'Enhorabuena, Sra. Montero'
Felicidades, señora Ministra de Igualdad, lo ha conseguido. Por fin tiene usted su Ley Trans. Ha convencido a 191 diputadas y diputados, también a los del PSOE que le han dado su apoyo incondicional. Menos Carmen Calvo que sólo alcanzó el pasado jueves a pulsar el botón de la abstención, lo que se entiende como nadar y guardar la ropa. Y, hay que reconocer que ha sido capaz de sacar una normativa adelante ondeando la bandera de los derechos de las personas LGTBI (más todas las letras y símbolos que se quieran añadir) sin especificar ninguno. Desde el Feminismo se le ha preguntado a usted y a quienes se han subido a su barco en los últimos tres años, muchas veces, qué derechos no tenía este colectivo y no ha sido capaz de contestar más allá de apuntar aspectos tan etéreos y bienintencionados como la felicidad, los sentimientos o el ser quien se dice que se es porque se nota en cada alma atrapada de los atormentados cuerpos equivocados. ¿Quién se podía resistir a tan sólido argumento? Escuchando las intervenciones el pasado día 16 de febrero en el Congreso de los Diputados, se apeló también al amplio respaldo de la ciudadanía a esta Ley. ¿Nos podría ofrecer los datos?
La tramitación de este texto ha seguido el procedimiento más opaco permitido. Se ha hurtado el debate público a esa ciudanía que dicen que respalda, sin fisuras, la nueva norma. Tampoco se ha dejado que comparecieran voces expertas en comisión y se ha echado mano del procedimiento de urgencia para acortar los plazos
La tramitación de este texto ha seguido el procedimiento más opaco permitido. Se ha hurtado el debate público a esa ciudanía que dicen que respalda, sin fisuras, la nueva norma. Tampoco se ha dejado que comparecieran voces expertas en comisión y se ha echado mano del procedimiento de urgencia para acortar los plazos. Si la población de este país estaba tan contenta con esta nueva normativa ¿por qué no se les ha dado voz a través de sus representantes en la sociedad civil? Enhorabuena, de nuevo, porque junto a sus socios de Gobierno ha sabido sortear estos detalles sin importancia.
Veinticuatro horas antes de la aprobación de la Ley Trans en el Congreso, el pasado 15 de febrero la ministra principal de Escocia (Reino Unido), Nicola Sturgeon, presentaba su dimisión después de ocho años en el cargo tras las críticas recibidas por la ley que permite el cambio de la mención registral del sexo para las personas trans. La gota que colmó el vaso fue el internamiento en una prisión femenina de un hombre que violó a dos mujeres y aprovechó la espera de su juicio para cambiar su identidad a mujer. Y, como esto que dicen que no va a pasar, pero pasa, se han apresurado a decir en nuestro país desde la Secretaría de Instituciones Penitenciarias que la entrada en vigor de la Ley Trans se retrasará hasta que los expertos del departamento hayan evaluado su impacto en las prisiones españolas. No quieren otro escándalo como el de la Ley del sí es sí.
Las conclusiones de este informe han servido para cerrar la clínica. En los medios de comunicación españoles se ha silenciado
Y si este hecho ocurría a veinticuatro horas de la aprobación de la Ley Trans en nuestro país, sólo cuarenta y ocho antes, la periodista británica Hanna Barnes presentaba el libro Time to think.The inside story of the collapse of the Tavistock’s (Tiempo para pensar. La historia interna del hundimiento del Servicio Infantil de Género de Tavistock) fruto de una amplia investigación sobre los tratamientos y protocolos del Servicio Público de Salud del Reino Unido a niñas y niños con disforia de género en esta clínica de referencia en el país. Barnes, que ha obtenido varios premios por sus investigaciones para la BBC, recopila en este libro toda la información que obtuvo del personal médico, enfermería y pacientes atendidos sobre “el uso que se hizo de tratamientos basados en evidencias muy pobres para atender a algunas de las personas jóvenes más vulnerables de la sociedad. Y cómo mucha gente se sentó, observó y no hizo nada”, asegura. Las investigaciones de Hanna Barnes se han visto corroboradas por la doctora Hilary Cass a la que el Gobierno británico encargó el año pasado un informe independiente sobre Tavistock. Las conclusiones de este informe han servido para cerrar la clínica. En los medios de comunicación españoles se ha silenciado.
Feministas de Cataluña ha elaborado un exhaustivo informe sobre su funcionamiento del que se han hecho eco muy pocos medios de comunicación, donde alertan del espectacular aumento de menores, especialmente niñas, con disforia de género
Señora Ministra de Igualdad, en España también tenemos nuestro Tavistock pero aquí tiene otro nombre. Se llama Transit y está en Barcelona. Feministas de Cataluña ha elaborado un exhaustivo informe sobre su funcionamiento del que se han hecho eco muy pocos medios de comunicación, donde alertan del espectacular aumento de menores, especialmente niñas, con disforia de género. Entre 2015 y 2021 el número ha crecido un 5.700%. Y como en Escocia, es posible que tengamos violadores en cárceles de mujeres. De momento, el Ministerio del Interior no quiere aclarar si Jonathan Robaina, violador y asesino de su prima Vanesa Santana, que pidió en el juicio que se le llamase Lorena porque estaba en un proceso de cambio de sexo en el centro penitenciario, se encuentra en una cárcel de mujeres.