El culebrón Julen
Hay noticias que eclipsan a todas las demás. Ya a nadie le importa la constitución del gobierno andaluz, ni lo que ocurra en Cataluña, porque el país entero está pendiente de la última hora del caso de Julen, el niño de dos años que cayó el pasado domingo en un estrecho agujero en el municipio malagueño de Totalán. Y es que se trata de una historia que contiene todos los ingredientes para embelesar a los telespectadores no solo nacionales sino del mundo entero: un desafortunado accidente que podríamos haber sufrido cualquier padre, una víctima inocente que es imposible que no despierte las simpatías del público, el sufrimiento y la incertidumbre de la espera, los trabajos de rescate que se prolongan durante días…Es todo un culebrón que sobrecoge a cualquiera.
Hay noticias que eclipsan a todas las demás. Ya a nadie le importa la constitución del gobierno andaluz, ni lo que ocurra en Cataluña, porque el país entero está pendiente de la última hora del caso de Julen, el niño de dos años que cayó el pasado domingo en un estrecho agujero en el municipio malagueño de Totalán
En un primer momento, los medios hablan de soslayo sobre la caída del pequeño y a medida que pasan las horas la envergadura del asunto va creciendo. ¿Salvarán la vida de Julen? Es la pregunta que las televisiones, emisoras de radio y periódicos lanzan a una sociedad estremecida y que aguanta la respiración mientras no pierde detalle de la pantalla. Y así, comenzamos a conocer episodios del pasado de la familia, donde destaca otra desgracia para aderezar el culebrón: la muerte súbita del primer hijo del matrimonio, de tres años, ocurrida en 2017. Una acumulación de tragedias que, por un lado, nos conmueve más como espectadores y, por otro, nos empieza a hacer sospechar de la veracidad del relato de los padres. Pero pasan los días y lo que ayer era, hoy ha dejado de ser. Afortunadamente, a estas alturas de la historia, ya hemos superado la teoría de que el niño no esté en el interior del agujero o de que los progenitores hayan tenido algo que ver en su caída; tal vez asesorado, el padre salió al paso para desmentir esos rumores con el rictus deshecho y, después se localizaron algunos pelos del pequeño a unos metros de distancia en ese profundo y estrecho túnel; también hemos trascendido ya las acusaciones a las autoridades por parte de la familia, reclamando más medios técnicos ante la desesperación de ver pasar las horas sin un resultado positivo. Totalán aparece en todos los canales, a todas horas, incluso en el informativo se recurre a ventanas mientras se tratan otros temas de interés general, para generar aún más expectativas. Las conversaciones en la calle han dejado de dedicarse a Vox o a Susana Díaz, a la ola polar o al Brexit para detenerse en los pormenores del caso Julen.
Los medios de comunicación han encontrado un nuevo filón, como el año pasado ocurrió con el niño Gabriel. Se sucederán los especiales sobre el caso, hasta Sálvame ha desplazado por unos días sus tertulias de Gran Hermano para centrarse en el rescate de Totalán; al fin y al cabo, Belén Esteban, Kiko Hernández y compañía lo mismo están capacitados para hablar de la Pantoja o de Brad Pitt que de la inflación o incluso de este desgraciado accidente.
Los medios de comunicación han encontrado un nuevo filón, como el año pasado ocurrió con el niño Gabriel. Se sucederán los especiales sobre el caso, hasta Sálvame ha desplazado por unos días sus tertulias de Gran Hermano para centrarse en el rescate de Totalán; al fin y al cabo, Belén Esteban, Kiko Hernández y compañía lo mismo están capacitados para hablar de la Pantoja o de Brad Pitt que de la inflacción o incluso de este desgraciado accidente
Los periodistas se arremolinan en un pueblo que jamás ha conocido tanto interés mediático, los politicos entienden que este tipo de casos sirven para hacer recolección de votos, siempre de forma sibilina, sin que parezca que haya un interés más allá del humano, y eso les anima a dejarse ver por allí como quién no quiere la cosa, a hacer declaraciones de apoyo a la familia o a buscar el pero del caso y ofrecer una solución política al mismo. Como Juan José Cortés, el padre de Mariluz, al que conocimos y compadecimos tras la tragedia de su hija asesinada y que se ha ido vinculando a la política a la vez que se ha especializado en aparecer en cada tragedia mediática de los últimos años. Durante el pasado verano, de hecho, sorprendió su férreo apoyo a la utilización pública del niño Gabriel para cambiar las leyes, pese a la oposición de la propia madre del pequeño, que se desvinculó de ello y pidió respeto. Y ahora, el que fuera asesor del Partido Popular para Justicia se convierte en portavoz de la familia de Julen probablemente después de haberse ofrecido para ello.
Lo más positivo es que el hecho de que el suceso sea tan mediático permitirá que en Totalán se reúnan todos los recursos técnicos y humanos necesarios para que el desenlace llegue de la mejor manera posible. José y Victoria y todos sus vecinos del Palo pueden estar tranquilos en ese aspecto, porque convertirse en un fenómeno mediático mundial tiene esta ventaja
Y mientras el pequeño Julen esté atrapado en ese inmundo agujero, todos los medios de comunicación servirán para apoyar el rescate; el inconveniente para la familia acontecerá tras el desenlace, es decir, cuando el niño aparezca vivo o, esperemos que no, muerto. Entonces, los padres buscarán tranquilidad, paz, intimidad, y no podrán encontrarla; en ese momento, querrán reanudar su vida y no les dejarán, y se sentirán señalados y todo ese apoyo que están teniendo comenzará a pesarles. Lo que ellos seguramente no saben es que ese es el precio que tendrán que pagar; y lo desconocen porque eso, ahora, nadie se lo está explicando, no interesa que lo sepan.
Y este es el gran drama, que en una tragedia semejante, donde parece que la solidaridad aflora por doquier, cuando escarbamos la superficie nos damos cuenta de que gran parte de los sectores participantes no están ahí por altruismo, sino que buscan algo más a cambio de un acto tan heroico y gratificante como salvar la vida de un niño de dos años que merece salir adelante.