís), se va a convertir en uno de esos documentos sobre los que mucha gente habla pero que pocos han leído.
La Carta Abierta del Papa, urbi et orbe, es un extenso documento que merece una lectura y análisis detenido al suponer un cambio de paradigma para la Iglesia Católica porque aunque otros santos padres ya habían abordado el problema ecológico, desde Pablo VI, e incluso algunos como Juan Pablo II se habían abonado a las tesis del desarrollo sostenible -alejándose en algunos aspectos del bíblico “creced y multiplicaos” que tanto daño ha hecho-, hasta ahora no se había producido, con tanta claridad, una apuesta tan decidida por considerar la crisis ambiental como un problema de la Humanidad. El Papa Francisco, y con él la jerarquía de la Iglesia, se abona a los postulados científicos que consideran el cambio climático como una consecuencia del insostenible, e injusto, modelo de producción y consumo.
Al entrar en la Ecología, el Papa Paco, choca con la Economía, (las dos palabras tienen el mismo origen), con lo que se asume que con esta Encíclica la Iglesia entra en Política, porque no hay otro instrumento, ni a escala local ni a escala planetaria, para cambiar el desviado rumbo que llevamos. Jorge Mario Bergoglio, suma a su denuncia del grito del pobre, la del grito de la Madre Tierra y las une y ve en ellas la misma causa del egoísmo insolidario que nos lleva a la paradoja de que en una parte del mundo se tira comida mientras que en otros lugares la gente se sigue muriendo literalmente de hambre. Y el ejemplo de la Iglesia en cuanto a derroche no es el mejor ni desde el punto de vista económico ni ecológico.
Los que no se han enterado de nada son el cardenal Cañizares y nuestro arzobispo
La otra gran contradicción de la Encíclica sobre “El Cuidado de la Casa Común” estriba en que después de un análisis social, económico y político acaba con un par de oraciones y yo entiendo que la fe mueve montañas pero esta crisis no la resolvemos rezando mientras otros atizan a la Naturaleza con el mazo depredador.
A la derecha republicana norteamericana del ‘greed is good’ (que traduzco como la codicia es buena), con Jeb Bush a la cabeza, no les ha hecho mucha gracia la Encíclica y me temo que es porque la han leído y han entendido lo que supone este mensaje ‘divino’ que en otras ocasiones ha estado más próximo a sus posiciones y ven como el palio papal no da cobijo a sus tesis neoliberales en lo económico y negacionistas del cambio climático. Un analista de la cadena norteamericana Fox News, Greg Gutfeld, ha llegado a llamar al Papa "la persona más peligrosa del mundo" comentario que no tiene ‘perdón de Dios’.
Los que no se han enterado de nada son el cardenal Cañizares y nuestro arzobispo que se han agarrado al apartado de la Ecología Integral de la Encíclica para hacer valer sus prejuicios. Estos viejos verdes no lo son en el sentido ecologista del término. Un ejemplo de cómo “monseñor” Javier Martínez ha querido arrimar el ascua a su sardina es que ha interpretado en las palabras del Papa una crítica a “qué protegidas están ciertas especies de animales, incluso por las legislaciones del mundo, y qué poco protegido está el embrión humano, el feto, el anciano, el pobre”, (son palabras textuales), y se ha quedado tan a gusto. Pero claro, ¡qué vamos a esperar del que confundió el sentido de las palabras de Jesucristo cuando dijo lo de dejad que los niños se acerquen a mí! ¿No se iba a ir o lo iban a echar después de Reyes?