Historia del Partido Comunista, por Juan Francisco Arenas de Soria

Capítulo XXX: Antonio Ruiz Valdivia (I): 'La lucha contra la dictadura'

Política - Juan Francisco Arenas de Soria - Viernes, 28 de Enero de 2022
La historia del PC que, con motivo de su Centenario, nos ofrece Juan Francisco Arenas de Soria, se centra en esta ocasión en otra de las personas fundamentales del partido en la provincia de Granada, Antonio Ruiz Valdivia.
Antonio en su época escolar.
Archivo familiar de Antonio Ruiz Valdivia.
Antonio en su época escolar.

Los Montes Orientales es una comarca en la que el Partido Comunista de España siempre tuvo una incidencia especial, desde la etapa republicana con militantes destacados como José García Santiago (Montejicar), José Pérez (Iznalloz), Antonio Martínez (Guadahortuna) o José Martínez Ruiz (Dehesas Viejas), y en la resistencia antifascista con Pedro Martínez Ojeda (Guadahortuna), Miguel Castro Ramos (Guadahortuna), Antonio Padilla Caballero (Guadahortuna), Alfredo Ferrán Titos (Dehesas Viejas), Miguel Fajardo Sánchez (Píñar), Juan Martínez Ruíz (Píñar), Manuel López López (Iznalloz)… infinidad de nombres que completan el enorme mosaico que construyen el proyecto comunista en Granada y de los que aún nos quedan por conocer. Una base social que se muestra en la existencia de alcaldías comunistas en Dehesas Viejas, Deifontes, Guadahortuna, Piñar o Iznalloz, en diferentes momentos, y que hoy perduran el Dehesas Viejas, Deifontes y Píñar y con una fuerte presencia en Guadahortuna.

Nos recuerda Antonio, en una entrevista que tuvimos la oportunidad de hacerle hace unos años, en 2015, cómo se crio escuchando historias de la guerra, de las consecuencias que tuvo sobre su familia… en cómo también había grandes silencios, el miedo, el llanto, el profundo vacío de la ausencia de los seres queridos… 

Es en esa comarca, en el pueblo de Iznalloz, en la que nace un 15 enero de 1943 Antonio Ruíz Valdivia en el seno de una familia humilde, trabajadora, vinculada a la lucha republicana y antifascista, como demuestra el paso del cabeza de familia por las cárceles del franquismo, además de tener miembros de la misma exiliados en el sur de Francia por su implicación en el Ejército Republicano durante la Guerra de España, varios represaliados que acabarán ante pelotones de fusilamiento... Nos recuerda Antonio, en una entrevista que tuvimos la oportunidad de hacerle hace unos años, en 2015, cómo se crio escuchando historias de la guerra, de las consecuencias que tuvo sobre su familia… en cómo también había grandes silencios, el miedo, el llanto, el profundo vacío de la ausencia de los seres queridos… situaciones que se agravan con las repercusiones de las sucesivas caídas que vive el entorno comunista en la comarca y las consecuencias de las mismas, pasando su propio padre una temporada en prisión en 1948. Así se va produciendo, poco a poco, “la forja de un rebelde”.

Años más tarde será significativo su encuentro con un reportero de la televisión belga de origen acatucitano, “Juan el talaor” que se había exiliado y vuelve a Iznalloz por cuestiones laborales

Con su cigarro en los labios, del que se separa en contadas ocasiones, aunque dice que no se traga el humo, nos cuenta cómo con unos 17 años “…empiezo a buscar al Partido…”, una búsqueda que le llevará a contactar con personas de su pueblo señaladas por tener familiares encarcelados, exiliados… aunque sin mucho resultado, pues el miedo es la tónica y nadie quiere hablar. Años más tarde será significativo su encuentro con un reportero de la televisión belga de origen acatucitano[1], “Juan el talaor” que se había exiliado y vuelve a Iznalloz por cuestiones laborales. Un contacto interesante, pues Juan es miembro del PCE, aunque esto lo sabrá más tarde, cuando vuelva en otro viaje al pueblo. Juan informa a la organización del joven al que ha conocido y de las características del mismo, que hacen que pueda ser un contacto de interés.

En su juventud. Archivo familiar de Antonio Ruiz Valdivia

De esta manera, un miembro del Partido que remanece de Iznalloz, que trabaja en la Magistratura de Trabajo en Granada y que conoce a los padres de Antonia Torres Valenzuela -la joven mujer de Antonio- intermediará para que Paco Portillo, Secretario del PCE granadino, contacte con él.

“…Nos veíamos en casa de mis suegros, allí le llamaban “el hombre de los sábados”, porque todos los sábados me estaba esperando a que viniera de trabajar -yo era comercial de perfumería y peluquería- para irnos a realizar cuestiones del Partido, y los domingos si tocaba ir a Sevilla, Jaén…”[2]

Conocer a Paco Portillo e ingresar en el PCE cambiará la vida de Antonio por completo, ya que comienza una actividad frenética

Conocer a Paco Portillo e ingresar en el PCE cambiará la vida de Antonio por completo, ya que comienza una actividad frenética. Paco Portillo no tenía carnet de conducir y aunque esto nunca supuso un obstáculo para su labor de extensión del Partido, es sin duda la incorporación de “Valdivia” la que dará un fuerte espaldarazo a esa extensión territorial, a la vez que facilita los contactos con otras provincias, intercambio de materiales para la actividad subversiva… Junto a esto, su trabajo como comercial permite una movilidad amplia por la provincia, llena de precauciones, de medidas de seguridad… para escapar a la mirada de la político-social y la Guardia Civil. Su entrada en la dirección provincial será muy rápida, lo que no le desvinculará de su militancia en una célula en el barrio granadino de La Chana, en el que vive, sin perder nunca el contacto con su pueblo, Iznalloz.

“…El Partido me va dando tareas, aprovechando los recursos que había, como eran los que proporcionaba mi trabajo al viajar por toda la provincia. Mi misión era ir extendiendo el Partido en la provincia. Yo con mi trabajo iba haciendo amigos en los pueblos, indagaba en qué gente era de izquierdas… y tomaba contacto con ellos. Tal era la concienciación que teníamos que en muchas ocasiones buscábamos impulsar la lucha contra el franquismo desde todos los frentes, llegando a impulsar la creación del PSOE en Pedro Martínez, donde habíamos contactado con gente, pero se sentían socialistas y decidimos apoyarles para que se organizaran…”[3]

Entre los muchos cambios que se producen en la vida de Antonio, destaca su paso a trabajar como comercial de Pegaso, siendo su responsable comercial en la zona de la Costa granadina y la Alpujarra. En la Costa entrará en contacto con los militantes de Motril Bienvenido Ortega Ruiz y Manolo La Hoz, mientras que en la comarca de la Alpujarra la situación es muy complicada y no se consigue montar una estructura estable de la organización. 

Antonia Torres Valenzuela, la compañera de Antonio. Archivo Familiar Antonio Ruíz Valdivia.

  En sus idas y venidas con Paco Portillo conocerá al referente andaluz del Partido para Granada, José Benítez Rufo[4], miembro del Comité Central.

“…Era un liberado del Partido, como un agente secreto. Tenían una formación muy importante que les daban en Rumanía y después en Francia. Estaban totalmente entregados al Partido. Yo no quise adoptar ese papel, porque conocí muy joven a mi compañera y no quería pasar a la vida clandestina. Siempre he agradecido la comprensión de mi mujer, porque desaparecíamos los sábados después de trabajar y el resto del fin de semana era para el Partido…”[5]

  La utilización de nombres supuestos o seudónimos será una práctica habitual en la lucha clandestina, adoptando el de “Jerónimo”, el mítico jefe indio de los apaches, al cual admira nuestro protagonista por su entrega, su lucha por sus ideales y su pueblo.

En un acto político, Paco Portillo, Hortensia y José Benítez Rufo. Archivo familiar Antonio Ruiz Valdivia.

Los contactos con el Partido de Jaén y Almería son frecuentes, ya que Paco Portillo como miembro de la dirección andaluza ejerce de enlace en esos territorios, bajo la supervisión del cordobés Ernesto Caballero, responsable de toda Andalucía Oriental. De forma puntual recuerda viajes también a Sevilla o Madrid, destacando las acciones para evadir a algún camarada perseguido o las visitas de incógnita de dirigentes de la organización.

Desde mediados de los años 60 se hace un importante esfuerzo por ampliar la base social de apoyo al PCE y de resistencia al Régimen, por lo que se trazan diversas estrategias, entre las que destaca la creación e impulso de las Comisiones Obreras

Desde mediados de los años 60 se hace un importante esfuerzo por ampliar la base social de apoyo al PCE y de resistencia al Régimen, por lo que se trazan diversas estrategias, entre las que destaca la creación e impulso de las Comisiones Obreras. Un acercamiento a la realidad de la clase trabajadora en lo concreto, en su problemática diaria por encima de las cuestiones más generales. Poco a poco se va ganando un espacio significativo con el compromiso de camaradas que son líderes naturales en sus puestos de trabajo y magníficos cuadros del Partido, en la organización de los trabajadores para hacer frente a los constantes abusos de la patronal, que llevará a la infiltración en el Sindicato Vertical, especialmente a partir de las elecciones de 1966, con nombres que se escriben en letras de oro en la historia del movimiento obrero granadino, como son Emilio Cervilla Alonso, Juan Gálvez, José Cid de la Rosa, Luis López, Juan Verdejo…

Los resultados en las elecciones sindicales fueron un auténtico éxito, llevando a un número importante de camaradas a puestos de dirección del Sindicato

Una táctica de infiltración que no todos comparten, especialmente los camaradas mayores a los que ya la política de Reconciliación Nacional les había supuesto un duro trago, ahora había que entrar a formar parte de la estructura del propio Régimen, por no decir la importante contradicción que supondrá la crítica desde el PCE a la invasión de Checoslovaquia[6]. Los resultados en las elecciones sindicales fueron un auténtico éxito, llevando a un número importante de camaradas a puestos de dirección del Sindicato, lo que les daba una posición privilegiada a la hora de abordar los conflictos laborales que en esos momentos afectan a la clase trabajadora granadina, fortaleciéndose por otro lado la estructura de las CC.OO que lideradas por José Cid de la Rosa[7] ejercerán una importante labor.

Durante el servicio militar, Antonio es el primero por la izquierda. Archivo Familiar Antonio Ruiz Valdivia.

Estos son los momentos en los que se realizan las reuniones clandestinas en el pantano de Cubillas, se conecta con la HOAC y las JOC, con referentes como el sacerdote Quitián que trabaja en el barrio obrero granadino de “La Virgencica”, nacen la Juventud Comunista y las Juventudes de CC.OO. con referentes como Manuel Sáchez, Emilio Cervilla -hijo-, Encarna Cervilla, Agustín Gálvez… y los núcleos estudiantiles en la Universidad de Granada con Antonio Cruz, Joaquín Bosque Sendra, Jesús Carreño… hay una importante efervescencia del movimiento de oposición al franquismo que se va abriendo e incorpora nuevos actores políticos, aunque el peso de la acción permanece en el PCE.

“…Aprovechando la infiltración en el Sindicato Vertical fuimos consolidando la estructura de CC.OO, utilizando también la infraestructura propagandística del Partido, por ejemplo editando “Nuestra Lucha”, que era el boletín de CC.OO. Granada, con una multicopista que “conseguimos” en una Facultad, se la “enajenamos al Capital”. Teníamos un aparato de propaganda muy bien montado, lo teníamos en La Chana, lo llevaban dos camaradas con los que se tenía un contacto muy limitado, y que cuando la caída de mayo de 1970 se mantendrán a salvo…”[8]

Antonio en un primer momento colabora en el impulso a las Comisiones Obreras, pero su perfil como directivo de Pegaso en Granada hace que su papel sea de mayor utilidad en el marco del Partido, donde seguirá centrando la mayor parte de su acción.

… pero lo que se pondrá de forma fehaciente sobre la mesa es que la capacidad represiva del sistema articulado por la oligarquía franquista estaba plenamente vigente

El final de la década de los 60 y el año 1970 muestran un gran dinamismo en la oposición al franquismo, nuevas formas de acción, nuevas alianzas desde dentro del propio Régimen… pero lo que se pondrá de forma fehaciente sobre la mesa es que la capacidad represiva del sistema articulado por la oligarquía franquista estaba plenamente vigente.

En julio de 1970 las condiciones laborales en el pujante ramo de la construcción granadina eran nefastas para sus trabajadores, por lo que se inicia un proceso de reivindicación y negociación de un convenio que regule de una forma favorable para los intereses de los trabajadores del sector las relaciones con la patronal. Son negociaciones muy duras, donde la patronal no cede, ante lo cual se impulsa desde las Comisiones Obreras, con el apoyo tácito del Partido como una forma de denunciar las contradicciones del Régimen e intentar las condiciones materiales de los trabajadores y sus familias, una movilización del sector con la perspectiva de la Huelga, que se fijará para el 21 de julio ante la ruptura de las negociaciones con la patronal[9].

Así lo describirá el propio Antonio Ruíz Valdivia:

“…Comenzaron por la mañana temprano los piquetes en el Camino de Ronda, con los primeros enfrentamientos con la Policía. Tuve que ir al médico y con el coche que tenía, un 850, recorrí la avenida Calvo Sotelo, que parecía tranquila, pero a la vuelta desde el Padre Suárez la situación ya había cambiado. Había mucha gente, volcaron un microbús de la Policía… La situación fue muy complicada, en algunos momentos tuvimos que “proteger” a algún policía que se había quedado aislado y la gente se avalanzaba sobre él. Un camión cargado de ladrillos y los adoquines del suelo se convirtieron en nuestra mejor arma. El policía se metió en un 600 que lo enterraron a ladrillazos, pero lo sacamos y permitimos que se escapara.

La orden de cargar que dio el Gobernador Civil fue el detonante de los enfrentamientos que acabaron con los disparos criminales que arrebataron la vida de tres obreros. Los tiros parece que venían de enfrente del sindicato, de uno de los edificios, ya que dieron en la fachada del edificio sindical…”[10]

En la Nochebuena de 1970 la Brigada Político Social asalta la casa de Paco Portillo, llevándose arrestada a toda la familia

El comienzo de la década de los 70 comenzaba con un baño de sangre en Granada, pero que sólo era un primer paso en el endurecimiento de la represión, ya que la persecución hacia las organizaciones obreras se volvió en algo encarnizado, convirtiéndo a la Comisaría de la Policía Armada de la plaza de los Lobos en lugar de interrogatorios y torturas brutales en busca de eliminar cualquier tipo de resistencia organizada, con macabros actores como Rosón, el Jirafa o Guisado. Frente a todo ello, las familias de los encarcelados, el Partido, Comisiones Obreras, la HOAC, JOC, las nuevas organizaciones fruto de escisiones del propio PCE o de nuevo cuño, no cederán a las presiones con encierros en la Curia o la Catedral, buscando llamar la atención en defensa de sus familiares, amigos, camaradas, compañeros… que van apiñándose en las cárceles redada tras redada.

En la Nochebuena de 1970 la Brigada Político Social asalta la casa de Paco Portillo, llevándose arrestada a toda la familia. En el registro aparece un organigrama de la dirección granadina. Se suceden los arrestos, palizas, torturas, nuevos arrestos… y así sucesivamente.

“…Nuestra caída está relacionada con la caída de Jaén. Portillo llevaba la conexión con Jaén, donde estaban Felipe Alcaraz, Rosario y Cayetano… la caída de Jaén viene determinada por el conocimiento de los enlaces de esta provincia del domicilio de Paco Portillo. Las detenciones de Jaén hacen que la políticosocial comience a tirar del hilo de las pistas que va consiguiendo en las torturas de los interrogatorios. Acabarán dando con la casa de Paco Portillo, en la que este tenía escondido un organigrama de la estructura del Partido en la provincia de Granada. Lo detienen el día de nochebuena de 1970. Me enteré a los dos o tres días de la detención, lo que lleva a que paralizáramos la actividad política, aunque la policía a través de los interrogatorios anda tras mi pista, de lo que me percato un día al llegar a casa por la noche…” [11]

Un total de 43 personas detenidas, había caído todo el Comité Provincial, aunque el Partido estaba preparado para una situación así, y enseguida se configura una dirección provisional que lanza una octavilla denunciando los arrestos y las torturas, ya que el aparato de propaganda había quedado intacto

Tras Paco Portillo cae Antonio Ayllón de Huétor Tajar, su pareja ArantxaJosé Ríos, María Luisa Calvente, Piedad Guerrero, gran número de estudiantes  de la Universidad[12]… y entre los detenidos finalmente, Antonio Ruiz Valdivia. Lo detienen en su trabajo en la Pegaso a las 12 de la mañana, en su despacho. Lo llevan al registro que se hace en su domicilio. Ponen toda la casa patas arriba. No encontraron nada, aunque tenía escondida una vietnamita, una agenda con direcciones de colaboradores que vivían en el extranjero y un ejemplar de los Estatutos del Partido. Ernesto Caballero, dirigente del Partido en Córdoba, será detenido también y será sometido a interrogatorios en la plaza de los Lobos. Un total de 43 personas detenidas, había caído todo el Comité Provincial, aunque el Partido estaba preparado para una situación así, y enseguida se configura una dirección provisional que lanza una octavilla denunciando los arrestos y las torturas, ya que el aparato de propaganda había quedado intacto.

Los interrogatorios se suceden, las palizas, las torturas… siendo la Comisaría de la Policía Armas situada en la plaza de los Lobos el epicentro del trabajo de la Brigada Político Social de Granada:

“…Los interrogatorios eran repetitivos, lo que suponía que si tenías cualquier error ante la presión a la que eras sometido podían pillarte en las cuestiones que te preguntaban. Un policía hacía de bueno y otro de malo, buscando que posibles “complicidades” te soltaran la lengua. Yo me encerré en decir que no era del Partido, que no conocía a nadie. Me aislaron en la comisaría del Albaicín en un edificio muy antiguo en el que se pasaba mucho frío y había una gran humedad, más teniendo en cuenta la gran nevada que cae ese invierno de 1971 y que estábamos en una especie de sótano. No podías ni sentarte, estaba todo lleno de agua. Ellos intentan aislarte, romperte los nervios, no dejarte dormir… nos subían en “las lecheras” y nos bajaban a los calabozos de la plaza de los Lobos para los interrogatorios. Yo dormía de pie echado en la propia pared. Me encerré en mis declaraciones. Al lado mío en los calabozos estará Cid de la Rosa. Éramos vigilados en los calabozos y la comisaría por la Policía Armada, donde había de todo me acuerdo de un policía que era de Bobadilla, venía en bicicleta a la comisaría, nos daba fuego para fumar, nos escoltaban al servicio… de manera que vas conociendo el terreno y viendo quién más está detenida en las otras celdas. Nos comunicábamos como podíamos…”[13]
Junto a su familia. Archivo familiar Antonio Ruiz Valdivia.

Son momentos muy difíciles para los que una persona nunca está preparada. El dolor propio, junto con el sufrimiento de ver a los camaradas derrumbarse ante las torturas se convierte en una prueba difícil de superar. Paco Portillo será muy castigado, afirmando algunos de sus compañeros que era difícil de reconocer por la cantidad de peso que había perdido y por el rastro de las palizas en su rostro. En el careo al que Antonio es sometido con Portillo

                “…¡este hombre es el que me vendió los libros!  y sobre la marcha el policía me metió dos o tres hostias. Ante lo que muestro mi sorpresa, diciendo que sólo había dicho que lo conocía de haberme vendido los libros. Intentábamos en todo momento evitar mencionar a nadie de los que ya sabíamos que no estaban detenidos. Estuve allí aislado 5 o 6 días, y nos subían periódicamente para los interrogatorios, al final hasta nos dieron un colchón de espuma para dormir. “El Jirafa” y “Guisado” eran los más crueles en los interrogatorios. “El Jirafa” procedía de Iznalloz, por o que muchas veces me llamaba “paisano”…”[14]

Para muchos, entre ellos para Valdivia, comienza la experiencia de la cárcel, que para militantes como Emilio Cervilla Alonso o Ernesto Caballero era ya algo conocido.

“…En la cárcel nos organizamos rápidamente, lo que era clave para nuestra resistencia. Montamos “la comuna”, de la que me toca ser responsable. Teníamos nuestra pequeña “despensa” con las cosas que nos mandaban los familiares. Los estudiantes daban clases a los camaradas menos formados, se marcaban horarios de estudio… Junto a todo esto la tensión con la dirección de la prisión con la que periódicamente medíamos fuerzas, como cuando nos incautaron claveles que nos habían traído de Motril y nos concentramos en el patio de la cárcel cantando La Internacional. No éramos presos sumisos…”[15]

Pero dice el refrán que “…no hay mal que cien años dure…”  y tras ser sometidos a juicio en el Tribunal de Orden Público con acusaciones de terrorismo, asociación ilícita o propaganda ilegal, en los sumarios 21/71, 418/70, 453/70 y 1006/71[16] acabarán saliendo a la calle, en la mayoría de los casos, en el margen de un año.

Con mucha más cautela volverán a la militancia retomando uno de los trabajos fundamentales en estos momentos, el “agipro”, agitación y propaganda

Con mucha más cautela volverán a la militancia retomando uno de los trabajos fundamentales en estos momentos, el “agipro”, agitación y propaganda. El reparto de Mundo Obrero era una tarea fundamental de la organización, ya que la libertad y la democracia comenzaba en la mente de hombres y mujeres que querían ser libres; así se avanza desde los momentos que llega directamente desde Madrid -con todas las dificultades logísticas que tenía- a la consecución simplemente del cliché para poder realizarlo “in situ”:

“… yo enlazaba con Almería, con Antonio -había estado en un campo de concentración nazi- llegaba a Guadix, y en una gasolinera que había allí aparcábamos los coches, me iba a tomar café y Antonio cogía el cliché de mi coche que yo dejaba abierto a conciencia, ni hablábamos. La primera vez que hablé con él fue porque nos encontramos casualmente en La Alhambra. Con la gente de Málaga quedábamos en una especie de cortijo, donde le pasábamos el cliché. Yo lo traía para los Montes, como solía ir los viernes pues ya nos íbamos organizando para repartirlo por los pueblos con los diferentes enlaces que había en los pueblos -Piñar, Dehesas…-. En la Alpujarra tenía algo más de contacto en Órgiva, era una zona muy compleja para trabajar en ella, pueblos muy pequeños, mucho control social… conocía a mucha gente por mi trabajo comercial, pero era muy difícil. En Trevélez tuvimos un núcleo importante con Fermín…”[17]

De “Radio España Independiente. La Pirenaica” el corresponsal aquí era Eduardo Castro. Llevábamos muchas noticias que desquiciaban a la policía por la información que se daba y era fundamental, porque así se transmitía el claro mensaje de que todos sabían lo que pasaba.

En la calle Alhóndiga montamos un centro de estudios, para nuestras reuniones. Cuando se legaliza el Partido en 1977

“…me llamó Armando López Salinas desde Madrid, y nos fuimos encontrando todos allí a la calle Alhóndiga a celebrarlo. En esos momentos es cuando alquilamos el Club Larra para sede del Partido. El Club Larra era un lugar de debate político, donde participábamos, y acabábamos alquilándolo…

La muerte de Franco en 1975 y la legalización del Partido en la Semana Santa de 1977 cambiaron radicalmente la forma de trabajar, de acercarse a la sociedad. Había sido tanto tiempo en la clandestinidad, tanto tiempo de lucha… que con la alegría de la liberación de los presos políticos con la Ley de Amnistía del 77, de la legalización, de la visibilidad… parecía que el objetivo estaba cerca de conseguirse, aunque nunca más lejos de la realidad.

Iznalloz sería alcaldía comunista, en la que Antonio Ruiz Valdivia será su primer teniente de alcalde durante dos mandatos, a la vez que miembro de la Diputación 

Iznalloz sería alcaldía comunista, en la que Antonio Ruiz Valdivia será su primer teniente de alcalde durante dos mandatos, a la vez que miembro de la Diputación Provincial de Granada durante el primer mandato democrático. Años más tarde, ya en el siglo XXI, volverá a ser concejal… pero esa es ya otra Historia.

Antonio Ruiz Valdivia en la entrevista que le realizamos en 2015. Asociación Granadina Verdad Justicia y Reparación.

Antonio sigue en la militancia activa, pero que muy activa. Es un camarada tozudo, trabajador, constante… trabaja sin descanso, sin grandes manifestaciones ni alharacas, casi como si aún siguiéramos en la clandestinidad

Antonio sigue en la militancia activa, pero que muy activa. Es un camarada tozudo, trabajador, constante… trabaja sin descanso, sin grandes manifestaciones ni alharacas, casi como si aún siguiéramos en la clandestinidad. Como su Secretario Político me toca trabajar estrechamente con él -a sus 79 años sigue siendo el responsable de las finanzas- discrepando, discutiendo en ocasiones, pero siempre desde el cariño, la comprensión y el respeto hacia una persona profundamente honesta. Escribiendo estas últimas líneas del artículo se me vienen a la mente las palabras de Antonio describiendo a los viejos camaradas a los que les costaba entender la política de Reconciliación, la infiltración en el Sindicato Vertical, la condena de la invasión de Checoslovaquia… camaradas quizás como Emilio Mariño o Emilio Cervilla, que aún sin compartir las nuevas visiones acataban por su disciplina militante las decisiones tomadas desde una organización por la que estaban dispuestos a dar la vida, y estoy seguro que mirarían con orgullo y cariño a sus jóvenes camaradas como Manuel Sánchez o Antonio Ruiz Valdivia; aunque jamás pudieran comprender que pudieran ir con España en los partidos de futbol que jugaron con la Unión Soviética en 1971, como tampoco Antonio me entiende a mi cuando le digo que ellos llevaban razón y veo reflejado en su mirada el cariño y aprecio que han forjado años de trabajo juntos.

Bibliografía:

  • MARTÍNEZ FORONDA, Alfonso, La lucha del movimiento obrero en Granada, Granada, Fundación de Estudios Sindicales, 2012

Artículos:

Testimonios orales:

  • Antonio Ruíz Valdivia

Citas bibliográficas:

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  • [1] Gentilicio utilizado para designar a los/as nacidos/as en Iznalloz, que proviene de su nombre romano Acatucci
  • [2] Entrevista a Antonio Ruiz Valdivia.
  • [4] AGUILAR, José, “Ha muerto José Benítez Rufo, presidente del PCE en Andalucía”, en El País 2/11/1979     “… Nacido en Villarrubia de la Serena (Badajoz) en 1913, Benítez Rufo había sido militante de la JSU y capitán del Ejército republicano durante la guerra civil. Fue encarcelado entre 1946 y 1953, dedicándose a partir de entonces a organizar clandestinamente su partido de la región andaluza. En 1978 fue nombrado presidente del comité regional del PCE, siendo igualmente miembro de sus comités central y ejecutivo...
  • [5] Entrevista a Antonio Ruiz Valdivia.
  • [6] ARENAS DE SORIA, Juan Francisco, “La Primavera de Praga 1968. El PCE, de la ortodoxia a la disidencia”, en El Independiente de Granada, 24/12/2021
  • [7] MARTÍNEZ FORONDA, Alfonso, La lucha del movimiento obrero en Granada, Granada, Fundación de Estudios Sindicales, 2012, p.169
  • [8] Entrevista a Antonio Ruiz Valdivia.
  • [9] SEGOVIA GANIVET, Antonio, “Albañiles contra la dictadura: el triple crimen de la Huelga del 70 en Granada”, en El Independiente de Granada, 21/07/2021
  • [10] Entrevista a Antonio Ruiz Valdivia.
  • [11] Entrevista a Antonio Ruiz Valdivia.
  • [12] Para saber más recomendamos la consulta del estudio minucioso y excepcional que realiza MARTÍNEZ FORONDA, Alfonso, La lucha del movimiento obrero en Granada, Granada, Fundación de Estudios Sindicales, 2012, pp.229-272
  • [13] Entrevista a Antonio Ruiz Valdivia.
  • [14] Entrevista a Antonio Ruiz Valdivia.
  • [15] Entrevista a Antonio Ruiz Valdivia.
  • [16] MARTÍNEZ FORONDA, Alfonso (2012), pp.266-267
  • [17] Entrevista a Antonio Ruiz Valdivia.

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Juan Francisco Arenas de Soria es profesor de Geografía e Historia y miembro de la Asociación Granadina Verdad Justicia y Reparación.

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Si no tuviste la oportunidad de leer o quieres volver a hacerlo, te ofrecemos la presentación de la serie que, cada viernes, Juan Francisco Arenas de Soria nos ofrecerá semanalmente sobre la historia del Partido Comunista que, en noviembre, cumplirá 'cien años al servicio de la clase trabajadora', con la intención de que los artículos 'nos aproximen a la realidad de un movimiento social clave para entender nuestro país, su lucha por la democracia y la libertad en contextos realmente complejos, y eso sí, siempre desde una perspectiva granadina":