Un poner: anteayer el concejal del PP César Díaz presentó un plan de movilidad que el grupo de Unidas Podemos apoyará ante el riesgo de que el desconfinamiento provoque, como ya lo hace, una vuelta masiva del coche a la ciudad y Granada alcance en dos meses los niveles de polución que tan frágiles nos convirtieron ante la irrupción del coronavirus. En el mismo acto, el alcalde habló de que también se ejecutará un anillo verde que ayude a purificar la ciudad. Las intervenciones de los dos miembros del Gobierno municipal provocaron un gran despliegue mediático, pero muy pocos se acordaron de destacar que esas tres propuestas (peatonalización, descontaminación y circunvalación peatonal) fueron repetidas hasta la saciedad, y con escaso eco, por UP durante la campaña electoral. Olvidaron también muchos de los amos del periodismo que el mismo César Díaz presentó hace ahora un año, y junto al entonces presidente de su partido, Sebastián Pérez, el tunelazo: una apoteosis de cemento, un agujero de norte a sur que acabaría de colmatar de coches la ciudad.

 

Sebas me llamaba entonces “troglodita”. No importa, a diferencia de él, que es un vanguardista de las viejas cofradías, el tiempo me ha ido tornando más clásico que moderno. Entiendo que no he sido tocado por la gracia, que soy un desgraciado, un completo inútil que, por no saber, ni sabe tocar la cacerola. Y que es más difícil hallar un hueco informativo para la confluencia que represento que encontrar en el mercado de San Agustín una merluza que sea gorda y pese poco. Pero en algún sitio habré de propagar las trapacerías ajenas, los despropósitos propios … y el trabajo sin respiro de mis compañeros. De ahí este ‘Diario de un concejal novato’ que hoy se estrena.

 

En el PP, un partido de gente lista y presidido por un señor capaz de aprobar 13 asignaturas de Derecho en seis meses, lo saben bien: copiar lo bueno es bueno. Es lo que ha hecho César Díaz. Lo vamos a apoyar y a vigilar que las medidas sean lo más ambiciosas e irreversibles. Por la ciudad. Por los granadinos. Y por el generoso cambio de criterio del propio concejal delegado de Movilidad.

 

Rectificar es de sabios que se equivocan. Rectificar mucho es de sabio que se equivocan mucho. Y, como declaró ya octogenario el ex presidente francés Georges Clemenceau, apodado el tigre por su aspecto físico y sus arrebatos incontrolables: “Soy lo suficiente viejo para decir la verdad. Es uno de los privilegios de la edad”.