Historia del Partido Comunista, por Juan Francisco Arenas de Soria

Capítulo VII: 'Políticas reaccionarias y respuestas revolucionarias. Granada 1934'

Política - Juan Francisco Arenas de Soria - Viernes, 18 de Junio de 2021
Un nuevo y excepcional capítulo sobre la historia del Partido Comunista, en el año de su centenario, el que nos ofrece Juan Francisco Arenas de Soria, con Granada de protagonista. No te lo pierdas.
Composición a partir de la imagen de un detenido en Asturias del Archivo Histórico del PCE.
J.F.A.S.
Composición a partir de la imagen de un detenido en Asturias del Archivo Histórico del PCE.

Se multiplicaron los encarcelamientos de los dirigentes de las organizaciones políticas obreras y sindicales por todo el Estado, pero nacía ahora con fuerza esa necesidad de la unidad política de la izquierda para hacer frente a una derecha fascistizada que estaba dispuesta a retener el poder político en sus manos al precio que fuera

La conflictividad en el ámbito laboral fue incrementándose, de manera muy especial con la entrada de la derecha en el poder tras las elecciones de 1933 y el inicio de las medidas reaccionarias de los gobiernos radicalcedistas que iban contra los logros conseguidos en el bienio progresista. Es en este momento donde la política de “frente único” impulsada por el PCE desde la llegada de José Díaz a la Secretaría General, y siguiendo las directrices de la Tercera Internacional, toma más fuerza en la lucha entre dos bloques cada vez más cristalizados. Junto a  la estrategia política unitaria se plantea una táctica de conflicto que tiene en la huelga agraria de junio de 1934 y en la insurrección de octubre sus dos máximas expresiones. La huelga campesina terminó con más de 7.000 detenidos y 13 muertos. Una parte importante de la estructura de las organizaciones obreras quedaba debilitada por las detenciones producidas, lo que las situaba en una posición de debilidad de cara a la insurrección de octubre. Un octubre donde las fuerzas políticas y sindicales obreras declaraban la huelga general revolucionaria, con un éxito desigual, es sólo en Asturias donde se consolida el movimiento revolucionario que será aplastado a sangre y fuego por el gobierno radical-cedista de la República, enviando al mando del general Francisco Franco las tropas del protectorado marroquí (regulares indígenas y la Legión). Se multiplicaron los encarcelamientos de los dirigentes de las organizaciones políticas obreras y sindicales por todo el Estado, pero nacía ahora con fuerza esa necesidad de la unidad política de la izquierda para hacer frente a una derecha fascistizada que estaba dispuesta a retener el poder político en sus manos al precio que fuera. En los últimos meses de 1935 se fraguaría definitivamente la creación del Frente Popular[i].

El nuevo momento político que se abre con el Frente Popular está lleno de disensiones políticas y conflictos en el seno de las fuerzas que lo componen, junto con la vía insurreccional por la que apuesta la derecha

El nuevo momento político que se abre con el Frente Popular está lleno de disensiones políticas y conflictos en el seno de las fuerzas que lo componen, junto con la vía insurreccional por la que apuesta la derecha. El golpe militar y tras su fracaso el inicio del conflicto bélico se enmarca en un momento de crecimiento del PCE, que defiende la necesidad de “ganar la guerra” como elemento imprescindible para iniciar un proceso revolucionario, que en caso alguno podía ser paralelo a la lucha contra el fascismo, postura defendida por la CNT.

En el Partido…

“La política de clase contra clase, el análisis del socialfascismo y el frente único por la base conformó una época de fracasos para la Internacional y sus secciones nacionales. Los partidos comunistas -salvo el alemán- no lograron incidir en las sociedades de sus respectivos países después de más de una década de trayectoria de la IC”[ii]

El contexto internacional es clave para comprender el cambio de política producido tanto en la IC como en el PCE. El avance del nazi-fascismo en 1934-1935, junto con los movimientos de resistencia popular al mismo, hará ver a las organizaciones comunistas la necesidad de comenzar a organizar un frente de resistencia antifascista, como única forma de parar el avance inexorable que estaba llevando a Europa al borde de una nueva confrontación armada, tanto en el interno de los países como entre los países. Procesos que también llevan a que las organizaciones socialistas comiencen a cambiar sus posiciones y radialicalizarse, como se refleja en España a través de Largo Caballero y las Juventudes Socialistas, pero con muchos elementos diferenciales entre los países. La propia Unión Soviética necesita encontrar aliados en Europa ante el temor a una agresión por parte de la Alemania nazi.

A partir de 1934 comienzan a cambiarse las consignas, lo que muestra una modificación de la política seguida hasta el momento. Así “unidad en la acción” y “frente popular” simbolizan ese cambio que lleva a un acercamiento a las demás fuerzas de la izquierda para crear una gran alianza antifascista

A partir de 1934 comienzan a cambiarse las consignas, lo que muestra una modificación de la política seguida hasta el momento. Así “unidad en la acción” y “frente popular” simbolizan ese cambio que lleva a un acercamiento a las demás fuerzas de la izquierda para crear una gran alianza antifascista. Estos mensajes se realizan en Francia, Italia o España, destacando en nuestro país el ingreso del Partido en las Alianzas Obreras. Entre las tácticas desarrolladas, una muy especial se dirige a la juventud, propiciando la creación de nuevos espacios en los que compartir fundamentalmente con colectivos socialistas, tácticas de lucha comunes. El VII Congreso de la Internacional en septiembre de 1935, será clave en todos estos cambios que se venían asimilando paulatinamente, siendo más la aceptación de la fuerza de los hechos de secciones como la española o la francesa, que un viraje político organizado.

Se identificaba por parte del PCE al Gobierno presidido por Lerroux como de orientación fascista, gobiernos que representan a la oligarquía financiera y terrateniente frente a obreros y campesinos. Ante esta realidad el PCE opondría su política de Frente Único

En España la entrada desde diciembre de 1933 del gobierno republicano radical y el inicio de una política contrarreformista y reaccionaria, que buscaba socavar la fuerza de la izquierda y los partidos y sindicatos de la clase trabajadora mediante medidas que llevaban a esta clase social al hambre y la indigencia, a la vez que volver a recuperar la idea excluyente del nacionalismo español frente a la realidad plurinacional, lleva a un conflicto de profundas raíces durante estos años. Se identificaba por parte del PCE al Gobierno presidido por Lerroux como de orientación fascista, gobiernos que representan a la oligarquía financiera y terrateniente frente a obreros y campesinos. Ante esta realidad el PCE opondría su política de Frente Único.

 Machado lo describiría magistralmente en sus versos del “Mañana efímero”:

“Mas otra España nace,

la España del cincel y de la maza,

con esa eterna juventud que se hace

del pasado macizo de la raza.

Una España implacable y redentora,

España que alborea

con un hacha en la mano vengadora,

España de la rabia y de la idea”

En 1933 el PCE ya había intentado desarrollar un “Frente Antifascista”, aunque con poco éxito, ya que su idea de “frente único por la base” busca contactar con la militancia socialista, pero no busca acuerdos con la cúpula dirigente, con la que no comparte posiciones políticas, considerando que las políticas democráticas no habían servido para cambiar el país en beneficio de la clase trabajadora, y que sin embargo había permitido el nacimiento del fascismo en nuestro país. Los movimientos insurreccionales en defensa de los derechos conquistados y de otra manera de entender la República, que se dan en octubre del 34 en España, desencadenará una dura represión que cohesionará a la izquierda, fundamentalmente en torno a la idea aglutinadora del “antifascismo”. Por un lado el acercamiento de las fuerzas republicanas de izquierdas al PSOE, a la vez que el PCE se incorporaba a las Alianzas Obreras de hegemonía socialista. Se recuperaba la comunicación entre el PSOE-UGT y PCE, frente a las etapas anteriores de confrontación[iii]. En julio de 1934, aparecía en Mundo Obrero una carta al PSOE por parte de la dirección comunista, en la que se daban los pasos necesarios para iniciar un acercamiento buscando la unidad en la acción, pero desde el respeto a los diferentes postulados políticos de ambas organizaciones[iv].

La Alianzas Obreras había sido la alternativa socialista a la política de “Frente único por la base” del PCE, por lo que el viraje político del PCE le lleva a integrarse en septiembre de 1934 en las mismas, a pesar de las duras críticas que contra las mismas había realizado meses antes. No estuvo la decisión exenta de polémica interna

La Alianzas Obreras había sido la alternativa socialista a la política de “Frente único por la base” del PCE, por lo que el viraje político del PCE le lleva a integrarse en septiembre de 1934 en las mismas, a pesar de las duras críticas que contra las mismas había realizado meses antes. No estuvo la decisión exenta de polémica interna, pero el Secretariado del Comité Central explicaba claramente a los Comités Provinciales a través de una circular, que era una decisión vinculada a la lógica del “Frente Único”[v]. En el mismo sentido se avanzaría en la búsqueda de políticas comunes por parte de las organizaciones juveniles socialistas y comunistas, que comenzarán a organizar actividades conjuntas y conversaciones entre sus cuadros dirigentes buscando la unidad de acción. La política sindical del Partido a través de la CGTU se encaminó en llamamientos a la unidad sindical con CNT y UGT.

Dos serán los acontecimientos que marcarán el rumbo político en estos momentos, las huelgas campesinas de junio y la huelga general revolucionaria de octubre. Las huelgas campesinas tuvieron una incidencia destacada en el medio agrario andaluz, siendo de especial relevancia la convocada por UGT para el 5 de junio[vi], las principales reivindicaciones eran la necesidad del cumplimiento de las bases del trabajo, medidas contra el paro forzoso, tierras y créditos para los campesinos pobres…

Llamamiento a la huelga campesina del 5/06/1934. Fundación Pablo Iglesias.

Ante la convocatoria de la huelga campesina:

“El Gobierno declaró las faenas de la recolección como servicio público y, a través del ministro de Gobernación, Salazar Alonso, se lanzó a la represión de la huelga mediante el envío masivo de Guardia Civil, detenciones en masa y clausura de Centros Obreros, además de la censura de la prensa sobre las noticias de la huelga”[vii]             

Sin lugar a dudas, será la huelga general revolucionaria de octubre la que supondrá un mayor reto para las autoridades republicanas, ante un proceso insurreccional organizado por las fuerzas obreras tanto políticas como sindicales, junto con los republicanos de izquierdas, que se rebelan ante la dura represión desencadenada desde la huelga campesina de junio y las políticas contrarreformistas que implementa el gobierno conservador. Unos hechos que pasarán a convertirse en un mito dentro de la lucha obrera española, que parte de la unidad y cohesión y la resistencia frente a la salvaje represión desencadenada, experiencia que será el germen del Frente Popular.

La situación iba tensándose día a día tras el verano de 1934, mientras las fuerzas obreras preparaban la respuesta por la vía de la huelga general revolucionaria, desde el PCE se recupera la consigna tradicional 'Por el gobierno obrero y campesino'

La situación iba tensándose día a día tras el verano de 1934, mientras las fuerzas obreras preparaban la respuesta por la vía de la huelga general revolucionaria, desde el PCE se recupera la consigna tradicional “Por el gobierno obrero y campesino”. La entrada de ministros de la CEDA en la reconfiguración del gobierno de la República se convierte en el detonante que lleva a la insurrección. Las Alianzas Obreras se convertirán en auténticos comités de enlace entre las fuerzas implicadas en la revolución de octubre, pero con situaciones dispares en función de los territorios. En la mayoría de los casos no se disponía de armas, por lo que las actuaciones llevadas a cabo serán testimoniales. El análisis que a posteriori se realizaba por el PCE señalaba la falta de preparación del movimiento revolucionario:

“La insurrección de octubre era interpretada como improvisada, prematura y sólo con posibilidades de éxito gracias al arrojo de los trabajadores y la generalización de sus movilizaciones”[viii]

La valoración de la revolución de octubre era coincidente entre todas las fuerzas que la desarrollaron, por un lado, la derrota al no consumarse sus objetivos, pero por otro lado la victoria al haber parado al fascismo en España. Para los comunistas españoles Vizcaya y Asturias serán los principales hitos de la iniciativa del PCE, lugares donde llegan a copar la dirección del movimiento revolucionario y se ponen en práctica algunas de sus propuestas teóricas.

En Granada desde finales de 1933 con la conformación del Gobierno republicano radical, el PCE comenzaba una etapa de mayor actividad, que lo visualiza más en las luchas obreras y campesinas, como cuando el 21 de abril, el Partido se pone al frente de una manifestación con una pancarta que dice: 'Obreros, soldados, campesinos, hay que unirnos para la lucha'

En Granada desde finales de 1933 con la conformación del Gobierno republicano radical, el PCE comenzaba una etapa de mayor actividad, que lo visualiza más en las luchas obreras y campesinas, como cuando el 21 de abril, el Partido se pone al frente de una manifestación con una pancarta que dice: “Obreros, soldados, campesinos, hay que unirnos para la lucha”. Como consecuencia de la acción, es detenido el dirigente comunista Eugenio Ortiz. Y el 30 de septiembre, el gobernador civil prohíbe un mitin comunista en Rubite, dando orden a la Guardia Civil de disolver a 300 obreros que esperaban la celebración del acto. Son detenidos 9 trabajadores. Meses más tarde, se producirá el acercamiento entre comunistas y socialistas. El PCE ingresa en la Alianza Obrera y apoya la huelga campesina lanzada por la FNTT (UGT). Los dirigentes comunistas José López Rodríguez, José Gamarra Peregrina y Francisco Montero Domínguez son detenidos.

Eufrasio Martínez escribe en El Defensor de Granada el 22 de mayo de 1934 un artículo en defensa de la excarcelación del líder comunista alemán Thaelman, apresado por los nazis y símbolo de la resistencia frente a los movimientos nazi-fascistas que se realiza por parte del movimiento comunista. El Socorro Rojo Internacional impulsará una campaña al efecto, mostrando la necesidad de parar el avance de la derecha desde la unidad de las fuerzas obreras.

Ideal, 5/06/1934, Año III, número 612.

La huelga campesina coincide con las fiestas patronales del “Corpus”, haciendo una pequeña referencia el mismo día 5 El Defensor de Granada sobre una entrevista realizada al Gobernador Civil Mariano Muñoz Castellanos, que afirma que “con respecto a la huelga de campesinos, dijo que no ocurriría nada ni en Granada ni en el resto de España”, aunque días más tarde acaba reconociendo la destacada incidencia en muchos lugares de la provincia, aunque de forma irónica afirmará que muchos están más que en huelga en paro forzoso ante la carencia de empleo

La huelga campesina coincide con las fiestas patronales del “Corpus”, haciendo una pequeña referencia el mismo día 5 El Defensor de Granada sobre una entrevista realizada al Gobernador Civil Mariano Muñoz Castellanos[ix], que afirma que “con respecto a la huelga de campesinos, dijo que no ocurriría nada ni en Granada ni en el resto de España”[x], aunque días más tarde acaba reconociendo la destacada incidencia en muchos lugares de la provincia, aunque de forma irónica afirmará que muchos están más que en huelga en paro forzoso ante la carencia de empleo[xi]. En los días sucesivos se informa por parte de la autoridad gubernativa del envío de unidades de Guardias de Asalto a Alhama de Granada, Fonelas, Píñar, Gor, Dehesas de Guadix, Loja, Íllora… en previsión de incidentes, considerándose el “paro total” en Alhama, Pinos Puente, Maracena, Loja y Atarfe, sumándose otros pueblos en los días siguientes como Láchar, Cijuela, Albolote, Colomera, Guadahortuna o Chauchina, denunciándose sabotajes en Cenes, Maracena y coacciones en La Zubia con más de 10 detenidos por la Guardia Civil, sucediéndose la detenciones en otras localidades, incendios de campos agrícolas en Motril…[xii] Destaca entre otras, las detenciones de los ex acaldes de Atarfe y Piñar[xiii]. Las medidas represivas son considerables, y son cerrados todos los locales de UGT, PSOE y CNT. Según pasan los días ante la continuidad de la huelga comienzan a detenerse a dirigentes socialistas y cargos públicos, como los alcaldes de Montefrío, Huétor Vega y Fonelas[xiv]. El día 13 de junio, más de una semana después, se puede dar por finalizada la huelga en la provincia de Granada, con medidas represivas importantes que dejan a las organizaciones obreras muy mermadas.  

Desde el PCE se apoya la huelga convocada por UGT, en la que son encarcelados varios dirigentes comunistas, es justamente en este momento donde Antonio Pretel, dirigente socialista, que había ejercido como Delegado de Trabajo en la provincia durante el Bienio Progresista, es también encarcelado, abandona el PSOE para ingresar en el PCE durante el mes de julio del 34, ante sus diferencias políticas surgidas por la falta de implicación socialista en la movilización campesina[xv].

El Defensor de Granada, Año LV, núm.29380, 18/07/1934.

El momento clave será la huelga general revolucionaria de octubre de 1934, donde el PCE se había implicado junto con la UGT y el PSOE en su organización en la provincia. Pero parecía que el proceso insurreccional planteado por socialistas y comunistas era un secreto a voces, como podemos observar en el comunicado del Gobierno Civil de Granada, realizado por su nuevo titular desde junio Francisco de Paula Duelo y Font, del Partido Republicano Radical:

“Llegan a mi vagos, pero insistentes rumores, de que los perpetuos y equivocados explotadores de la inquietud y de la revuelta preparan para los días en que se espera el planteamiento de la crisis ministerial una huelga general, que nada justificaría en esta ocasión, como no sea un torpe y ruin propósito de evidenciar el despecho que los produjo el fracaso de sus tenebrosas maquinaciones para desilusionar o impedir las fiestas del otoño, que con tanto júbilo como material provecho acaba de celebrar Granada, haciendo por completo ineficaz la inofensiva actitud de unos pocos insensatos.

Deseoso de adelantarme a los delictuosos manejos de los que han hecho una mala profusión -muy probablemente productiva- de mantener a Granada en su perpetuo estado de arruinadora alarma, me he apresurado a tomar cuantas disposiciones he juzgado convenientes para asegurar todos los servicios públicos y he dado órdenes para que se reprima, sin vacilación y con energía, cualquier intento de coacción (…) No quiero recurrir a la severidad, sino en el caso de que la incorregible ceguera o la tenacidad insufrible de los revoltosos lo haga preciso”[xvi]
El Defensor de Granada, 02/10/1934.

Pero la supuesta “incredulidad” del Gobierno Civil no se corresponde con la realidad de llegada de fuerzas de la Guardia Civil, registros, detenciones… que se van produciendo durante los primeros días de octubre. Las fuerzas del orden ocupan las calles en una exhibición de fuerza con “carácter preventivo” según el gobernador civil, mientras se suceden las detenciones e interrogatorios como al que es sometido el teniente de alcalde de Granada, el socialista Manuel Fernández Montesinos[xvii].  El alcalde de Granada ante los sucesos que se van dando tanto en la provincia, como las alarmantes noticias de Asturias y otras zonas del Estado afirma que:

“Granada tiene en estos momentos de dolor y de angustia una significación histórica profunda; la unidad española tuvo su sello en nuestra ciudad, en ella cuajó el principio que inmortalizó a España: sea Granada la que con su disciplina y ofrenda de sacrificios dé la norma a las demás provincias españolas, ya que de ella salió nuestra grandeza”[xviii]

Un discurso en la línea de la visión histórica más conservadora, pero mientras pide sensatez amenaza claramente a los trabajadores municipales advirtiendo que todo el que secunde la huelga será suspendido, se aplica la censura previa a todas las publicaciones informativas y es declarado el Estado de Guerra en todo el país, ordenando el general Eliseo Álvarez Arenas la salida del Ejército a las calles de la ciudad.

El Defensor de Granada, 7/10/1934.

Se produce la dimisión del alcalde, Ricardo Corro Moncho, que permanecerá en el cargo hasta la normalización de la situación, ante una coyuntura que entiende incongruente en su persona, miembro del partido de Manuel Azaña; mientras se suceden las detenciones, como la de Constantino Ruiz Carnero, director de El Defensor de Granada, y de Manuel Fernández Montesinos, primer teniente de alcalde de Granada, junto a Alejandro Otero, Virgilio Castilla, Rubio Callejón... Se declaran en huelga los trabajadores de la construcción, taxistas… se paralizan los servicios del tranvía, que reanudan junto con los autobuses los servicios, pero escoltados por las fuerzas del orden[xix]. Se produce algún tiroteo más en la ciudad, como el acaecido en la calle Real de Cartuja, donde es tiroteada la Guardia de Asalto, siendo detenido uno de los responsables de las Juventudes Socialistas, Andrés Trujillo Morales, por su participación en los mismos[xx]. La represión se endurece, destacado el restablecimiento de la pena de muerte por el Gobierno Radical-Cedista. Los obreros que participan en la huelga quedan despedidos de forma inmediata de sus trabajos… se cierne un duro período sobre la clase trabajadora granadina.

Ideal, 10/10/1934.

La represión lafectará de manera importante al PCE, siendo encarcelados algunos de sus principales dirigentes como Francisco Aibar Sánchez, Antonio Pretel o José López Rodríguez, y cerrados los locales del Partido, que queda prácticamente desarticulado hasta finales de 1935[xxi].

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Artículos:

Bibliografía:

  • ALARCÓN CABALLERO, José Antonio, El movimiento obrero en Granada en la II República (1931-1936), Granada, Diputación Provincial, 1990
  • CRUZ, Rafael, El Partido Comunista de España en la II República, Madrid, Alianza Editorial, 1987
  • MORENO GÓMEZ, Francisco, La última utopía. Apuntes para la Historia del PCE andaluz 1920-1936, Córdoba, Comité Provincial del PCA en Córdoba, 1995
  • RAMÍREZ NAVARRO, Antonio, El optimismo de los desesperados. Historia del PCE en Almería (1922-1939), Almería, Universidad de Almería, 2016
  • VIGUERAS ROLDÁN, Fco, COELLO INFANTES, Isidoro y ARENAS DE SORIA, Juan Francisco, Antonio Pretel Fernández. Diputado del Frente Popular por Granada, Granada, Asociación Granadina Verdad Justicia y Reparación, 2018

Fuentes hemerográficas:

  • Diario Ideal de Granada
  • El Defensor de Granada

Citas bibliográficas:

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  • [i] RAMÍREZ NAVARRO, Antonio, El optimismo de los desesperados. Historia del PCE en Almería (1922-1939), Almería, Universidad de Almería, 2016, pp.65-85
  • [ii] CRUZ, Rafael, El Partido Comunista de España en la II República, Madrid, Alianza Editorial, 1987, p.175
  • [iii] CRUZ, Rafael, Op.cit, pp.174-181
  • [iv] ABAD GARCÍA, Eduardo, “Las primeras propuestas de unidad de acción antifascista. Carta del PCE al PSOE (julio de 1934)”, en la edición digital de Mundo Obrero, 30/01/2021, sección Documentos para la celebración de un centenario del PCE 1921-2021.
  • [v] CRUZ, Rafael, El Partido Comunista de España en la II República, Madrid, Alianza Editorial, 1987, p.195
  • [vii] MORENO GÓMEZ, Francisco, La última utopía. Apuntes para la Historia del PCE andaluz 1920-1936, Córdoba, Comité Provincial del PCA en Córdoba, 1995, p.121
  • [viii] CRUZ, Rafael, El Partido Comunista de España en la II República, Madrid, Alianza Editorial, 1987, p.210
  • [ix] Mariano Muñoz Castellanos, Gobernador Civil de Granada entre febrero y junio de 1934. Pertenecía al Partido Republicano Radical.
  • [x] En El Defensor de Granada,  Año LV, número 29.208, 5/06/1934
  • [xi] En El Defensor de Granada, Año LV, número 29.311, 6/06/1934
  • [xii] En El Defensor de Granada, Año LV, número, 29314, 8/06/1934; Ideal, Año III, número 613, 6/06/1934, p.7; Ideal, Año III, número 614, 7/06/1934, p.6
  • [xiii] Ideal, Año III, número 615, 8/06/1934, p.7
  • [xiv] Ideal, Año III, número 618, 12/06/1934, pp.5-6
  • [xv] VIGUERAS ROLDÁN, Fco, COELLO INFANTES, Isidoro y ARENAS DE SORIA, Juan Francisco, Antonio Pretel Fernández. Diputado del Frente Popular por Granada, Granada, Asociación Granadina Verdad Justicia y Reparación, 2018, p.45
  • [xvi] En El Defensor de Granada, 1/10/1934, Año LV, número 29508
  • [xvii] En El Defensor de Granada, 06/10/1934, Año LV, número 29517
  • [xviii] En El Defensor de Granada, 07/10/1934, Año LV, número 29519
  • [xix] En El Defensor de Granada, 10/10/1934, Año LV, número 29521
  • [xx] En El Defensor de Granada, 13/10/1934, Año LV, 29528
  • [xxi] ALARCÓN CABALLERO, José Antonio, El movimiento obrero en Granada en la II República (1931-1936), Granada, Diputación Provincial, 1990, pp.304-324

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Juan Francisco Arenas de Soria es profesor de Geografía e Historia y Miembro de la Asociación Granadina Verdad Justicia y Reparación.

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Si no tuviste la oportunidad de leer o quieres volver a hacerlo, te ofrecemos la presentación de la serie que, cada viernes, Juan Francisco Arenas de Soria nos ofrecerá semanalmente sobre la historia del Partido Comunista que, en noviembre, cumplirá 'cien años al servicio de la clase trabajadora', con la intención de que los artículos 'nos aproximen a la realidad de un movimiento social clave para entender nuestro país, su lucha por la democracia y la libertad en contextos realmente complejos, y eso sí, siempre desde una perspectiva granadina":