La Guardia Civil ha acabado momentáneamente con las carreras ilegales de coches que se estaban realizando este verano en el polígono industrial “La Encantada” de Huéscar, tras identificar y denunciar a los conductores de los vehículos implicados en una de estas carreras.

Los jóvenes denunciados presumían de sus hazañas colgando fotos y vídeos en las redes sociales de internet, tanto de las carreras ilegales en las que ponían en peligro sus vidas, como de los equipos de música que tenían instalados en sus vehículos con los que molestaban a sus vecinos muchas noches a lo largo de este verano

 

La Guardia Civil ha identificado a cuatro jóvenes de Huéscar, de entre veintiuno y veintitrés años de edad, a los que ha denunciado por infracciones administrativas graves: dos por conducción temeraria y otros por provocar desórdenes en vías públicas al molestar a los vecinos a altas horas de la madrugada con música estridente procedente de sus vehículos.

 

Los jóvenes denunciados presumían de sus hazañas colgando fotos y vídeos en las redes sociales de internet, tanto de las carreras ilegales en las que ponían en peligro sus vidas, como de los equipos de música que tenían instalados en sus vehículos con los que molestaban a sus vecinos muchas noches a lo largo de este verano.

 

Esta situación había generado cierta alarma social, sobre todo entre los vecinos próximos al polígono “La Encantada” de Huéscar, ya que estos últimos eran los que sufrían con el ruido de la música y de los coches circulando a gran velocidad, y la Guardia Civil se hizo eco de este malestar y puso en marcha los servicios necesarios para acabar con estas carreras ilegales.

 

En un dispositivo en el que han participado la Guardia Civil de Huéscar y de La Puebla de Don Fadrique, los agentes de estos puestos sorprendieron in fraganti a los conductores de dos turismos compitiendo por ver quién era el más rápido en una carrera en el que ambos condujeron en paralelo de manera temeraria varios cientos de metros por una de las calles del polígono. Mientras tanto desde un tercer vehículo el volumen de la música hacía imposible el descanso nocturno de los vecinos cercanos.