La contrastada tozudez y el espectáculo político
Doy por hecho (por enésima vez) que vivimos en la sociedad del espectáculo. Por supuesto, también y sobre todo, en política, lo que supone que hemos de aceptar en los hechos, los contextos y los relatos políticos, una cierta dosis de "necesario" espectáculo, de sobreactuación mediática, de excesos verbales, demostraciones de hooliganismo y de incontinencias en las redes sociales. Por mi parte, asumido, sin entusiasmo, pero asumido. Por tanto, también asumo que las reflexiones que siguen al hilo de la fallida investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, puedan ser leídas bajo ese prisma, y por tanto, consideradas como acertadas o equivocadas, tan sólo bajo esa perspectiva "espectacular". No obstante lo cual, las expongo con absoluta convicción, pues pretendo relatar hechos tozudos, no porque yo lo diga, sino porque están basados en las declaraciones a una emisora de radio que realizaron el pasado Jueves, con minutos de diferencia, Pablo Echenique y Carmen Calvo, cabezas de las delegaciones negociadoras de Unidas Podemos y PSOE. Sin matices y sin intermediarios, tan sólo las palabras crudas emitidas por ambas personas, narrando hechos, reuniones y sus contenidos, propuestas y resultados.
Y lo haré además, recurriendo a la charla que mantuve con un buen amigo el viernes, mientras desayunábamos y comentábamos el debate parlamentario del jueves, y los símiles que establecimos entre nuestra cita y el debate de investidura. Al grano. Mi amigo y yo quedamos el viernes a las 9 h, en lugar cierto, para desayunar y comentar la actualidad política. Acudimos puntuales a la cita, nos dirigimos al local previamente convenido y degustamos un magnífico chocolate con churros, tras el cual, y cumpliendo el riguroso orden establecido, él abonó el desayuno.
Por más que cualquiera quisiera desvirtuarlos, esos fueron los hechos tozudos y no admiten discusión. No caben balbuceos ni medias verdades. Los hechos ocurrieron tal y como han quedado reflejados
Por más que cualquiera quisiera desvirtuarlos, esos fueron los hechos tozudos y no admiten discusión. No caben balbuceos ni medias verdades. Los hechos ocurrieron tal y como han quedado reflejados. Naturalmente, en el devenir de la jornada, ocurrieron muchas circunstancias tangenciales o coyunturales. Estuvimos a punto de cambiar la hora de la cita por una circunstancia sobrevenida, lo que hubiera dado lugar a un improbable cruce de reproches mutuo por tal cambio. Debatimos durante el trayecto al bar elegido si manteníamos el mismo o lo cambiábamos por otro, recién inaugurado, aspecto que nos ocupó varios minutos, hasta el punto que coincidimos con otras personas que a punto estuvieron de hacernos cambiar de idea, a fuerza de alabar las características del local recién inaugurado. Una vez en el local, dudamos si pedir el chocolate con churros o, por el contrario, pedir la recurrente tostada de tomate y aceite y café con leche. Y a la hora de pagar, y si no hubiera mediado la persistencia de mi amigo en que esta vez, le tocaba a él, he de reconocer que llegue a sostener mi cartera en la mano. Que las circunstancias coyunturales existieron es una verdad evidente, así como el innegable interés coloquial que las mismas pueden suscitar, aunque creo que son menos importantes que la absoluta evidencia de los hechos ocurridos: cita a las 9 h en lugar cierto, desayuno en el local convenido y con el menú señalado y abono del mismo a cargo de mi amigo.
Pues escuchando las declaraciones radiofónicas de Echenique y Calvo, tanto de lo mismo. Los hechos tozudos acreditan que el PSOE, fuerza claramente ganadora de las elecciones del 28 de abril, con 123 escaños, ha ofrecido, consecutivamente a Unidas Podemos, cuarta fuerza con 42 escaños (un tercio), lo siguiente: gobierno en solitario del PSOE con apoyo exterior; gobierno de cooperación entre ambas fuerzas; gobierno de colaboración programática, parlamentaria e institucional, con presencia en el mismo de determinados perfiles de Unidas Podemos. Que la respuesta de Unidas Podemos a esas 3 propuestas consecutivas, han sido: gobierno de coalición, gobierno de coalición y gobierno de coalición. Que el PSOE aceptó la fórmula de Gobierno de coalición y ofreció a Unidas Podemos una Vicepresidencia del Gobierno y 3 ministerios. Y que en las dos sesiones del Congreso para investir a Pedro Sánchez, el voto de Unidas Podemos no fue favorable.
Como en el ejemplo del desayuno con mi amigo, naturalmente, que también ocurrieron circunstancias coyunturales y tangenciales a los tozudos hechos. Que una y otra fuerza contemplaran o consideraran uno o varios escenarios alternativos o complementarios. Que incluso pensaran los mismos con variable convicción, entusiasmo o resignación, y que, de una manera u otra, dichos pensamientos fueran trasladados a la opinión pública a través de diferentes medios, desde la tradicional filtración a los más modernos tuiteos o retuiteos, posteriormente amplificados por una nutrida red de seguidores, mayoritariamente anónimos o no identificados. Que los medios de comunicación hayan jaleado o vapuleado (según filias y fobias) indiscriminadamente los diferentes escenarios, reales o ficticios, que se han ido planteando. Que paralelamente al proceso de negociación, se hayan entrecruzado reuniones de órganos o mecanismos de participación, seguramente a destiempo, y demasiado aderezados de referencias sentimentales y escasamente políticas, como la alusión al respeto debido, la seriedad de las propuestas o una nueva conceptualización sobre la utilidad del sillón (verdadero descubrimiento de este nuevo tiempo político).
Dichas circunstancias tangenciales han ocupado gran parte del tiempo y el espacio que, en mi opinión, debería ocupar el sosegado, sincero y reflexivo análisis político, social y ciudadano de la tozuda y acreditada sucesión de hechos
Y por supuesto que dichas circunstancias tangenciales han ocupado y siguen ocupando gran parte del tiempo y el espacio que, en mi opinión, debería ocupar el sosegado, sincero y reflexivo análisis político, social y ciudadano de la tozuda y acreditada (a poco que se escuchen, crudamente, las dos intervenciones radiofónicas citadas) sucesión de hechos, desnudos de valoración subjetiva y de fabulación interesada: Que las elecciones ofrecieron un resultado. Que la fuerza ganadora varió hasta en 4 ocasiones su posición, hasta hacerla coincidir con la posición inamovible de la cuarta fuerza. Que dicha posición se tradujo en una oferta política de coalición. Y que dicha oferta fue rechazada en 2 ocasiones en el Congreso de los Diputados por la cuarta fuerza política, lo que ha provocado que no se invistiera como presidente del gobierno a Pedro Sánchez.
Que todo lo dicho, y bastante de lo que no cabe en estas reflexiones, merezca ser profundizado, analizado y estudiado, es evidente en mi opinión. Pero que ya "somos mayores" para saber diferenciar hechos tozudos y contrastados por las palabras de los protagonistas de las inevitables (y no siempre convenientes) servidumbres de la sociedad del espectáculo, también es evidente.