Echas una ojeada desde cualquier azotea para ganar perspectiva. No hay doctores. En España gobiernan los socialcomunistas pero Podemos se ha amoldado mansamente al marco institucional. La Corona no necesita enemigos, ella sola se ha adentrado en el abismo. Vox está triste porque Trump ha perdido. A C's ya no le importa votar con Podemos los presupuestos. El PP tampoco se halla, ¡ojo que ha vuelto a ganar ampliamente Feijóo!, adiós Vox, te quiero Vox en Andalucía, Madrid, Castilla León y ahora la ultraderecha es la ultraderechita cobarde.

El sistema no se rompe definitivamente porque hay profesionales que ponen todo el esfuerzo en su trabajo y que luchan por lo público. No deberíamos dejarlas solas, y se merecen nuestro aplauso y una actitud cívica ejemplar en defensa de lo público

Y en este panorama mundial y nacional, en nuestra ciudad se rompen igualmente los esquemas aunque con particularidades tanto o más esperpénticas. Alcalde de Granada y presidente de la Junta apuntaron a la Universidad como la culpable del crecimiento inaudito de los contagios en octubre. Ahora sabemos que los contagios empezaron en verano y que los fondos estatales no se destinaron al refuerzo de la atención primaria y los rastreadores. En septiembre, con el inicio de curso, y ante las movilizaciones ciudadanas, se nos dijo que habría profesionales de enfermería en cada colegio. A las horas, esos enfermeros y enfermeras eran los del centro de salud de cada barrio o distrito que, además de todas sus tareas ordinarias, también tendría todos los colegios de referencia de la zona. El 14 de octubre se iniciaba la campaña de la gripe. Cientos de personas mayores acudieron al centro de salud a pedir cita. Debía ser, obligatoriamente, a través de la app, pero claro, los mayores no suelen tenerla y Salud Responde -perdón por lo manido- no respondía. Entonces llamé a este teléfono. El 3 de noviembre me puse la vacuna. En la cola dos mujeres mayores delante mía. La enfermera le preguntó el nombre a la primera. Se lo da. Pero usted no tiene cita. No sé pedirla hija mía, y ya que estoy aquí, podías hacer el favor de ponérmela. La siguiente mujer, misma estrategia. Mi hijo acudió la semana pasada a su vacunación obligatoria de los 11 meses. La enfermera nos dijo: ya que estáis aquí, a ver si la pediatra os hace el control del niño sano y te doy la cita yo misma para la vacunación de los 12 meses. Y entonces tienes claro que el sistema no se rompe definitivamente porque hay profesionales que ponen todo el esfuerzo en su trabajo y que luchan por lo público. No deberíamos dejarlas solas, y se merecen nuestro aplauso y una actitud cívica ejemplar en defensa de lo público. 

Pero sigo. Ante la presión hospitalaria en Granada, ya no colaba lo de la UGR. Así que llegó el confinamiento perimetral. 15 días después con los contagios desbocados, Moreno Bonilla cierra la hostelería. El alcalde de Granada que durante todo este tiempo pareció el adalid de la hostelería, salía esta semana a defender a su presidente y a pedirles ayudas para el sector a la Junta de Andalucía y al Gobierno de España mientras él mantiene todas las tasas municipales a la hostelería y al comercio. 

Y acabo. También se ha ido del gobierno municipal el Sr. Sebastián Pérez pero no de concejal. Así que corren vientos y la veleta ya no sabe a dónde apuntar. Salvador le ha entregado todo el gobierno a los concejales del PP. Pero la lucha por el poder trae mucha testosterona encima y, claro, no hay gobierno. Exijo la vacuna ya.

Miguel Ángel Fernández Madrid

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