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Artículo de Opinión

'Ese hombre es el hombre líder'

Política - Miguel Ángel Fernández Madrid - Jueves, 15 de Octubre de 2020
Miguel Ángel Fernández Madrid, concejal del grupo socialista en el Ayuntamiento de Granada, nos ofrece una aguda crítica sobre la manera de proceder del alcalde, en la que echa en falta la defensa de la ciudad y una de sus instituciones de mayor prestigio, la UGR, frente a intereses personales. No dejes de leerlo.
Luis Salvador, el pasado martes, en Junta de Portavoces.
J.A./Ayto.Granada
Luis Salvador, el pasado martes, en Junta de Portavoces.

Hay quien piensa que sin ellos la vida no tiene gracia. Pero no es porque esa persona tenga gracia o aderece la vida con un ingrediente estimulante. No. Normalmente, esa persona, a veces llega a pensar que la vida sin él no tiene sentido, que sólo él está llamado a mejorarlo todo y quien está a su alrededor no es más que un peón necesario cuyo fin no es otro que fortalecer su decorado. La utilidad es la clave por la que se rige la ética de esa persona. Así que las personas con las que se relaciona no son más que males necesarios para conseguir sus objetivos y navegan por la vida como capitanes sorteando las circunstancias para ver de qué modo se acomodan a sus intereses particulares.

En el remate de este delirio vital, de constante reinvención personal, hay ocasiones en que consigue lo que se había propuesto. Dan igual los heridos que hayas dejado por el camino, como dan igual las veces que hayas tenido que traicionarte. Una traición vista desde fuera, a los ojos del espectador o del doliente. Para una persona así no existe el término traición. Sólo cabe la victoria. El fin siempre justificará los medios. Los reveses -porque en una vida así siempre los hay- los licuas con odios, venganzas, envidias. Sólo así se explica que en una toma de posesión, pongamos que como alcalde, no dediques ni una palabra de agradecimiento a quien fue tu antecesor, al conjunto de hombres y mujeres que, con sus aciertos y errores, trabajaron sin descanso por la ciudad. No, eso nunca. Y ya el colmo es que en tu primera entrevista el titular que trasladas es que a ti jamás de los jameses te dieron nada a pesar de tu valía y que ahora, a partir de ese momento en que tú eres alcalde, por fin se ha hecho justicia y empieza un futuro prometedor. Un futuro en términos, de nuevo, estrictamente personales.

De modo que uno puede tener sospechas de que puede ser positivo por coronavirus y mantener su agenda institucional, aunque eso signifique generar un brote de los gordos. O infectar al líder del partido en el que esperas aterrizar si se tercia porque ya tenías en agenda que te iba a visitar. 

Y claro, uno que es así, no cae en que da un mal ejemplo. De modo que, ante el aumento de contagios en tu ciudad, te pliegas a quien ha buscado un chivo expiatorio, nada menos que una universidad centenaria, y presionas todo lo que puedes para que sobre la misma recaiga la culpa. ¿Cómo vas a decirle a los jóvenes que hay en la calle sin mascarilla que están siendo irresponsables si tú no te has aislado en casa ante la menor sospecha? Uno puede ser muy engreído, pero no un mentecato. 

El resto de los mortales, mientras tanto, nos preguntamos a qué otras cosas dedicará su tiempo de trabajo un líder así

El resto de los mortales, mientras tanto, nos preguntamos a qué otras cosas dedicará su tiempo de trabajo un líder así. Cómo es posible que un líder de esa talla no tuviera previsto con antelación que la llegada de estudiantes, o los adolescentes de tu ciudad que van al instituto, pueden salir a hacer botellón con el inicio de curso. Cómo es posible que no pida el refuerzo de la atención primaria de salud para detectar más y mejor los casos. Cómo es posible que las políticas de juventud (cultura, ocio, deporte…) brillen por su ausencia. Cómo es posible que se ataque al prestigio de una institución como la Universidad de Granada, porque ya está bien de hablar de una institución en general, como si fuese de Pamplona o de Tarragona; no, es la de tu ciudad, en la que ese líder gobierna, y cargar las tintas sobre la misma sin el menor rubor. Entonces, uno piensa en el dicho, y sí, todo es posible en Granada. Tener el honor de ser dirigida por tamaño líder en la que se cierra una institución en la que todo el mundo acude con mascarilla, donde además de saber, se transmiten valores, sin la menor restricción sobre los espacios en los que se producen los contagios que, días después, llevan a sus familias, sean de Jaén, de Almería, de Madrid o de Roma. Así sea, y amén.