El Estado de Andalucía más allá del COVID

Blog - Cuestión de Clase - Manuel Morales - Martes, 20 de Octubre de 2020
El presidente de la Junta, en el Parlamento.
Portavoz Gobierno andaluz
El presidente de la Junta, en el Parlamento.

Este martes es el Debate sobre el estado de la Comunidad de Andalucía. Mucho me temo que la actualidad de la pandemia tapará el análisis de fondo y que lo urgente no nos dejará atender a lo importante. Mirando sólo los efectos extraordinarios de una situación extraordinaria, difícilmente se podrá hacer un diagnóstico de por dónde se está conduciendo nuestra tierra. Quiero en este artículo ofrecer algunos datos para evaluar no la situación de Andalucía generada por la coyuntura actual a corto plazo, sino por la gestión del gobierno andaluz a lo largo de su primer año de mandato, el 2019, antes del estallido de la pandemia. Esto es lo que de verdad se puede evaluar con una mínima distancia y de lo que realmente el gobierno debe dar cuentas.

Andalucía entró en la crisis sanitaria y económica de la pandemia más empobrecida socialmente, más débil empresarialmente, con peores indicadores económicos y con unos servicios públicos menos potentes que los de un año antes. De esa gestión política es de la que debe dar explicaciones el gobierno del PP y Ciudadanos, así como sus colaboradores nostálgicos del franquismo

Se trata de valorar el Estado de la Comunidad y, la verdad, es que Andalucía entró en la crisis sanitaria y económica de la pandemia más empobrecida socialmente, más débil empresarialmente, con peores indicadores económicos y con unos servicios públicos menos potentes que los de un año antes. De esa gestión política es de la que debe dar explicaciones el gobierno del PP y Ciudadanos, así como sus colaboradores nostálgicos del franquismo.

Este gobierno se presentó con el discurso neoliberal de la teoría del “goteo”: Si al capital le va bien, nos acabará yendo bien a todos, así que su propuesta no era otra que favorecer a la empresa. Desde este punto de vista, sólo puede calificarse de fracaso su gestión.

El pasado año el emprendimiento empresarial perdió impulso en España, cayendo un 1,23% la creación de nuevas sociedades mercantiles. No es un buen dato, pero es que en ese mismo periodo, el primer año de gobierno del tripartito, esa caída en la creación de nuevas empresas en Andalucía superó el 3%. Mucho más del doble que la media española. De hecho, en España se redujo en 1.170 el número de nuevas empresas creadas y en Andalucía esa caída ha sido de 487. Es decir, que Andalucía es responsable de casi el 50% de la reducción en el emprendimiento empresarial de toda España en el primer año de gobierno del tripartito de derechas.

Si analizamos el sector exterior, las exportaciones andaluzas han caído en el primer año de gobierno del tripartito un punto y medio, pasando de 32.209 a 31.738 millones. Una caída de 471 Millones de Euros en la exportación. Y esto en un contexto económico expansivo en el que España consiguió aumentar sus exportaciones un 1,7%.

Entre enero de 2019 y enero de 2020, el primer año del gobierno de la derecha en Andalucía, pasamos de 1.770.400 empleados a 1.775.200, 4.800 trabajadores más. Un incremento del 0.27% en el número de empleados. En ese mismo periodo, el total del empleo en España creció en más de 62.000 personas, un 0,59%, más del doble que en Andalucía. De hecho, sólo uno de cada trece empleos netos creados fue andaluz

Fiel reflejo de lo anterior, tampoco el empleo iba bien. Entre enero de 2019 y enero de 2020, el primer año del gobierno de la derecha en Andalucía, pasamos de 1.770.400 empleados a 1.775.200, 4.800 trabajadores más. Un incremento del 0.27% en el número de empleados. En ese mismo periodo, el total del empleo en España creció en más de 62.000 personas, un 0,59%, más del doble que en Andalucía. De hecho, sólo uno de cada trece empleos netos creados fue andaluz. Debe tenerse en cuenta que, por la dinámica cíclica histórica, la reducción del desempleo en Andalucía debería haber sido incluso más intensa que la estatal en condiciones normales, por partir de niveles más altos de desempleo.

¿Cuál es entonces la situación de las familias andaluzas?

El importe medio de una pensión en España es, según el último dato registrado, de 1.015 €., mientras que en Andalucía es de 908 €. Una diferencia de 107 €., más de un 10% menos de pensión para los andaluces. De igual manera, el salario medio en Andalucía es un 10% inferior a la media nacional. Con estos datos, la renta familiar en España es de 17.287 €. Sin embargo, en Andalucía, es de tan sólo 13.755 €. Pero no sólo las familias andaluzas tienen menos ingresos. Es que, además, esta situación empeora, pues a lo largo de 2019 la renta familiar en España subió en 350 €., mientras que en Andalucía bajó en 222 €. Así, el ingreso de las familias andaluzas se alejó durante 2019 de la media nacional, pasando del 82.5% en 2018 al 79.6% de esa media en 2019. ¡3 puntos porcentuales de retroceso en el diferencial de los ingresos familiares en sólo un año! Todo un récord en la gestión económica y social del tripartito.

2019 venía siendo un buen año para la reducción de la pobreza en España, donde el índice AROPE de pobreza se redujo en 8 décimas de punto porcentual, de un 26.1% a un 25.3% Sin embargo en Andalucía, esa reducción fue mucho menor, de tan sólo medio punto. Y ello a pesar de partir de niveles más agudos de pobreza, con una reducción del 38.2% al 37.7%. De este modo, la brecha de extensión de la pobreza entre Andalucía y el resto de España creció durante 2019, pasando de 12.1 a 12.4 puntos porcentuales. Más grave aún es el dato de pobreza severa, estancada en España en un 9,2%, pero que en Andalucía ha crecido en 143.000 personas durante 2019, pasando del 13.5% al 14.7%. Una de cada 3 familias en pobreza severa en España, es andaluza. Y cada vez peor.

Desde enero de 2019, el precio del alquiler de vivienda ha pasado en Andalucía de 8,0 a 8,8 Euros por metro cuadrado. Una subida sin precedentes de un 10% en tan sólo 18 meses. Un factor que dificulta tanto la situación de las familias más desprotegidas como las posibilidades de emancipación de los más jóvenes

Desde enero de 2019, el precio del alquiler de vivienda ha pasado en Andalucía de 8,0 a 8,8 Euros por metro cuadrado. Una subida sin precedentes de un 10% en tan sólo 18 meses. Un factor que dificulta tanto la situación de las familias más desprotegidas como las posibilidades de emancipación de los más jóvenes. Mientras tanto, las ejecuciones hipotecarias de viviendas en Andalucía pasaron de 5.154 en 2018 a 5.681 en 2019. Una subida de un 10% en un año. La pesadilla de los desahucios vuelve a subir con fuerza en Andalucía mientras el precio del alquiler se dispara.

Pero el indicador más elocuente y que sirve para sintetizar los efectos de empobrecimiento personal de la juventud andaluza es el de la natalidad. Como es normal, ante esta realidad, la natalidad cayó en 2019, el primer año de gobierno del trifachito, un 5%, con 1.985 nacimientos menos que el año anterior en Andalucía. Quizá, en vez de crear una consejería de familia, la derecha andaluza tendría que haberse preocupado más de no machacar a las familias andaluzas.

Finalmente, debemos echar un vistazo a la evolución de los principales servicios públicos tras el primer año de gobierno de la derecha andaluza.

Según fuentes sindicales, a lo largo del año 2019, antes de la pandemia, Andalucía perdió 212 profesores de educación secundaria y se cerraron 161 unidades de bachillerato, 396 unidades de educación primaria y 30 de educación profesional entre media y superior. En el nivel universitario, el recorte ha sido de 135 millones, un 10% de la partida presupuestaria para la universidad pública y efectuado este verano, con las aulas cerradas para eludir movilizaciones estudiantiles. Un deterioro de la educación pública que merma la igualdad y fomenta el traspaso de alumnado a los negocios educativos privados. El tímido refuerzo de personal de este curso, por las medidas extraordinarias derivadas de la COVID19 es tan sólo un espejismo. El objetivo de fomentar la privatización educativa parece evidente.

La sanidad tampoco va bien, y no es por el COVID. Al inicio de 2020, antes de la pandemia, un total de 890.966 andaluces estaban inscritos en la lista de espera de la sanidad pública para someterse a una intervención quirúrgica o para tener una consulta con el médico especialista, según información de la propia consejería

La sanidad tampoco va bien, y no es por el COVID. Al inicio de 2020, antes de la pandemia, un total de 890.966 andaluces estaban inscritos en la lista de espera de la sanidad pública para someterse a una intervención quirúrgica o para tener una consulta con el médico especialista, según información de la propia consejería. Esa cifra global de pacientes en lista de espera, representa un 5,6% más que un año antes, cuando había 843.538 andaluces registrados. La principal medida al respecto tomada por el gobierno andaluz, un plan de choque contra las listas de espera de 26 millones de euros sólo sirvió para enriquecer a ciertos empresarios particulares, ya que 16 de esos 26 millones (más del 60%) fueron a parar a la sanidad privada y las listas crecieron.

Para terminar, la atención a la dependencia sigue siendo la asignatura pendiente de nuestro sistema de protección social. Andalucía es la tercera comunidad autónoma con mayor tiempo de espera para percibir estas ayudas, tan sólo detrás de Extremadura y Canarias: 621 días. Casi dos años. Tampoco aquí el gobierno andaluz puede felicitarse por su primer año de gestión. La nómina de beneficiarios creció, sí, pasando de 286,342 a 292,896 entre marzo de 2019 y marzo de 2020. Pero este crecimiento representa un exiguo 2,23%, mientras que en el conjunto de España la lista de beneficiarias de la dependencia aumentó en un 5,53%, más del doble. Nuestros mayores se siguen muriendo sin acceder a unas ayudas que les pertenecen por derecho y el gobierno andaluz es incapaz de seguir el ritmo al resto de España en la mejora de la situación.

Todos estos datos han sido obtenidos de las propias estadísticas oficiales del gobierno andaluz, del TSJA o de fuentes sindicales y ofrecen un resultado claro: el fracaso de una política económica y social que ha situado a nuestra tierra en una posición de debilidad para afrontar la crisis. Una crisis que no sólo es sanitaria, sino también económica y social. No obstante, no a todos les ha ido mal. A los propietarios de las empresas que se han hecho con los contratos privados de salud, educación o atención a la dependencia les va de maravilla. Cuando gobierna la derecha algunos ganan a costa de todos.

Imagen de Manuel Morales
Hijo de padres andaluces, crecí en Madrid y vivo en Granada desde los 19 años. Casado y padre dos hijas.
Me licencié en Física por la Universidad de Granada y realicé un master universitario en energias renovables. Trabajo como funcionario de la Agencia Estatal de Meteorología. Realicé en el Instituto para la Paz y los Conflictos, los cursos de preparación para un doctorado que nunca terminé, al interponerse la política en el camino.