La madre de Mar Contreras, que fue asesinada con solo 21 años en Las Gabias, pide menos palabras y más acción

"Estamos solas, abandonadas y con miedo"

Ciudadanía - M.A. - Miércoles, 24 de Noviembre de 2021
La asociación La Volaera que preside María Martín pone nombre, voz y rostro al insoportable dolor que provoca la violencia de género.
María Martín, presidenta de La Volaera, y Mar Chambó, madre de la joven Mar Contreras Chambó, asesinada en 2018.
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María Martín, presidenta de La Volaera, y Mar Chambó, madre de la joven Mar Contreras Chambó, asesinada en 2018.

"No dormimos, no comemos. Nos han matado en vida". Así se pronuncia Mar Chambó, la madre de Mar Contreras, la joven que fue asesinada por su expareja, José Miguel Fernández, en el campo de tiro de Las Gabias en 2018. Aferrada una fotografía de su hija, las palabras que ha pronunciado durante la concentración celebrada este miércoles, en la antesala del 25N, para denunciar la violencia machista, tienen que remover conciencias. 

Porque como ha recordado Mar y ha clamado también María Martín, la presidenta de La Volaera, asociación de acreditada lucha contra la violencia de género, "a las mujeres nos están matando". Según las cifras oficiales, 37 víctimas mortales en lo que va de año, 1.118 desde que hay estadísticas. Y otro dato más que debe hacernos reflexionar y que se ha mencionado durante la concentración: hay más de 32.000 mujeres con protección en España, son un 12,4 por ciento más que el año anterior. 

Las palabras de Mar Chambó conmueven y deben remover conciencias

Las palabras de Mar Chambó conmueven. Porque siente que las palabras contra la violencia que ha sufrido perdiendo a su hija mayor no son suficientes. Por ello pide "menos palabrería" y más acción. Ha tenido incluso la fuerza para dirigirse a un concejal de la corporación que en ese momento abandonaba el Ayuntamiento, junto al que se ha celebrado esta concentración. A José Antonio Huertas, anterior concejal de Igualdad que ha escuchado los reproches por ese abandono denunciado y que extiende a todos, sin excepción, Gobierno y oposición. "No quito a ninguno".

Sus manifestaciones remueven conciencias e invitan a la reflexión. Se ha preguntado Mar si, en lugar de mujeres fueran otras las personas asesinadas, de un colectivo concreto, se afrontaría igual este grave problema. Seguro que no. Y deja claro que, aunque oficialmente no le dan la consideración de víctima de violencia de género, ella como madre, su marido y su hija también lo son. 

En el caso de su hija, el asesino no debió tener licencia de armas, ni acceso a estas. Por ello Mar Chambó reprocha a la Delegación del Gobierno que no se haya actuado ante esta irregularidad. Se pregunta cómo la familia del joven podía avalar que las utilizara. El hecho de que se suicidara tras haber asesinado a la joven hizo que ahí terminara la responsabilidad por el crimen, pero la familia de Mar no puede entenderlo.

Tampoco que no tengan acceso a herramientas para mitigar el dolor tan grande que sienten. Al respecto, la presidenta de La Volaera denuncia que todos los servicios están privatizados, desde la gestión de casas de acogida o la atención psicológica. Deben ser públicos y contar con personal preparado que llegue por oposición. "Es la raíz del problema", advierte María Martín.

Mientras tenga fuerzas, Mar Chambó seguirá denunciando la situación y luchando para que no se olvide lo que le sucedió a su hija. La trajo al mundo con 4,5 kilos y ha pasado el difícil trago de ver la fotografía forense del disparo que recibió en la cabeza. Luchará por ella y por su otra hija, que tenía solo 16 años cuando fue asesinada Mar. 

Ahora, su hermana es su mayor motivación. Quiere convertirse en jueza, para que cuando algún "malnacido" tenga que enfrentarse a justicia, piense: "madre mía la jueza que me ha tocado, de esta no me escapo".

Denuncia La Volaera que los trámites se eternizan. Y cita el caso de Belinda. A su hija la asesinaron en agosto de 2018 y su nieto aún no recibe prestación. 

Las leyes sin presupuesto no sirven, advierte la presidenta de La Volaera, colectivo que ha llenado este miércoles la Plaza del Carmen con los nombres de las víctimas de violencia machista, entre ellos los de los menores asesinados por sus padres para provocar el mayor dolor posible en las madres. 

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