Andalucía, con el paso cambiado

Blog - Cuestión de Clase - Manuel Morales - Viernes, 9 de Octubre de 2020
El presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, en la presentación del plan 'Andalucía en marcha'.
Portavoz Gobierno andaluz
El presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, en la presentación del plan 'Andalucía en marcha'.

Mucho debería preocupar a los andaluces que nuestro gobierno autonómico no sea capaz de pillar el paso de los tiempos que corren. La estrategia económica del tripartito andaluz camina, no ya desacompasada, sino en dirección opuesta a la de la Unión Europea y el gobierno de España. Y cada día que pasa, Andalucía está más lejos de las fuentes donde se diseñan las políticas y se otorgan los fondos para poder realizarlas.

Esta, hasta el momento, única iniciativa de calado de la derecha andaluza en materia económica, no ha sido otra cosa que alentar una nueva burbuja del ladrillo

Bruselas y Madrid hablan un mismo idioma: desarrollo sostenible, protección de los recursos naturales, digitalización, apoyo a la pequeña empresa, investigación y desarrollo, cohesión social y servicios públicos reforzados. Pero Sevilla, como demostró el gobierno andaluz con su decretazo del mes de abril, sigue anclada en un modelo trasnochado. Esta, hasta el momento, única iniciativa de calado de la derecha andaluza en materia económica, no ha sido otra cosa que alentar una nueva burbuja del ladrillo. Ese es el objetivo de medidas como la desprotección de espacios naturales para facilitar urbanizaciones anejas a campos de golf o puertos deportivos, el estímulo a la apertura de más grandes superficies comerciales, con la liberalización de horarios o la posibilidad de puentear a los ayuntamientos que pretendan frenar determinados proyectos urbanísticos o mineros de ámbito supramunicipal en sus pueblos o ciudades.

Esta barra libre para los promotores no puede sorprender de un partido popular que, en Andalucía, siempre ha vivido ligado a las grandes fortunas. Aquellas que desde el franquismo, medraron con la especulación y las gigantescas apropiaciones privadas de las plusvalías generadas por el crecimiento urbano. Pero sí que esperábamos otra cosa de ciudadanos, que se presentó con una aureola modernizadora y de regeneración. Con un discurso que parecía mirar más a la pequeña empresa y las oportunidades económicas del nuevo siglo que a la oligarquía señorita del pasado.

Para caminar en el rumbo que marca Europa e intentar coger su paso, Andalucía debería invertir desde el sector público en la generación de energía renovable distribuida y de base social, en formación profesional de calidad, en transición a la agricultura ecológica, rehabilitación energética de viviendas, creación de ciudades "15 minutos", economía circular, ecoparques industriales... 

Para caminar en el rumbo que marca Europa e intentar coger su paso, Andalucía debería invertir desde el sector público en la generación de energía renovable distribuida y de base social, en formación profesional de calidad, en transición a la agricultura ecológica, rehabilitación energética de viviendas, creación de ciudades "15 minutos", economía circular, ecoparques industriales... pero basta echar un vistazo a los señores de copazo, puro y corrida de toros que se reúnen en San Telmo, para comprender que a ellos todo esto les parece cosa de extraterrestres. Simplemente, pertenecen a una esfera social y de intereses ajena a todo ello. Esperar que modernicen Andalucía sería como pedirle a Fernanado VII que redactara una declaración de derechos y libertades.

Si ya era grave este desnortamiento del gobierno andaluz con respecto a las prioridades de la Unión Europea, la gravedad se agudiza con la aprobación del reciente plan de recuperación que ha presentado el gobierno de España. Como no puede ser de otra manera, este plan, financiado con fondos europeos, camina por la misma senda que las ya apuntadas prioridades europeas. Va a haber dinero, sí. Y mucho. El problema es que, cuando llegue el momento de aplicar y repartir esos 72.000 millones, habrá de hacerse en función de proyectos concretos, apoyados en una planificación estratégica de la que Andalucía carece.

Urge un cambio radical en el gobierno andaluz. Una convocatoria urgente a todos los grupos políticos en el Parlamento para la redacción, consensuada, de un plan estratégico para Andalucía, acorde con las prioridades europeas y el plan de reconstrucción estatal. Sólo así podremos aprovechar el momento. El tiempo pasa y podría ocurrir que Andalucía sea incapaz de aprovechar el momento histórico, porque los proyectos de su gobierno son incompatibles con las prioridades con que han sido diseñados los fondos europeos. Si Europa viene dispuesta a pagar investigación, chips y ecoindustria y lo que se encuentra es una tierra que solo propone sol, ladrillo, cantera y verbena, como plantean PP y Ciudadanos, los fondos europeos pasarán de largo. No porque Europa sea mala ni porque lo sea el gobierno de España, sino porque tenemos un mal gobierno que hace caminar a Andalucía con el paso cambiado.

 
Imagen de Manuel Morales
Hijo de padres andaluces, crecí en Madrid y vivo en Granada desde los 19 años. Casado y padre dos hijas.
Me licencié en Física por la Universidad de Granada y realicé un master universitario en energias renovables. Trabajo como funcionario de la Agencia Estatal de Meteorología. Realicé en el Instituto para la Paz y los Conflictos, los cursos de preparación para un doctorado que nunca terminé, al interponerse la política en el camino.