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Competencia desleal en Puerta Real

Blog - Andres Cárdenas - Andrés Cárdenas - Miércoles, 21 de Diciembre de 2016
Si a un niño le preguntas qué prefiere si Papá Noel o los Reyes Magos te dirá que Papa Noel porque llega antes y, por lógica, antes tiene los regalos. No es porque el gordo de barba blanca le parezca más simpático, sino por pura circunstancia de tiempo. Lo mismo que si a un jubilado le preguntas si prefiere follar o la Navidad te dirá que la Navidad porque es más frecuente. 
 
Viene esta reflexión a cuento porque en Puerta Real han puesto un Papá Noel gigante y al lado tres Reyes Magos esmirriados. Mucha gente ni se para a pensar en el anacronismo visual que supone ver al personaje legendario que según la cultura occidental trae regalos a los niños por Navidad junto con los reyes de Oriente que llevaron oro incienso y mirra al Niño que estaba en el pesebre y que son más de nuestra cultura. Desde hace muchos años los Reyes Magos están en conflicto con Santa Claus o Papá Noel. Los españoles siempre estamos dispuestos a defender a los tres Reyes que se mueven en camellos y que vienen en la madrugada del cinco de enero, pero la televisión (esas almibaradas películas americanas exaltando las propiedades mágicas del tocado con gorro rojo) y las grandes superficies que no están dispuestas a perder el gancho de que se regale algo también el día de Navidad, están haciendo que cada vez sean más los fans del tipo ese que se mueve por las chimeneas con renos y en trineo.
 
Lleva esta columna el título de ‘Competencia desleal’ porque el citado Papa Noel mide ocho metros y pesa ocho mil kilos. Está más que bien asentado, mientras que los Reyes son mucho más pequeños y se los puede llevar cualquier ráfaga de aire. Y así cualquiera. Todo el mundo se hace fotos y selfies con el Papá Noel de fondo mientras que los pobres Reyes pasan casi desapercibidos. Además, son feos y no tienen el atractivo del señor de al lado. 
 
La historia del Papa Noel gigante es curiosa. Lo han hecho cuatro jóvenes parados de los Ogíjares que han practicado una terapia contra el aburrimiento creando un monigote de hormigón de casi ocho metros y tres mil kilos de peso. Tienen mérito los chicos si tenemos en cuenta que todo ha salido de su bolsillo y ahora quieren recuperar algo con los anuncios en los sacos que lleva Papá Noel. De todas maneras, los jóvenes que han creado al gigantón dicen que ellos son más de Reyes Magos y que han hecho el Papá Noel por problemas de presupuesto: “Es que no es lo mismo hacer uno que hacer tres”, han declarado. Joder, se las estamos poniendo a huevo al gordo de las barbas blancas, que encima es republicano.